García Linera propone el escenario contemporáneo para América Latina

SRSUR / Argentina.- Álvaro García Linera, ex vicepresidente de Bolivia, sostuvo este lunes 5 de septiembre, que “el progresismo ha mostrado sus límites en América Latina” al exponer ante el Consejo Argentino de Relaciones Internacionales (CARI).

El ex vicepresidente boliviano consideró que la primera oleada de progresismo en América Latina (la de la primera década de los 2000) ha mostrado sus límites.

La principal falla (del progresismo) estuvo en “la implementación de políticas redistributivas sin mejorar los sistemas productivos”, evaluó García Linera.

“El progresismo en América Latina no pudo consolidarse porque el mundo estaba en otra cosa”, añadió.

Expuso que otro límite que encontraron los sistemas de América Latina fue causado por el COVID y el encierro, que nos enfrentaron a problemas para los que no estábamos preparados: “se tuvo una respuesta administrativa y no audaz, como se necesitaba”.

García Linera estimó que queda al menos una década de transición hasta la consolidación del nuevo ciclo, donde surja un nuevo sistema de creencias.

Y luego consideró que éstos tiempos liminares comparten el estupor colectivo, que no puede durar mucho, ya que la gente intentará inclinarse hacia una nueva certidumbre.

En este escenario que expuso en el CARI, García Linera reservó una cuota de optimismo en virtud de lo que considera que son las oportunidades para América Latina y sintetizó en cinco puntos:

1) Libre Mercado con límites: esto implica una retracción de las cadenas estratégicas en donde vemos perfilarse a México como “la China” de los Estados Unidos. En ese sentido, el resto de la región tiene una oportunidad.

2) El rol del Estado como productor: Francia, que ha nacionalizado y unificado las empresas de energía eléctrica y nuclear, mientras que Gran Bretaña analiza en el mismo sentido un reordenamiento vinculado al transporte, hoy el Estado vuelve a tomar protagonismo como productor.

3) Énfasis en cadenas de valor regional, con una mirada “anfibia” de aquello que puede importarse y no. No se puede depender de algunas cosas en el esquema de la Economía Mundial.

4) Enfoque más productivista y menos financiero, que estará más controlado.

5) Una discusión sobre la Igualdad en la agenda pública de la misma manera que se ha discutido la flexibilidad laboral, hoy parte indivisible del trabajo contemporáneo.

Luego emitió sus opiniones sobre cómo se conjuga el escenario contemporáneo para América Latina entre lo que puntualizó:

1)Transición energética: La oportunidad está en el litio y en el desafío de construir un triángulo/pentágono virtuoso para abastecer al mundo del litio. Habrá una ventana de dos décadas antes que aparezcan otros sustitutos;

2) Agricultura sustentable: Permitirá una inserción local y mundial. Necesita de una arquitectura política dentro de la lógica de estas economías híbridas.

3) Articulación del capital bancario y productivo: menos orientado a áreas comerciales.

4) Multilateralismo exportador: Materias primas y valor agregado. Pensar en los Estados Unidos y China. En el país norteamericano hay lugar para los bienes con valor agregado, mientras que para China hay espacio para alimentos y materias primas.

5) Industrialismo para mercados internos: entendido como un proceso de inclusión de mayor tecnología y mayor fuerza laboral. Y contrapuesto con el proceso de industrialización, que incorpora tecnologìa pero excluye a la fuerza laboral.

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