ABI.- La entonces senadora Jeanine Áñez sabe muy bien lo que hizo entre el 10 al 12 de noviembre de 2019. Aceptó sin dudar la propuesta que le hizo un emisario de Carlos Mesa para tomar la presidencia de Bolivia; dijo a Unitel que le “correspondería asumir este reto” y llegó a La Paz disfrutando de la cápsula militar/policial exclusiva para presidentes.
Por esas sus acciones y omisiones de esos tres días, cuando Áñez se desempeñaba como senadora, es que la justicia iniciará este jueves el juicio oral en su contra en el caso denominado “golpe de Estado II” en el cual es acusada por los delitos de resoluciones contrarias a la Constitución y las leyes e incumplimiento de deberes.
En esos tres días, con el respaldo de Mesa, la jerarquía católica, embajadores extranjeros y de Waldo Albarracín, quienes se reunieron en secreto en la Universidad Católica Boliviana (UCB), Áñez pactó con la dupla Luis Fernando Camacho-Marco Pumari y se reunió con la élite católica antes de autoproclamarse como presidenta del Senado, primero y presidenta del país, después.
Para justificar la toma del poder, ella dijo que asumió la presidencia “ipso facto” (inmediatamente o en el acto) ante un “vacío de poder” o de forma “automática”, según explicó Carlos Mesa, pero un informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y una sentencia del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) desbarataron esos justificativos.
A continuación se muestran los hechos de esos tres días relacionados a Jeanine Áñez, del 10 al 12 de noviembre de 2019, que marcaron a fuego la historia de Bolivia en un contexto de motín policial (que incluyó el resguardo personal a Camacho) e insubordinación militar, días que ahora la condenan.
Reunión secreta en la UCB decidió y propuso
– El 10 de noviembre de 2019, Evo Morales, que no había presentado aún su renuncia, y otras autoridades, intentan abordar el avión presidencial FAB-001 para trasladarse a Chimoré, Cochabamba, pero los pilotos de la aeronave se negaron, mientras aviones K8 salían a reprimir la protesta social con autorización de un gobierno paralelo que operaba desde las sombras.
Esa jornada, el Alto Mando Militar pidió la renuncia del Presidente constitucional.
También el 10 de noviembre, la jerarquía católica convocó a actores políticos, diplomáticos a una reunión secreta en la UCB, pero excluyó del encuentro al Gobierno y al MAS.
Entre los asistentes a la cita “(…) estuvieron presentes por la Conferencia Episcopal Boliviana: el Secretario General, Mons. Aurelio Pesoa; el Obispo de El Alto, Mons. Eugenio Scarpellini; el Obispo Auxiliar de El Alto, Mons. Giovani Arana, el Secretario General Adjunto, P. José Fuentes Cano, y Juan Carlos Nuñez; por el cuerpo diplomático: el embajador de Brasil, Octavio Henrique Cortes; el embajador de la Unión Europea, León de la Torre; el embajador de España, Emilio Pérez de Ágreda; y el exembajador de España, Carmelo Angulo; por los comités cívicos estuvo presente Jerjes Justiniano (enviado de Camacho), por el CONADE, Waldo Albarracín y, por parte de Comunidad Ciudadana, Ricardo Paz (asesor de Carlos Mesa)”, indica el “Informe–Memoria de los Hechos del Proceso de Pacificación en Bolivia”, ocurridos entre octubre 2019 y enero 2020 que fue presentado por la Secretaría General de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB).
En esa reunión secreta se le ofreció la presidencia a Jeanine Áñez. Desde la sala de reunión, “a petición de los presentes, Ricardo Paz tomó contacto con la senadora Jeanine Áñez, vía telefónica y con micrófono abierto le preguntó acerca de su disponibilidad para asumir la presidencia del Estado. Ella respondió: ‘si es para servir al país, aquí estoy’”, añade el informe de la jerarquía católica.
La propuesta para que ella tome en poder se realizó entre las 18.00 y 19.00 horas aproximadamente, según dijo Áñez en su declaración ante la Fiscalía.
A las 18:45, envalentonada con el respaldo de la reunión secreta en la UCB, ella ya se sintió presidenta de Bolivia y dijo a Unitel que “le correspondía” asumir el cargo. (https://www.youtube.com/watch?v=0H0cgJa_ghQ ).
Pero también admitió en la entrevista, en su condición de abogada, que para lograr su propósito se requería la lectura en la Asamblea Legislativa Plurinacional de las renuncias de las autoridades nacionales y que se necesitaría el quorum reglamentario para tomar decisiones. Ambos requisitos legales nunca los cumplió.
Se presentó como Presidenta del Senado y llamó a las FFAA
El 11 de noviembre de 2019, ella llegó a La Paz en un operativo militar y policial que incluyó el uso de un helicóptero y el protocolo presidencial. Esa fecha coordinó con Camacho y Pumari, según declaró Áñez ante los fiscales.
Esa fecha, se presentó como presidenta del Senado y a las 19:50, mediante Unitel, convocó a las FFAA a salir a las calles a reprimir a las “hordas delincuenciales” que intentaban frenar el golpe de Estado. (https://www.youtube.com/watch?v=yDAL0_9Rpa4 ).
Tras ello, el operativo militar y policial la condujo en secreto a una casa de seguridad con cuatro policías que actuaron como guardaespaldas.
Esa fecha, se produjo una segunda reunión en la UCB donde Jorge Tuto Quiroga instruyó a las FFAA que permitan el vuelo de la aeronave que trasladaba a Evo Morales, según el mismo contó meses después.
El 12 de noviembre, Áñez se autoproclamó presidenta de Bolivia y asumió ipso facto el poder.
Informe del GIEI y sentencia del TCP
Al respecto, la investigación internacional del GIEI establece que la autoproclamación de Áñez fue sin cumplir los requisitos legales fundamentales ya que no existió el quorum reglamentario y no se respetó el principio de que las presidencias de las cámaras legislativas le corresponden al bloque de mayoría, es decir al MAS y no al bloque de minoría, donde pertenecía Áñez.
“Para elegir presidente del Senado, paso previo para la designación del presidente provisorio de Bolivia, se debe contar con un quórum de la mitad más uno de los 36 senadores, es decir, 19 legisladores, de acuerdo con su reglamento interno. Según el reglamento interno de la Cámara de Senadores, para elegir el presidente del Senado se debe contar con un quórum de la mitad más uno de los 36 senadores, es decir 19 legisladores. El mismo reglamento tiene normas que, de un lado, atribuyen a la segunda vicepresidenta reemplazar a la presidenta y a la primera vicepresidenta cuando ambas se hallen ausentes y, de otro, define que corresponde la presidencia de la Cámara al bloque de la mayoría. En reunión del Senado sin el quórum previsto en reglamento, Jeanine Áñez se proclamó como presidenta de la Cámara de Senadores, en sucesión por vacancia de los cargos de presidente y primer vicepresidente. Luego, también sin el quórum requerido, en el recinto de la Asamblea Legislativa, Áñez se declaró presidenta interina del Estado Plurinacional de Bolivia”, enfatiza el informe internacional.
“Ese mismo día de noviembre, Jeanine Áñez ingresó a Palacio Quemado y el jefe de la Casa Militar le puso la banda presidencial y le entregó el bastón de mando”, agrega el informe del GIEI.
Por si fuera poco, el Tribunal Constitucional Plurinacional, mediante la sentencia 0052/2021 de 29 de septiembre de 2021, ratificó que en el país hubo un golpe de Estado y en ningún momento existió vacío de poder.
“El Tribunal ha hablado con una Sentencia. Acá ha habido un golpe de Estado y no podemos dejar que se siga distorsionando y tergiversando la realidad. El razonamiento del Tribunal es contundente: en el país ha habido un golpe de Estado”, manifestó el ministro de Justicia, Iván Lima, el 15 de octubre de 2021.
El TCP estableció que la sucesión presidencial “ipso facto” solo llega hasta la presidencia de las cámaras (de Diputados y Senadores), que no hubo vacío de poder en 2019, que el reemplazo temporal de la segunda vicepresidencia no significa que asume el cargo, que la renuncia de cualquier autoridad electa debe hacerse conocer al Tribunal Supremo Electoral y a la Asamblea; solo cuando la Asamblea acepta la renuncia recién se hace efectiva la dimisión por lo que la autoproclamación de Áñez no fue constitucional.
Respecto a la versión de que Áñez asumió la Presidencia del Senado e ingresó a la cadena constitucional para asumir la presidencia de Bolivia “ipso facto”, esto no es posible, según la sentencia del TCP.
Esa norma legal indica que, en base al reglamento general del Legislativo, los cargos de Presidencia en Diputados y Senadores están reservados exclusivamente para el bloque de mayoría, es decir al MAS-IPSP, mientras que el resto de los cargos pueden ser asumidos por el bloque de minoría (donde estaba Jeanine Áñez).
La Sentencia cita el Reglamento General del Legislativo y concluye que “(…) por previsión del art. 33 del señalado cuerpo reglamentario, debe darse observancia a que en la composición y elección de la Directiva, la Presidencia, la Primera Vicepresidencia y la Primera y Segunda Secretaría, corresponden al bloque de mayoría; mientras que la Segunda Vicepresidencia y la Tercera y Cuarta Secretaría, al bloque de minoría”.
Es decir que Jeanine Áñez nunca tuvo la posibilidad legal de asumir la Presidencia del Senado ya que ella estaba en el bloque de minorías. Y si no tuvo la posibilidad de asumir legalmente la presidencia del Senado, tampoco estaba habilitada legalmente para ingresar a la sucesión presidencial y menos asumir “ipso facto” la presidencia de Bolivia.
Pese a esas restricciones legales, la abogada Áñez se autoproclamó presidenta del país y ahora es sometida a un juicio oral por lo que hizo y/o omitió entre el 10 al 12 de noviembre de 2019.