ABI.- Durante el régimen de Jeanine Áñez, una de las características controversiales fue la preferencia por entornos familiares para asumir cargos públicos.
Carolina Ribera Añez, la hija mayor de la presidenta Jeanine Áñez, fue designada como representante en la Unidad de Apoyo de Gestión Social de la Presidencia. Andrea Áñez, sobrina de la expresidenta fue directora de la Agencia Estatal de Vivienda en Beni.
Luís Alberto Áñez, primo de la exmandataria, fue Viceministro de Desarrollo Rural y Agropecuario. En diciembre de 2019, la designación de la hermana del ministro Arturo Murillo como diplomática de Bolivia en Miami, EEUU, provocó polémica.
El Movimiento Al Socialismo denunció nepotismo; sin embargo, la entonces canciller Karen Longaric argumentó que se la designó por su experiencia y dijo que “el tema de parentesco no debería ser un óbice”.
No fue el primer caso. Según datos proporcionados por el embajador de Bolivia ante la Organización de la Naciones Unidas (ONU), Diego Pary a La Razón, se nombró a Albert Hoffman Lora, sobrino de Longaric, en la oficina regional en Santa Cruz.
Dijo que Jaqueline Montaño Castro, novia de hijo de Longaric, fue agente consular en Corumbá. La sobrina de Áñez, Andrea Echarte Áñez, fue secretaria en la embajada en Paraguay.
Se refirió al caso de un amigo cercano de Áñez, Mohammed Mostajo, quien ejerció un cargo de Embajador de Ciencia, Tecnología e Innovación ante Organizaciones Internacionales durante el régimen.
Pary dijo, en entrevista con Erbol, que el cargo de Mostajo “nunca existió” y que fue solo un “invento” de la excanciller Karen Longaric.
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