LA RAZON.- En las ruinas de Tiwanaku, mudo testigo de uno de los imperios más grandes de la humanidad, el presidente electo, Luis Arce, y su vicepresidente, David Choquehuanca, presentaron este viernes una ofrenda a la Pachamama, en una ceremonia privada que fue como una posesión simbólica.
“Estamos en Tiwanaku, en el inicio de la ceremonia de ofrenda a la Pachamama para que la salud y fuerza nos acompañen para gobernar Bolivia”, escribió Arce en su cuenta de Twitter, a menos de 48 horas para su posesión oficial en la primera magistratura del país, en la ciudad de La Paz.
Ubicada a 20 kilómetros del lago Titicaca y a 71 de la ciudad de La Paz, Tiwanaku es un enorme conjunto de ruinas que se extiende sobre un área de 420 hectáreas. A una altura de 3,840 metros sobre el nivel del mar, es la zona arqueológica más alta de América. Se había descartado en la semana un acto en Tiwanaku, para evitar gastos y por prevención ante la pandemia de COVID-19.
Considerado un importante centro espiritual anterior a los incas, Arce y Choquehuanca participaron en la ceremonia con amautas (sacerdotes andinos) y jefes de ayllus de comunidades de la zona, antes de jurar a sus cargos en la Asamblea Legislativa.
Los futuros mandatarios, como lo hizo el entonces presidente Evo Morales en 2006 al iniciar su mandato, también en Tiwanaku, se encomendaron a la Pachamama. Ello sucede en medio de un clima de desestabilización por grupos que rechazan los resultados de las elecciones, en las que Arce y Choquehuanca ganaron con 55,1% de la votación.
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