El régimen de Áñez derrochó 6.000 millones de dólares y no benefició al pueblo

Por Marco a. ibañez y Miguel Lazcano / LA RAZON.- El ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro, hizo un balance macro y micro económico del país, al cumplirse un mes de gestión del presidente Luis Arce. Los resultados son negativos, el gobierno transitorio “ralentizó” la economía, “paralizó” la inversión pública y creó fondos sin recursos, aseguró la autoridad en una entrevista exclusiva para La Razón, edición impresa.

Entre deuda interna y externa, la administración de la expresidenta Jeanine Áñez dilapidó $us 6.000 millones sin resultados, reveló el ministro, e hizo conocer las próximas medidas para superar la crisis.

—El Gobierno cumplió un mes de gestión, ¿cuál es el balance, qué números se encontró?

—Hemos encontrado la economía en una situación crítica. Los datos del PIB (Producto Interno Bruto) al segundo trimestre de 2020 ya reflejaban una variación negativa de 11,1%. Cuando estaba creciendo al segundo trimestre de 2019, estábamos con 2,70%. Ahí son dos puntos que se comió el gobierno anterior al primer trimestre (2020) para que sea casi cero. No había pandemia. Dos puntos del PIB lo limpiaron por una mala gestión económica.

—¿Manipularon datos?

No, mal manejo de la economía.

Eliminaron las empresas públicas, la inversión pública también la ralentizaron, se dieron un balazo en el zapato y a todo el país. ¿Por qué? Si la inversión pública dinamiza el empleo, en particular la construcción, que casi pesa un 60% la pública, y fue paralizada, ralentizada. Entonces, por el fundamentalismo del mercado empezaron a poner el esquema de dejar hacer y dejar pasar. Nadie preveía una pandemia de estas características. Y el primer trimestre cuando no había pandemia, desaceleraron fuertemente la economía para que crezca a cero y no había pandemia. El déficit fiscal en octubre de 2019 era 5,6% y a diciembre de ese año, en dos meses (del gobierno transitorio), subió a 7,2%, y lo justifican con los problemas de octubre.

—¿Pero dos puntos del PIB? ¿Todo en ese corto tiempo?

—Sí, y vamos a terminar casi en 12%. Ellos tenían al momento de su salida un déficit fiscal de 11,45% a 11,60%. Eso es un mal manejo económico. La pandemia ha sido la mejor excusa, pero yo estoy demostrando que antes de la pandemia ya estaban manejando muy mal la economía. Las empresas públicas se paran, se da una serie de ventajas al sector privado, y el presidente (Luis Arce), entonces candidato, denunció que las empresas privadas tenían una serie de ventajas y las públicas, ninguna.

Eso era un sesgo y favoritismo ligado a la ideología pro mercado, fundamentalismo de mercado. Al final del día, esto terminó en recesión y en la tasa de desempleo más alta que hemos visto, parecida a la UDP (crisis hiperinflacionaria de los 80’); la más alta recesión de estos 40 años. Nunca habíamos visto tanta implosión y desaceleración de sectores económicos, y no hubo respuesta. Una mala gestión sanitaria terminó paralizando la economía.

—¿Cómo se revierten esos números rojos?

Se debe reordenar la casa. Hay una madeja de decretos y medidas que han salido sin un plan. Y para lanzar nuevas medidas tenemos que derogar las que dejaron, porque son una serie de trabas, incluso para juntar los recursos que requiere la economía. Había fondos sin fondos. Esa era la realidad de todos los planes que tenía el anterior gobierno de facto.

Había muchos fondos que se crearon y no se utilizaron. Eso requiere que eliminemos todo tipo de escollo legal para implementar nuestro programa. De hecho, salió la abrogación del Decreto Supremo 4272, que fue muy importante.

En estos 30 días lanzamos un estímulo a la demanda interna, el Bono contra el Hambre, que lo sacamos en tiempo récord. El tema referido al diferimiento con el refinanciamiento y programación.

Por tanto, queda claro que estamos haciendo las medidas adecuadas y se viene un paquete más grande. Pero era necesario ordenar el desastre. Se tenía una serie de medidas mal implementadas.

Por ejemplo, se tenía el FORE (Fondo de Reactivación) con Bs 12.000 millones que no fue constituido jamás, el Fogasec (Fondo de Garantía Sectorial) con Bs 1.100 millones, Fogaviss (Fondo de Garantía de Vivienda Social y Solidaria) con Bs 5.000 millones, y se desembolsó Bs 500 millones pero nunca entregó una garantía.

—¿Son parte de los siete decretos abrogados?

Claro. Y es difícil desentrañar toda la madeja de decretos que son una traba, un obstáculo. No han servido pero están interconectados de tal manera que hay procesos de contratación que si uno abroga, todo puede quedar colgando y generar responsabilidades.

Los 30 días fueron importantes para eliminar todo eso.

Nuevo paquete de medidas

—¿Se prepara un nuevo paquete de medidas y cuándo serán implementadas?

—Estamos elaborando un fondo para apoyar a productores que quieran sustituir importaciones.

Muchas cosas que el país importa y que podemos hacerlas aquí como pegamentos, suelas de zapatos, el mismo borato que va a Chile y vuelve como azulejos o bidets.

Mucha actividad de química básica que la puede desarrollar el país. No estamos aprovechando esa potencialidad y seguimos erogando divisas ahí. Una forma de traer divisas es exportando y otra es cuidándolas. Y una de ésas es sustituyendo los insumos importados que usan los productores.

Necesitamos reactivar el Mutún para que nos dé hierro, plantas de biodiésel. Hay una asociación privada en Santa Cruz que está aprovechando, y que fue idea del presidente (Arce), para YPFB en su momento; pero esta asociación entendió muy bien el mensaje e hizo una planta pequeña y saca biodiésel. Entonces, YPFB va a tener que entrar en esa sustitución de importaciones, que es un ahorro de divisas. Y este fondo va a apoyar a todos los productores que sustituyan insumos importados.

Este fondo ayudará a los productores en condiciones de tasa concesionales simbólicas. Es una idea en el lado de la oferta. También se dará apoyo al sistema financiero para que pueda soportar esta carga que se viene y seguramente tendremos que implementar un plan de empleo. Obviamente, estas actividades que generan producción, jalan empleo.

Se tiene el plan de turismo de fin de año, que va a comenzar a dinamizar la actividad hotelera y gastronómica en un determinado porcentaje. Y, obviamente, el pago de los aguinaldos, de los sueldos de fin de año y el Bono contra el Hambre son elementos que van a dinamizar la demanda interna y productiva. Tenemos que pasar de ser un país comerciante a ser productor.

—¿Se tiene cuantificados los recursos para el fondo?

Lo anunciará el Presidente en su momento, pero es un fondo muy nutrido.

—¿Se inició la revisión del Presupuesto del Estado 2021?

—La Asamblea Legislativa hizo una evaluación y lo ha devuelto por inconsistencias macroeconómicas.

Muchos de esos números eran inconsistentes; se hizo un cierre macro. Muchas cifras se colocaron al “ojímetro” (sin cálculo).

Hay muchas cifras que no tienen sustento y esa es la razón de por qué la Asamblea lo devuelve al Ministerio de Economía, y estamos en plena revisión. Por ello, el Programa Financiero 2020, firmado con el Banco Central de Bolivia, en su segunda revisión, lo que hace es garantizar un cierre adecuado este año. El presupuesto agarrará esa base para partir. El Presidente ha instruido que este mes los proyectos que ya fueron concluidos se puedan hacer el pago efectivo, porque al final del día los constructores quizá necesitan estos recursos para volver a invertirlos. Hay proyectos que están en 97% y 98% de ejecución, y se hay carreteras que ya están terminadas, pero los constructores, porque no les han pagado, les pusieron alambre para que no las utilicen. Solo falta concluir algún detalle o que les paguen y empezar a utilizar esa infraestructura.

El Presidente ha instruido que la inversión sea hasta el 31 de diciembre con cierre presupuestario y se abra el 1 de enero. La inversión debe correr de forma fluida.

Presupuesto e inversión pública

—El proyecto de PGE 2021 del anterior gobierno redujo un 34% la inversión pública. ¿Se va a cambiar?

—Claro, si estamos en esa misma lógica de no privilegiar la inversión pública, seríamos neófitos o no tendríamos la capacidad de reactivar al país. La inversión pública es un motor importante que tiene que ser potenciado y esa es la instrucción del Presidente. Ya en diciembre se están concluyendo y pagando muchos de los proyectos y obras concluidas. Seguramente esto va a continuar de forma ininterrumpida en enero.

—¿Se incrementará la inversión pública?

—Sí, vamos a aumentar la inversión pública. Primero hay que detectar qué proyectos han finalizado y no se han pagado en este periodo; luego, los que están a un 95%, 80% e incluso 75%, que puedan ser incluidos en la próxima gestión, que hay que terminarlos.

Como dicen, faltan unos ‘puchitos’ para terminar éstos y hay unas inversiones claves. Mutún, ahí hay un crédito de los chinos del Exim Bank, tienen que volverlo a dinamizar. Tenemos el litio, frutos amazónicos, cacao silvestre.

Tenemos cosas que ya pueden dar, tenemos un programa de trigo que el gobierno de facto no sabemos qué ha hecho, que ya estaba en producción las semillas; tienes maíz que sale al Perú y vuelve en p’asankalla. Entonces, hay varias ideas para implementar la inversión pública. No solamente es decir el monto de la inversión pública sino dónde. Por ejemplo, el Presidente va a impulsar un proyecto para mejorar el transporte y sus costos, usando los ríos de Bolivia. Es como tener carreteras asfaltadas pero no las utilizamos adecuadamente. Entonces hay muchos lugares donde la inversión pública va a dinamizar, y obviamente no puede ser el monto de $us 3.000 millones, tiene que ser más porque es una fuente de dinamización y apalancamiento de la economía. Y, obviamente, los recursos —como se indicó— van a venir de la parte externa y de la parte interna. Hay que buscar las mejores condiciones, ahora es un momento propicio y hace días se hizo el pago de la planilla 26 para el Tren Metropolitano. Ya se ha empezado a reactivar, otra vez, la inversión pública. Entonces, creemos que ese es un motor importante en la dinamización en la actividad económica del 2021.

—¿Cuál será la estrategia para generar recursos? ¿Cooperación o renegociación de la deuda?

—El Presidente ya solicitó condonación de la deuda externa, pero es una idea que está girando en el mundo en el G20. Se hablaba de dar un alivio al servicio de la deuda en la esfera mundial. El Presidente fue claro y es una manera de aliviar esos recursos y se queden aquí. Pensamos que entender las posibilidades de estructurar nuevamente la deuda permitirá una salida adecuada de esta situación; nos liberará ciertos recursos de la deuda externa de una manera planificada, organizada y que no genere la idea de insostenibilidad, aunque los límites no tienen mucha relevancia.

Estamos en la era histórica de mayor endeudamiento en el mundo y es una manera que todos están buscando cómo apalancarse. Los mercados han generado un espacio de deuda externa barata, las tasas de interés están bajas. Probablemente, Bolivia debería evaluar recomponer la deuda y conseguir algunos créditos externos baratos, Cuando la vacuna del COVID-19 sea efectiva los mercados va a reaccionar y empezarán a subir la tasa de interés porque se va a recuperar la economía mundial. Por lo tanto, hay oportunidades que hay que mirar como relevantes.

—¿Cómo será la negociación?

—Hay un movimiento mundial de economistas como Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía, que manifiesta que esta flexibilización ayudará a la economía.

Este movimiento permitirá una plataforma donde nosotros vayamos a negociar.

Crédito del FMI

—¿Se va a considerar al FMI y qué se hará con la gestión realizada por el anterior gobierno?

—Hubo una mala gestión con ese crédito externo, porque toda autorización debe pasar por la Asamblea, y ahí se han pasado las competencias y hubo una mala gestión del endeudamiento con el FMI (Fondo Monetario Internacional).

Estamos evaluando y pronto daremos una posición. No es la más significativa, porque tenemos otras fuentes de financiamiento más importantes en qué pensar, que son BID, Banco Mundial y CAF, que son con los que tenemos el portafolio más importante de endeudamiento externo.

—¿Se conoce qué se hizo con los recursos del FMI de $us 327 millones?

—Estamos evaluando qué se hizo.

Primero, figuraba en las estadísticas de la deuda externa, luego ha salido y está en cuenta transitoria, y estamos viendo cómo se ha manejado este endeudamiento con el FMI.

—¿Cuál la situación de la deuda pública interna?

—En el gobierno de facto se ha elevado con distintos créditos, pero la pregunta es dónde se ha ido la plata. Siempre digo que el endeudamiento no es malo en la medida dónde diriges estos recursos.

Entonces, el gobierno (de Jeanine Áñez) como que ha gastado $us 6.000 millones en todas estas medidas y la economía no ha recuperado.

Se tenía un programa de reactivación del empleo y ha sido el periodo donde más desempleo hubo. Totalmente ilógico todo este esquema de endeudamiento interno, que no sabemos exactamente para qué ha servido.

—¿Dónde se ha asignado?

—Podemos saber dónde se ha asignado, pero el impacto es nulo.

—¿Son $us 6.000 millones entre deuda interna y externa?

—Es ese valor, más o menos, entre $us 6.000 millones, entre deuda interna y externa, como medidas paliativas y todo aquello pero que en resultado no ha funcionado.

—¿Por qué?

—Porque no solamente aquí, sino en otras partes del mundo, lo que han hecho es dar un solo bono pero consistente no a cuentagotas; eso no ha tenido el impacto. Por ello, el Bono contra el Hambre tiene otra dinámica, otro impacto, porque también el monto es significativo. Por ejemplo, una familia de dos o tres personas mayores de 18 años, que no trabajan, llegará a cobrar Bs 3.000, que es una inyección importante de recursos.