Por Carlos Corz / LA RAZON.- Reapareció el exvicepresidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE) Antonio Costas para negar un fraude electoral en las justas de 2019 y mostrar la inconsistencia de la “auditoría” de la OEA como el haberse centrado de forma “sesgada” en el 4% de las actas electorales. No solo eso, habló de un “caballo de troya” porque Álvaro Andrade de Ethical Hacking resultó –dijo- ser militante de Unidad Nacional (UN).
Informático de profesión, Costas puso en duda en una entrevista en la red XTOTV la confiabilidad técnica de la auditoría instruida por la Organización de Estados Americanos (OEA) a las elecciones de octubre de 2019 y observó un trabajo “político” de Ethical Hacking
Costas habló de un “caballo de troya” al referirse al trabajo de Ethical Hacking, contratada para auditar el sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP), porque su gerente, Andrade, había estado registrado en el partido de Samuel Doria Mediana, UN.
“A mí me pareció después de este incidente (cambio de tendencia denunciado en los resultados del TREP) que Ethical Hacking actuó como caballo de troya, pero no tenía un justificativo, pero en esta búsqueda hay personas inquietas y publican que el señor Andrade era militante de UN desde el 2004. Solo una referencia y la segunda referencia es un tuit en el que Andrade dice: Grande nuestros policías y militares bolivianos (en la crisis de noviembre)”, sostuvo.
Otro elemento llamativo, dijo, fue la disputa entre esta empresa y la otra contratada, Neotec.
Para el exvicepresidente del TSE, de principio el experto contratado por el organismo internacional, según el informe al que se tuvo acceso, al no encontrar problemas en el 95% de actas se centró en el restante porcentaje que no es una muestra significativa para poner en duda el conjunto de actas.
“Después de hacer la comparación, dice como conclusión el experto de la OEA: las diferencias de la comparación entre el TREP y el cómputo son mínimas, por tanto me voy a centrar en mi análisis en el cuatro y medio por ciento que no fue transmitido. Esa conclusión nos indica que el 95% del cómputo versus el TREP (transmisión rápida de resultados) no tenía observaciones del experto”, sostuvo.
Costas, quien estuvo en la cárcel por más de un año por el caso fraude electoral, afirmó que hubo una intención de “forzar la demostración de un cambio de tendencia (en el voto)”, uno de los factores que enarboló la misión de observadores de la OEA para denunciar irregularidades en las justas en un primer informe preliminar.
Fue el informe del organismo el que agudizó la crisis que se arrastraba en noviembre bajo la consigna de fraude electoral. A las protestas cívicas se sumaron un motín policial y la “sugerencia” militar de dimisión de Evo Morales, quien finalmente renunció. Dos días después tomó el poder Jeanine Áñez, como resultado de reuniones extralegislativas.
Ni bien renunció Morales, la Fiscalía activó de oficio un caso por fraude electoral y empezó con la detención de los vocales nacionales y departamentales. La Fiscalía archivó los procesos por falta de pruebas en el ámbito departamental, restando una definición sobre los exvocales nacionales.
También desmintió que haya habido un tercer servidor oculto, como se denunció. “El servidor B01 y B020, en ambos casos, eran pasarelas que validan el acceso del usuario, la base de los datos central, donde estaba almacenada la información del TREP, nunca fue modificada”, aseguró.
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