Por Edmundo Juan Nogales Arancibia /LA EPOCA.- Las recientes publicaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el semanario inglés The Economist con relación a la inflación mostraron a Bolivia como uno de los pocos países con inflación controlada en el mundo, a lo que se suma una publicación de la Comisión Económica para América Latina (Cepal) que expone que nuestro país será el Estado que más reducirá la pobreza en la región. Estos estudios son oportunos para mostrar que los indicadores económicos positivos no son resultado de un “efecto rebote”, sino atribuibles a la gestión económica implementada.
Cuando salieron las cifras positivas expuestas a finales de 2021 sobre los resultados en la gestión económica por parte del gobierno nacional, analistas y economistas que cuestionan el Modelo Económico Social Comunitario Productivo (Mescp) atribuyeron tal resultado a un “efecto rebote” que sería consecuencia del retorno a la seminormalidad en las actividades económicas después de las primeras olas de la pandemia del Covid-19.
Ese argumento lo ejemplificaron comparando el crecimiento económico de países vecinos, como Chile o Argentina, indicando a la opinión pública que nuestro “efecto rebote” fue más bajo que el de estos.
Sin embargo, cuando el FMI y The Economist publican el resultado de los análisis de inflación en revelan que nuestra economía cuenta con la inflación más baja de la Región y que está entre las menores a nivel global; pese a ello los analistas continuaban cuestionando el rol interventor del Estado en la economía, por las medidas implementadas para cuidar el mercado interno.
Ambas publicaciones dejaron desfasados a los analistas, porque expusieron que los resultados positivos de la inflación controlada son resultado de ese rol del Estado, que cuidando a la población interviene para evitar que los fallos del mercado agravados con la crisis carguen en el pueblo el elevado costo de combustibles y cereales que están agobiando al planeta.
Ahora se suma el informe de la Cepal titulado “Repercusiones en América Latina y el Caribe de la guerra en Ucrania: ¿cómo enfrentar la nueva crisis?”, publicado el 6 de junio, el cual confirma que de 17 países evaluados en América Latina y el Caribe 12 incrementarán sus niveles de pobreza, un país mantendrá esos niveles y solamente cuatro la reducirán, entre ellos Bolivia, que es el que más avanza en ese margen con 1,4% de reducción, mientras que los otros tres reducirán el indicador de pobreza en menos de un punto.
Con ello va quedando atrás el cuestionamiento del llamado “efecto rebote”, ya que, a más de un año y medio de la posesión del gobierno nacional, dos resultados que no pueden negarse a nivel internacional, como son la inflación controlada y reducción de la pobreza, en un contexto de continuidad de pandemia y de crisis internacional que estalló con la guerra en Ucrania, muestran la capacidad del Mescp de lograr avances en la reconstrucción económica.
Seguramente cuando se instale el debate sobre este análisis publicado por Cepal saldrán argumentos a favor y otros en contra, pero estos últimos tendrán que alejarse del llamado “efecto rebote” ya que, viendo los hechos, no se pueden negar los resultados de la gestión económica del Gobierno, al fin y al cabo no se dejó la economía a la mano invisible del mercado, situación con la cual la realidad económica sería como de la mayoría de los países en crisis y recién valdría la calificación de “efecto rebote”.