El represor del gobierno de Goni, Sánchez Berzaín, confiesa que asesoró a Añez

AHORA EL PUEBLO.- La revelación de Carlos Sánchez Berzaín, exministro de Defensa de Gonzalo Sánchez de Lozada, ratifica que bloques de poder internacionales y la derecha opositora fueron parte del golpe de Estado de 2019.

En contacto con la prensa, el diputado Jerjes Mercado, del departamento de Santa Cruz, dijo que el jefe de Comunidad Ciudadana (CC), Carlos Mesa, y el entonces presidente del Comité Cívico pro Santa Cruz Luis Fernando Camacho fueron operadores internos.

“El capitalismo internacional, los partidos políticos reaccionarios internacionales apoyaron ese golpe y a Jeanine Añez. Tuvieron sus operadores internos, sus pupilos, sus alfiles, ¿quiénes eran? Carlos Mesa y (Luis) Fernando Camacho, ellos eran sus socios internos para romper las Constitución e instalar un gobierno autoproclamado, corrupto y nefasto que destruyó la economía nacional”, sostuvo.

Desde Estados Unidos, Sánchez Berzaín admitió que asesoró al régimen de Añez.

“(…) he seguido e incluso he asesorado en el tema de mi país en algún momento”, dijo el exministro con relación al régimen de Añez.

Al respecto, Añez publicó una carta en la que negó conocerlo.

Sin embargo, el exministro operó a través de agentes internos, como la entonces ministra de Comunicación Roxana Lizárraga, quien admitió, tiempo atrás, que tuvo el apoyo de Sánchez Berzaín para gestionar la llegada de equipo bélico desde Ecuador con destino a los uniformados del país.

Otro de sus operadores fue Erick Foronda, secretario privado de Añez, quien luego se fue a vivir a Estados Unidos y apareció en varias fotos junto a Sánchez Berzaín.

Sánchez Berzaín admitió que asesoró al régimen de Añez

Erick Foronda junto al exministro de ‘Goni’, Carlos Sánchez Berzaín. (Foto: Archivo)

AHORA EL PUEBLO.- A la lista de los actores que prepararon el golpe de Estado en 2019 se suma ahora Carlos Sánchez Berzaín, el exministro de Gonzalo Sánchez de Lozada y prófugo de la justicia boliviana por las masacres de 2003, quien admitió que asesoró al gobierno de facto de Jeanine Añez durante un evento organizado en Estados Unidos.

“En América Latina acaban de fracasar dos procesos que se consideraban de transición: uno, el gobierno venezolano legítimo de (Juan) Guaidó y, el otro, el año en que se retiró la dictadura en Bolivia y se hizo un gobierno llamado de transición, pero resultó ser de continuismo encabezado por la señora (Jeanine) Añez que ahora es presa política. Con base en esas dos experiencias que yo he estudiado, he seguido e incluso he asesorado en el tema de mi país en algún momento”, afirmó al iniciar su exposición.

Sánchez Berzaín, al igual que el expresidente boliviano Gonzalo Sánchez de Lozada (2002-2003), es acusado por ejecuciones extrajudiciales durante la insurrección popular en Bolivia entre septiembre y octubre de 2003, cuando 60 civiles murieron por bala y otros 500 resultaron heridas a manos de fuerzas militares y policiales, durante esa administración ultraliberal, de acuerdo con la reseña publicada por la ABI.

Incluso, Berzaín dio como fórmula dos recomendaciones que debería haber cumplido Añez para concretar su golpe: quebrar la estructura jurídica de Bolivia y no tener compasión con las autoridades que fueron electas democráticamente.

En este último punto, la criticó por haber otorgado salvoconductos a algunas autoridades bolivianas que tuvieron que fugar debido a las amenazas, incluso de muerte, tanto a ellos como a sus familiares.

“Lo primero es romper la estructura jurídica (…), lo segundo es que no puede haber transición con impunidad, se verá con el tema cuál es el nivel en el que hay que hacer el corte”, fueron las palabras del prófugo de la justicia.

Fichas en el gobierno de facto
Otra prueba de la injerencia de Berzaín en el golpe fue que una vez que Añez asumió ilegítimamente la silla presidencial, dejó a dos fichas que estuvieron dentro del gobierno de facto.

La primera es Erick Foronda, un periodista que se desempeñó como encargado de prensa de la Embajada de Estados Unidos en La Paz desde 1995 hasta 2008, cuando el gobierno de Evo Morales expulsó al embajador rompiendo relaciones diplomáticas con EEUU.

Durante su permanencia en Washington trabajó para diversas organizaciones. Fuentes en Estados Unidos aseguraron que una de esas organizaciones es la Agencia Central de Inteligencia, donde adquirió pericias de “negociador político”.

Retornó a Bolivia para asumir el cargo de secretario privado de Añez y “contribuir en la pacificación del país”, según dijo en su momento a Página Siete. Se lo vio con Sánchez Berzaín en el estado de Florida en abril de 2018 haciendo una especie de cobertura al juicio que se ventiló en Fort Lauderdale contra Sánchez de Lozada y su Ministro de Defensa, por las muertes de El Alto en octubre de 2003.

El otro personaje es Roxana Lizárraga, quien fungió como ministra de Comunicación. La conexión entre Berzaín y la exministra salió a la luz cuando Mauricio Ordóñez, exministro de Jeanine Añez, reveló ante los fiscales que fue Berzaín quien gestionó el préstamo de granadas y proyectiles, por parte del gobierno de Lenín Moreno, en Ecuador, para la represión de 2019.

Ordóñez declaró que fue Lizárraga quien se contactó por teléfono con Carlos Sánchez Berzaín, quien se comprometió a contactar a altas autoridades de Ecuador para que presten gases lacrimógenos al gobierno de Añez.