El análisis retrospectivo tuvo lugar en el programa Piedra, Papel y Tinta de este jueves, que estuvo bajo la conducción de la directora de La Razón y Extra, Claudia Benavente.
«Se cumple un año de un conflicto poselectoral que ha dejado luto y sangre en el país. Más allá de las interpretaciones políticas que pudieran surgir, creo que han sido más de 20 vidas, en Sacaba y Senkata, las que dejaron de existir por intervención de parte de las Fuerzas Armadas y de parte de la Policía”, señaló Atahuichi.
Recordó que cuando ya se había instalado el conflicto, un periodista —de quien se reservó la identidad — “empezó a ‘googlear’ y encontró en Wikipedia la posibilidad de que si una planta de hidrocarburos como la de Senkata estallara, afectaría a un radio determinado de tantos kilómetros. Entonces, a partir de eso, alguna autoridad ‘retuiteó’ eso, volvió a poner en redes sociales y se generó una narrativa”.
Acotó que, según determinó un informe del Ministerio de Hidrocarburos correspondiente a la gestión de Áñez, “Inteligencia no ha detectado ese día ningún afán de estos movilizados de volar la planta de Senkata”.
También relató que, en el trabajo periodístico, haciendo análisis y estudios con especialistas sobre las fotos y videos referentes a esos hechos, “establecimos (que) sí, las Fuerzas Armadas, los policías han utilizado armamento de reglamento”.
“Hay una historia construida por el aparato represivo en ese momento, que construyó el relato de que los muertos no fueron muertos por balas militares, es una historia que, por donde viene, yo desconfío rotundamente de ella. Por eso creo que hay que encontrar otro espacio de búsqueda de esta verdad que no se remita a las fuentes de ese momento, que eran las gubernamentales», aseveró a tu turno Aré.
Resaltó que, al margen de los fallecidos, durante ese periodo también hubo ataques a la propiedad privada, tal es el caso de la vivienda de Casimira Lema, de Waldo Albarracín y al depósito de los buses PumaKatari.
“Creo que vamos a encontrar una sensación de tranquilidad, ojalá algún día, cuando se esclarezca toda la verdad, hay factores de confusión en este momento que deben ser resueltos y eso es básicamente abriendo los espacios de investigación y consolidando una justicia independiente”, remarcó.
También indicó que “el periodismo tuvo limitaciones técnicas-humanas propias de una situación compleja y especial, casi una guerra civil, lamentablemente”. “Cuando se está en una situación de casi una guerra civil o de guerra, la verdad es la más dañada”, afirmó.
«La justicia debe sentenciar a todos los responsables de los 37 muertos, no de 24, de 27, sino de los 37 muertos que ocurrieron el año pasado en esta crisis», añadió.
A su turno, Arias consideró «pertinente» la llegada de organismos internacionales al país para investigar las muertes, a fin de «dejar de lado la susceptibilidad de unos y otros».
Recordó que durante los conflictos “la gente estaba muy caldeada” y no quería ver a los medios de comunicación. Dijo que, durante la cobertura periodística, al llegar al lugar de los hechos evidenció “una escena muy dura”, vio siete cuerpos tendidos en las banquetas.
“Yo personalmente creo que este tema no debe quedar en la impunidad. Hay que investigar, hay que establecer el origen del decreto supremo, como tal, que le da luz verde a las Fuerzas Armadas para salir a las calles”.
Sostuvo que en la etapa de enfrentamientos de 2019 el rol de los medios de comunicación «fue casi nulo». Dijo que se vivió una «situación muy delicada» en el ámbito periodístico y las redes sociales fueron las que «jugaron un rol muy importante».
“Yo veo que de alguna manera no hubo una cobertura como debió haberse hecho”, insistió.