Por: Emiliana Chávez Villa/ AHORA EL PUEBLO.- Ante el fracaso de la derecha criolla e internacional para dar un golpe de Estado en Perú, la agencia de una alianza imperial muy activa en la región, pero muy bien camuflada, decide crear un gran escándalo artificial y mediático, atribuyendo a Pedro Castillo haber ofrecido regalar territorio, soberanía y las joyas del Perú a Bolivia y centenares de agentes, agencias, medios de comunicación, opinadores pagados en Perú y la región, incluyendo a los militares del Perú, que se supone que existen para proteger al pueblo y sus recursos (no los intereses del imperio), se desgarran las vestiduras y solo falta eliminar al gobierno de Pedro Castillo, al estilo de una nueva inquisición colonial. Como de costumbre no hacen falta las pruebas, basta con que un agente de la muy conocida agencia lo diga u ordene.
Los medios de comunicación audiovisuales son el principal instrumento para operar estas células de asalto golpistas de las agencias gringas, Unión europea y su alianza de 30 miembros con voz y voto y 117 en total, con los de segunda categoría, según la Red Voltaire de Francia, entre los que están Chile y Colombia.
Satanizar a los líderes y gobiernos antiimperialistas que tratan de recuperar sus recursos naturales es ya un típico preámbulo a los golpes de Estado, para prolongar indefinidamente el descarado saqueo en Perú y la región.
En Resumenlatinoamericano.org 11 nov 21, con título: “Bolivia: La geopolítica del nuevo intento golpista” Rafael Bautista S. dice: “Lo que en Bolivia se viene activando es una variante de la doctrina Rumsfeld-Cebrowsky. Una vez que EEUU pierde el control de Medio Oriente, donde la Federación Rusa recupera su inmediato ámbito disuasivo, frente a la geopolítica energética occidental, los intereses del primer mundo, expuestos en la COP 26, no hallan otra forma de liderar la “transición energética” si no es mediante un nuevo despojo vía la propagación del “caos constructivo” (que en realidad es caos infinito).
Las desastrosas experiencias desatadas en Irak, Siria y Libia ‒y ahora montándose en Sudan‒, pretenden ser diseminadas en el arco sudamericano. El Imperio en decadencia no necesita su involucramiento directo sino por medio de las oligarquías vecinas, sobre todo la chilena, para contener la posibilidad de que Bolivia se incline hacia la Ruta de la Seda (constituyéndose en corredor geoestratégico de la integración de la economía sudamericana al pacífico) y, de ese modo, desacoplarse de la geoecomía del dólar.
En Sudan se desató ya el “aparente” conflicto entre regiones, cuando en realidad es orquestado por mercenarios al servicio de empresas privadas de seguridad como DynCorp International. De igual modo, en Bolivia se pretende inflamar un conflicto regional, teniendo a Santa Cruz como el nicho de resistencia ante un supuesto gobierno autoritario. Esto con el fin de reforzar la leyenda anti-colla que funcionaliza muy bien las demandas orientales (cruceñas, sobre todo), por medio del chivo expiatorio “Estado colla”, como el “culpable de todos los males”; argumento de sus grupos de poder, cuando se desembarazan de cualquier responsabilidad ante problemas locales”.
Esto muestra cómo se manipula a nuestros pueblos usando el “rincón” de la escoria de nuestro propio pueblo, al servicio de los insaciables imperios de turno que sin ningún bochorno pretenden prolongar su opulencia a costa de la criminal miseria, desnutrición, ignorancia y desintegración de nuestra Patria Grande, que con 20 millones de Km2 y el 3er mercado más grande después de China e India, seguimos sometidos. El pueblo tiene que aprender a defenderse, o hacerlo como nuestros antepasados y Simón Bolívar.
Las agencias golpistas reviven los intentos de golpe en Perú