Que el diablo escoja

Por Freddy Morales / LA RAZON.- La derecha siempre lo tuvo claro. Las movilizaciones de 2019 contra Evo Morales eran para sacar del gobierno a Morales y al Movimiento Al Socialismo (MAS), no por la democracia. Tres meses antes Carlos Mesa, candidato, afirmó en un desayuno con medios internacionales que Morales “no es, ni será candidato”. Luis Fernando Camacho, a cargo del Comité Cívico pro Santa Cruz y otros comités cívicos anunciaron mucho antes de la votación que no aceptarían el resultado. Los medios y periodistas afiliados a la derecha y empeñados mucho antes en la desestabilización del gobierno de Morales, habían pronosticado con dos meses de anticipación que habría fraude. La noche del domingo 20, de elecciones, Carlos Mesa confirmaba las predicciones periodísticas: “se produjo un fraude monumental”. (*)

Se desbordaron las acciones terroristas de la derecha con grupos paramilitares hasta llegar a la toma de rehenes y quema de viviendas de gente cercana al gobierno de Morales. Caso emblemático el de Víctor Borda, presidente de Diputados, cuyo hermano, Marco, fue tomado rehén, torturado, obligado a caminar descalzo calles de Potosí, su vivienda incendiada y con fijación de hora para “ejecutarlo” si Víctor no renunciaba. Todo transcurría bajo el amparo del “motín” policial que dejaba hacer.

Tras la renuncia de Morales, los principales cabecillas entraron a una competencia sobre quién había conspirado más. Luis Fernando Camacho contó cómo su papá “arregló” con la Policía “para que no salga”. Solo entonces, el valiente Luis Fernando dio plazo para que Morales renuncie y le llevó la carta para que la firme (como hizo Luis García Meza con Lydia Gueiler en 1980). El “macho Camacho” publicó en las redes videos suyos vestido de policía para presumir el pacto de su papá y contar cómo caminaba, protegido, para conspirar.

Otro concursante fue Jorge Tuto Quiroga. Pregonaba que se convirtió en “agente de viajes” de Evo Morales, porque fue quien autorizó que ingrese el avión mexicano que lo llevó al exilio: “Yo hablo con la gente de la Fuerza Aérea, les digo que den el permiso para pacificar el país y también, no voy a negar, porque el hecho de que suba al avión mexicano, se vaya al asilo, significaba dejación del cargo, abandono de funciones y efectivizaba la sucesión constitucional”. Anunciaba a los “hermanos de Venezuela, Cuba y Nicaragua” que iría a liberarlos y en Bolivia los liberados le agradecían: “En el canal donde trabajaba la esposa del ex Vicepresidente, yo llegué y todos me decían gracias. ¿Por qué?, porque también se han liberado de tener que estar sometidos. Imagínense que la esposa del Vicepresidente sea la que dé las noticias en un canal independiente. Así pasaba en mi país”.

En esa disertación en México, Quiroga intentó “legalizar” que Jeanine Áñez se hubiese proclamado presidenta sin quorum aludiendo la sucesión constitucional de 2005: “…renuncian a la sucesión el presidente del Senado, renuncia el que lideraba diputados y acabamos con un juez, Rodríguez Veltzé, él es posesionado en una sesión donde no había quorum ni por asomo porque había dinamitas, problemas, dificultades y se procedió a hacer la sucesión porque así mandaba la Constitución, no decía con quorum, sin quorum”.

No es difícil suponer que esa misma historia manejaron Quiroga, Carlos Mesa, un grupo de obispos católicos y de embajadores para ofrecerle la presidencia a Áñez y evitar el ingreso de parlamentarios del MAS para que no haya quorum en el único lugar donde legalmente se debía resolver la crisis. La señora Áñez ante la Fiscalía contó que Ricardo Paz, operador político de Carlos Mesa, desde la Universidad Católica, durante la reunión que sustituyó al Legislativo, le ofreció ser presidenta y del trato de jefa del Estado que le dispensaron Policía y Fuerzas Armadas antes de que tome el gobierno. Es fácil suponer quiénes daban las órdenes a la Policía y, en este caso, otra vez, a la Fuerza Aérea.

Demasiado obvio que una conspiración tan prolongada y minuciosa no tenía como objetivo devolver la democracia y el gobierno al Movimiento Al Socialismo tras la anulación de Evo Morales. Y lo dejó claro uno de los cabecillas, el 9 de noviembre, un día antes de la renuncia: “El tema de la sucesión, con todo respeto. Leamos la Constitución, entre Evo Morales, García Linera y sus presidentes de Cámara que venga el diablo y escoja. Yo no quiero decir cuál masista se queda”.

(*) El gobierno de Jeanine Áñez abrió 10 procesos por fraude electoral. En su año de gestión ni Mesa, ni nadie presentó una sola prueba, al extremo que los 10 procesos se cerraron “por falta de pruebas”.

Freddy Morales es periodista.

https://www.la-razon.com/voces/2022/06/06/que-el-diablo-escoja/