AGENCIA BOLIVIANA DE INFORMAICON (ABI).- Jeanine Añez conocía el pedido del papa Francisco para que se libere a las autoridades asiladas en 2019 después del golpe de Estado. Mientras la Conferencia Episcopal de Bolivia, días después de la solicitud del Sumo Pontífice, tuvo una reunión al respecto. Sin embargo, tanto el régimen de entonces como la élite católica guardaron silencio.
Las revelaciones fueron expresadas por la canciller del gobierno de facto Karen Longaric y, en parte, por el exembajador de Bolivia ante el Vaticano, Julio César Caballero, quien firmó el informe diplomático del 15 de enero de 2020, donde da a conocer que el papa Francisco solicitó proporcionar salvoconductos a las personas asiladas en la residencia de la Embajada de México, en La Paz.
Después del golpe de Estado de noviembre de 2019, los exministros Juan Ramón Quintana, Javier Zavaleta, Héctor Arce, Wilma Alanoca, César Navarro y Hugo Moldiz, además de Víctor Hugo Vásquez, exgobernador de Oruro; Pedro Dorado, exviceministro de Desarrollo Rural, y Nicolás Laguna, exdirector de la Agencia de Gobierno Electrónico y Tecnologías de Información y Comunicación (Agetic), se refugiaron en la residencia de la Embajada de México en la sede de gobierno.
Dos meses después, el Santo Padre sugirió “superar la crisis de los asilados en la Embajada de México en la ciudad de La Paz, proporcionando salvoconductos a aquellas personas que se encuentran en esa legación diplomática, consolidando así el proceso de pacificación y el periodo electoral iniciado por Bolivia”, según indica la nota clasificada de “muy urgente”, con CITE: EB.VA. NSC.08/2020, firmada por el entonces embajador de Bolivia ante la Santa Sede del Vaticano, Julio César Caballero Moreno.
La nota fue enviada a Karen Longaric con copia al entonces vicecanciller Carlos Zannier.
Caballero consideró, en radio Fides, que “es obvio que la señora Ministra comunicó a la señora presidenta en ese momento este mensaje, porque es un mensaje clasificado como muy urgente”.
Al respecto, Longaric indicó: “Conocía de esa carta y yo instruí al Vicecanciller de entonces hablar sobre ese tema y también le transmití a la presidenta (Jeanine Añez) el tema”, dijo en una entrevista con el programa Asuntos Centrales, según el periódico La Razón.
Es decir, Jeanine Añez, quien varias veces enarboló públicamente la Biblia, conocía la solicitud del papa Francisco para liberar a los asilados en la residencia mexicana, pero no permitió el desalojo de las exautoridades y tampoco hizo algún informe público sobre ese pedido.
Pero también la jerarquía católica del país tenía conocimiento de la preocupación del Santo Padre, ya que hizo gestiones en ese sentido, pero se limitó a solicitar la liberación de una persona de todas las asiladas, según relató Longaric.
Ella dijo que fue visitada por una “delegación grande” de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) y los sacerdotes, quienes le dijeron que ellos querían que el Gobierno “exprese un gesto humanitario y dé un salvoconducto al menos para una persona”, según publicó La Razón.
“Inmediatamente llamé a la Presidenta y al exministro (de Gobierno Arturo) Murillo y (también) le transmití esa gestión de la Conferencia Episcopal (porque eran) justamente los sacerdotes que participaron en la pacificación del país”, relató Longaric.
Al respecto, el exembajador Caballero, quien había transmitido la solicitud del Papa, dijo que se enteró de esas gestiones. “Solamente he escuchado, no tengo la información porque no necesariamente debo tenerla, sé que la gestión la realizó la Conferencia Episcopal que en su momento hizo una gestión ante la Cancillería. Hicieron gestiones para tratar el tema de los refugiados en ese momento. Eso es lo que sé, pero no tengo un conocimiento oficial de ese tema”, dijo en radio Fides.
Esas gestiones de la Conferencia Episcopal se hicieron días después de que Caballero informó al régimen de Añez, el 15 de enero de 2020, de la solicitud del Sumo Pontífice.
Luego, el 31 de enero de 2020, Añez otorgó permisos para que el exministro de Minería César Navarro y el exviceministro de Desarrollo Rural Agropecuario Pedro Damián Dorado López puedan salir de la residencia mexicana.
Al respecto, Longaric dijo que “entonces, la Presidenta seguramente analizó con Murillo y decidieron dar dos salvoconductos, uno para el exministro (César) Navarro y otro para un exviceministro”, contó.
Sin embargo, la Policía detuvo de manera ilegal a Navarro y Dorado por más de siete horas antes de su vuelo a México.
Sobre la detención, Longaric reveló otras gestiones de la jerarquía católica, ya que dijo que el Nuncio Apostólico la llamó para informar de ese problema.
“Entonces, llamé (otra vez) a la Presidenta y Murillo para decir que no se cometiera semejante atropello (detener a Navarrro y Dorado). Y a los dos días me visitó el Nuncio junto con un grupo de embajadores para expresarme su preocupación por lo que había ocurrido en el aeropuerto”, indicó.
El entonces ministro de Gobierno, Arturo Murillo, calificó esa detención como un “incidente” y atribuyó a una “mala comunicación” la aprehensión.
Después de esas dos liberaciones y pese al pedido del Papa, el resto de las exautoridades asiladas no pudo salir de la residencia mexicana. Inclusive, grupos civiles se apostaron en las cercanías y hasta la Policía reforzó el control para evitar la salida de los refugiados.
Sobre el conocimiento y papel del régimen de Añez y de la Conferencia Episcopal Boliviana, respecto a la solicitud del Papa para liberar a los asilados, la exministra de Culturas Wilma Alanoca dijo que ambos deben dar explicaciones al pueblo boliviano.
“Exijo a la señora Karen Longaric que no nos responda por Zoom, ni por Twitter, que venga a Bolivia desde Chile, que diga la verdad de lo que pasó con el tratamiento de esa nota tan importante de la que sí o sí dependía la vida de muchas personas y de muchas familias en nuestro país. Lo propio, que los señores de la Conferencia Episcopal de Bolivia digan la verdad con la Biblia en la mano y que le hablen al pueblo boliviano”, solicitó el viernes en el programa Primer Plano, de Bolivia TV.
Caballero: Longaric ‘sabe que hay dos vías expeditas; el Papa eligió la más cercana’
El Exembajador de Bolivia en el Vaticano dice que no había argumento para esperar una nota oficial.
Foto de archivo en la que se ve al entonces embajador de Bolivia en el Vaticano, Julio César Caballero, entregando sus cartas credenciales al papa Francisco.
El 15 de enero de 2020, Caballero envió una carta, con clasificación “muy urgente”, a Longaric, en la que transmitía el sentimiento del Pontífice: “Sugirió ‘superar la crisis de los asilados en la Embajada de México en la ciudad de La Paz proporcionando salvoconductos a aquellas personas que se encuentran en esa legación diplomática, consolidando así el proceso de pacificación y el periodo electoral iniciado por Bolivia’”.
“La señora excanciller sabe que hay dos vías expeditas; el Papa eligió la que estaba más cercana, por la proximidad y la urgencia, que era tener a un embajador, a un representante oficial del Estado Plurinacional de Bolivia, al frente, y lo hizo comentándoselo de la forma en que ha sido entrecomillado en la nota”, explicó Caballero a La Razón.
En 2019, tras los conflictos poselectorales que derivaron en la renuncia del expresidente Evo Morales, asediado por protestas sociales que ponían en duda los resultados de los comicios, siete de los colaboradores del mandatario se asilaron en la residencia de México, a la espera de un salvoconducto que el gobierno de Áñez nunca les otorgó. Se trataba de los exministros Héctor Árce, Wilma Alanoca, Hugo Moldiz, Javier Zavaleta y Juan Ramón Quintana, además del exgobernador de Oruro Víctor Hugo Vásquez y el exdirector de la Agencia de Gobierno Electrónico y Tecnologías de Información y Comunicación (Agetic) Nicolás Laguna.
Tras informarse de la carta enviada a Longaric, la excanciller confirmó que conoció la nota y afirmó que entonces ese documento fue transmitido a Áñez. Además, justificó que los salvoconductos los emite el Ministerio de Gobierno y no la Cancillería
“Conocía de esa carta y yo instruí al vicecanciller de entonces (Carlos Zanier) hablar sobre ese tema y también le transmití a la presidenta (Áñez) el tema; (pero) nosotros estuvimos esperando obviamente que hubiese una solicitud expresa, formal y como la diplomacia lo exige”, dijo la exministra en Asuntos Centrales.
Longaric incluso advirtió: “Yo hablé con el Nuncio (Angelo Accattino) en más de una oportunidad en mi gestión, él me ha visitado en el despacho junto a otros embajadores (…), pero jamás me ha transmitido ningún mensaje del Santo Padre”.
Caballero aclaró que siguió los procedimientos diplomáticos oficiales, pero no recibió ninguna orden para realizar alguna otra acción respecto a la carta enviada.
“Le informé que había recibido la nota de acuse de recibo de mi Cancillería y que seguía a la espera, pero no hubo una nota oficial hacia este suscrito exembajador; una nota que diga exactamente cuál era la línea que debíamos seguir a partir de la nota”, dijo.
Sin embargo, Caballero afirmó “no saber por qué no se activó la segunda vía oficial”, mediante el Nuncio Apostólico, pero advirtió que eso no quita el carácter oficial de la vía mediante una nota de la legación boliviana que hacía conocer la sugerencia del Papa.
La Razón había acordado una entrevista vía cuestionario por WhatsApp con Longaric, que, sin embargo, no fue respondido hasta el cierre de esta edición impresa.
Caballero contó que semanas después le ordenaron cesar en sus funciones, aunque no conoció las razones, porque —explicó— para ese procedimiento solo recibió una nota firmada por el ministro de la Presidencia, Yerko Núñez, que fugía como canciller interino.
“No recibí ninguna explicación sobre este tema; recibí una nota de cese firmada por el entonces ministro de la Presidencia, Yerko Núñez, donde no me da ninguna explicación ni el porqué del cese; solamente me da tres días para que haga entrega de las oficinas al segundo diplomático en rango que estaba en la Embajada por esos días”, contó Caballero a la periodista de este diario.
Explicó que incluso él y su familia tuvieron que quedarse en Italia en calidad de indocumentados, porque no pudieron regresar al país debido a que entonces fueron cerradas las fronteras por la pandemia de coronavirus. Dijo que devolvió el pasaporte diplomático a través de la Embajada de Bolivia en el Vaticano.
“Ya no tenía rango diplomático, sí tenía colaboración para poder conseguir los pasaportes normales, los regulares de cualquier otro ciudadano, pero quedé sin ningún otro documento, quedé sin ningún visado para estar en territorio italiano”, comentó.
Respecto de la exposición de la nota con fines políticos, aclaró que ese documento ya no está en su poder y por tratarse de un material diplomático oficial, solo existe una copia en la embajada y otra en Cancillería.
“La nota es un documento oficial de la Cancillería boliviana, por ende no puede estar en manos de ninguna exautoridad; lo que quiero decir es que esa nota ha sido filtrada en la investigación que seguramente ha hecho el periodista y de ninguna manera este suscrito exembajador ha tenido contacto con ese documento”, enfatizó.
Caballero recordó que la sugerencia del papa Francisco fue expresada el jueves 9 de enero de 2020, a las 10.30, durante el saludo del Cuerpo Diplomático. “Fue un encuentro anual donde se comparten los discursos del papa Francisco hacia la comunidad internacional”, dijo el exfuncionario, que coincidentemente ayer se encontraba en Italia, país al que viajó por la graduación de su hijo.
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