Diario OPINION/ Cochabamba.- 62 años pesan sobre Natalia Maquera, una mujer de la tercera edad que vende dulces y pelotas en las calles de Cochabamba. Apenas puede con el peso de su vida, pero su amor por los animales la motivó a cargar con otras siete vidas más, las de sus perros rescatados.
Los siete canes la escoltan mientras ella se gana la vida vendiendo en parques. Soportan frío o calor extremo y cualquier otra adversidad que se presente; también la cuidan y le dan amor. No podía ser de otra manera, porque Natalia los salvó de la muerte a la que estaban condenados.
La historia de los perros de Natalia es tan asombrosa como los nombres que tienen. Tres de ellos se llaman, Abraham, Lincoln y Melchor. La adulta mayor los nombró así en memoria del lugar donde los rescató de morir.
Abraham y Lincoln, por ejemplo, eran dos cachorros cuando Natalia los halló. Alguna persona desconocida, si puede ser llamada de esa manera, los introdujo en una bolsa plástica y los arrojó en el parque cochabambino que se llama igual que ellos. Iban a perecer asfixiados, pero la adulta mayor, que vendía por esa zona, llegó a tiempo.
No solo los liberó de muerte, sino que se hizo cargo de ellos. Ahora, ambos ya son adultos.
La historia de Melchor es igual de trágica. Fue atropellado en la avenida Melchor Pérez de Olguín. En medio de su agonía, Natalia apareció y, sin importarle que no tenía el dinero suficiente para cubrir los gastos veterinarios, medicamentos y demás, lo auxilió. Melchor ya está repuesto y es parte de la guardia canina de Natalia.
Todos sus animales tienen brillo en los ojos cuando están con ella. A su lado no les falta nada, ni siquiera cosas materiales. La mujer trabaja para ellos, para alimentarlos bien e, inclusive, vestirlos. Cada uno tiene un abrigo cuando cae la noche.
Los ocho ambulan con dulces y pelotas, sobre todo, por tres puntos de Cochabamba: el parque Lincoln y la avenida Juan de la Rosa y Gabriel René Moreno.
Debe estar conectado para enviar un comentario.