LA RAZON.- El secretario ejecutivo de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), Sacha Llorenti, consideró este lunes que los jerarcas de la Iglesia Católica tienen actitudes racistas en Bolivia e incluso un “odio terrible” al Movimiento Al Socialismo (MAS).
“La Iglesia, la jerarquía católica boliviana, es de las más reaccionarias, de las más conservadoras y tiene por supuesto actitudes que tildan en el racismo (porque) no se puede entender de otra manera el odio terrible que le tienen al Movimiento Al Socialismo”, afirmó el también exministro de Evo Morales, en una entrevista con La Razón Radio.
Y una de las razones de esa actitud, según Llorenti, tiene que ver con el hecho de que en la Constitución Política del Estado de 2009, la Iglesia Católica perdió los privilegios que antes tenía en el país.
“La Constitución anterior a 2009 decía que el Estado sustenta o sostiene a la Iglesia Católica, la Constitución actual dice que el Estado es independiente de cualquier tipo de religión y creo que eso es lo que no le perdonan al proceso de cambio, el haber construido un Estado no confesional, como son la mayoría de los Estados modernos, solo que la jerarquía católica está anclada en el Siglo XVIII y con suerte en el Siglo XIX”, dijo el secretario ejecutivo.
En la actualidad, la representación de la Iglesia Católica en Bolivia es cuestionada por el gobierno de Luis Arce y otros actores del oficialismo por el rol que jugó en las negociaciones extralegislativas de la crisis de 2019, que posibilitaron la llegada de Jeanine Áñez a la presidencia tras la renuncia de Morales. Hecho que ahora es investigado como un supuesto golpe de Estado.
“Es terriblemente trágico, la Conferencia Episcopal Boliviana ha llevado a una deriva irresponsable a la Iglesia en su conjunto y eso es muy lamentable porque muchos católicos por supuesto que no sienten lo mismo que la jerarquía que ha tenido un rol político absolutamente claro, que ha sido partícipe del golpe de Estado, que ha sido cómplice de las masacres y ha tenido también un silencio cómplice en la persecución política, en la criminalización de políticos, periodistas y de sindicalistas”, señaló.
La Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) presentó una memoria-cronología sobre su accionar en la crisis poselectoral de 2019, la que fue duramente criticada por el oficialismo por validar la sucesión de Áñez.
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