AGENCIA BOLIVIANA DE INFORMACION (ABI).- Tres viceministros y un diputado cuestionaron este jueves a Karen Longaric, excanciller de Jeanine Áñez, por pedir sanciones contra Bolivia y le solicitaron que, antes de cuestionar al país, responda ante la justicia por las masacres de 2019 y por las denuncias de nepotismo en su gestión en el Ministerio de Relaciones Exteriores.
“Longaric firmó el DS. N° 4078 que ordenó operaciones militares y les dio impunidad, lo que derivó en las masacres de Sacaba y Senkata. Antes de hablar de los #DDHH de otros, debe responder ante la justicia por los derechos que transgredió en Bolivia (sic)”, escribió en su cuenta de Twitter, Freddy Mamani, viceministro de Relaciones Exteriores.
“@KarenLongaric no tiene moral ni ética para hablar sobre sanciones a #Bolivia y menos sobre #DDHH. La #CIDH, #ONU y #GIEI afirmaron que durante el gobierno, del que fue parte, se cometieron graves violaciones a DDHH, ejecuciones extrajudiciales, masacres y torturas (sic)”, añadió el Vicecanciller.
El 14 de noviembre de 2019, Longaric, Jeanine Áñez y varios ministros, firmaron el Decreto 4078, conocido como el “Decreto de la muerte” que otorgó impunidad a los militares que actuaron luego en las masacres de Sacaba y Senkata, con un saldo de 37 muertos y centenares de heridos durante todo el régimen de facto.
Este jueves, Longaric sugirió a la Unión Europea asumir sanciones contra Bolivia en lo que se refiere al conflicto en Ucrania. “Tendría que sancionar a Bolivia, sino reconduce inmediatamente su posición”, dijo. En contacto con ANF, aclaró que deben ser sanciones éticas y morales por supuesto incumplimiento de la norma internacional.
Al respecto, la viceministra de Gestión Institucional y Consular, Eva Chuquimia, lamentó la arremetida de la excanciller de facto y le recordó que el régimen de Jeanine Áñez no tuvo ética ni moral para impedir el ingreso de compatriotas desde Chile aduciendo el COVID-19.
“@KarenLongaric ¿Recuerda a nuestros connacionales – mujeres embarazadas y niños- que abandonó en la frontera con Chile durante la pandemia?, ¿Dónde estaba esa ‘ética y moralidad’ que ahora reclama cuando se trataba de ayudar a nuestros hermanos en frontera el 2020?”, preguntó Chuquimia en su cuenta de Twitter.
“Mientras usted critica la posición soberana de Bolivia pidiendo sanciones, nosotros desde la #CancilleríaBolivia estamos trabajando atendiendo las solicitudes de asistencia de los residentes bolivianos en Ucrania para que situaciones como las del 2020 no vuelvan a repetirse”, agregó.
Longaric enfrenta en el país varios procesos judiciales. Está acusada de haber incumplido la ejecución de un presupuesto destinado para apoyar a bolivianos en el exterior que estaban en situación de vulnerabilidad durante la pandemia.
También fue convocada a declarar ante la Fiscalía como testigo en el caso gases lacrimógenos, pero no acudió a la cita ya que se encontraría fuera del país.
El tercer viceministro que cuestionó a Longaric es Benjamín Blanco, de Comercio Exterior e Integración, quien también la criticó por solicitar sanciones contra Bolivia.
“Impresentable que @KarenLongaric en su afán político, pida sanción para todos los bolivianos”, lamentó Blanco mediante una publicación en su cuenta en Twitter.
Nepotismo
A su turno, el diputado Juanito Angulo dijo que Longaric, antes de pedir sanciones contra Bolivia, debería presentarse ante la justicia para responder sobre su rol en las masacres de 2019 y sobre los casos de nepotismo durante su paso por la Cancillería.
“Ella no tiene moral para criticar, armó entornos familiares” en la Cancillería, indicó.
-En diciembre de 2019, Longaric designó a Jacqueline Mercedes Murillo Prijic, hermana del ministro Arturo Murillo, como diplomática de Bolivia en Miami, EEUU, pese a que no cumplía los requisitos legales para la designación.
-En una entrevista con La Razón Radio, el embajador de Bolivia ante la Organización de la Naciones Unidas (ONU), Diego Pary, dio a conocer más nombramientos de preferencias familiares en el régimen de Áñez.
-“Se nombró al sobrino de (la excanciller) Karen Longaric (Albert Hoffman Lora) en la oficina regional en Santa Cruz; a la nuera o la novia del hijo de Longaric como agente consular en Corumbá (Jaqueline Montaño Castro); a la sobrina de Áñez (Andrea Echarte Áñez), que estuvo como secretaria en la embajada en Paraguay; al hijo de Tomasa Yarhui (Grover Yupari Yarhui), socia y candidata de Tuto Quiroga, nombrado en el consulado de Bilbao, en España”, dijo Pary.
Se refirió al caso de un amigo cercano de Áñez, Mohammed Mostajo, quien ejerció un cargo que recibió varias observaciones.
“El cherry en la torta fue el nombramiento de Mohammed Mostajo como primer secretario en la Representación Permanente (de Naciones Unidas); se le dio el título de embajador cuando no existe esa categoría”, reveló Pary (https://www.abi.bo/#/noticia/5678 )
No hizo caso al Papa
-En 2020, Longaric omitió pedido del Papa de otorgar salvoconductos a asilados en la Residencia de México.
-La excanciller avaló los tres decretos que autorizaban la compra con sobreprecio de gases lacrimógenos y armamento no letal para el Ministerio de Defensa a través del Ministerio de Gobierno, negociado que fue realizado por Arturo Murillo junto a sus principales colaboradores.
-Longaric, de origen croata al igual que Murillo Prijic, nunca observó dicha compra desde su Despacho, admitiendo como Canciller las compras con sobreprecio a través de empresas intermediarias, según señaló en mayo de 2021 el ministro de Justicia, Iván Lima.
-Karen Longaric, en una entrevista con El Deber, reveló que fue parte del gabinete de ministros de Jeanine Áñez por sugerencia del actual gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho.
“La propuesta vino de sectores de Santa Cruz. Me llamó un excanciller cruceño para transmitirme el deseo del señor (Luis Fernando) Camacho de que forme parte del gabinete. En una primera instancia rechacé porque estaba realizando un trabajo importante”, indicó entonces.
Longaric, pese a que fue citada por la Fiscalía, salió del país.
Diplomáticos de Añez solo iban a cócteles, fueron ineficientes y sumisos a EEUU, dice el Canciller Mayta
27/02/2021/ LA RAZON.- Ante la denuncia del despido de funcionarios de carrera en el Ministerio de Relaciones Exteriores, el canciller Rogelio Mayta respondió que “no existe la carrera diplomática” y aseguró que los “diplomáticos de nariz respingada” que reclaman no lograron ningún beneficio para Bolivia en la gestión de la expresidenta Jeanine Áñez.
“No existe la pretendida carrera diplomática y esas personas que ahora alegan que se estuviera cometiendo alguna injusticia contra ellos no dudaron en su momento en despedir, en realizar una masacre blanca efectiva cuando se dio el golpe de estado en noviembre de 2019, en ese momento valga la pena subrayarlo, despidieron prácticamente a un 90% de los trabajadores de la Cancillería”, denunció en una entrevista en la red Uno.
El 23 de febrero, un grupo de profesionales despedidos de la Cancillería denunció que “hubo un masivo despido de funcionarios diplomáticos de carrera, en un hecho sin precedentes en toda la historia diplomática de Bolivia. El retiro alcanza a más del 90% de los profesionales del Servicio de Relaciones Exteriores”.
A nombre de los afectados, Javier Vizcarra explicó que no es solo un reclamo de los puestos de trabajo sino la preocupación por “el daño que se provoca al Estado” ya que se “deja a Bolivia peligrosamente indefensa frente a los sólidos cuerpos diplomáticos de otros países”.
Mayta aseguró que no hay ningún resultado del trabajo de los profesionales de la Cancillería en la gestión de Áñez, en comparación del personal que cumplió funciones durante o parte de los casi 14 años de la gestión del expresidente Evo Morales con “éxitos rotundos” como el lograr la declaración del agua como un derecho humano y la cumbre del G77.
“Se tiene que medir la capacidad de la gente por los éxitos que tiene y esa gente que reclama ahora, que son de los diplomáticos de nariz respingada, que les gustaba ir a los salones a doblar el dedo meñique mientras se dedicaban a cócteles, no tuvo nada de trabajo efectivo para nuestros país”, afirmó.
https://www.la-razon.com/nacional/2021/02/26/canciller-no-hay-carrera-diplomatica-y-reclaman-diplomaticos-de-nariz-respingada/
La herencia de Karen Longaric y los retos para la política exterior boliviana
Por Fernando López Ariñez / CENAC/ 30/11/2022.- .- La política exterior fue una de las primeras cuestiones en verse modificadas con la llegada de Jeanine Añez. La designación de Karen Longaric al mando de la Cancilleria trajo consigo el retorno de una diplomacia elitista, obediente e incapaz de pensar un rol diferente para Bolivia en el sistema internacional. El grupo liderado por la primera mujer al mando de esta cartera, lejos de proponer algo nuevo, prefirió refugiarse en antiguos diplomáticos y figuras como fueron Óscar Serrate, Jaime Aparicio, Julio Aliaga, Julio Alvarado, Erick Foronda entre otros, quienes a lo largo de su gestión -del todo menos transitoria-, buscaron desmontar los cambios producidos bajo el gobierno del ex presidente Evo Morales.
El despliegue de una diplomacia revanchista, ideologizada y obediente a intereses extranjeros trajo consigo una serie de hechos que mellaron el prestigio internacional del país. La expulsión de diplomáticos españoles y mexicanos, el rechazo a otorgar salvoconductos a ex autoridades, el constante hostigamiento a la residencia y la embajada de México, el ataque sistemático al presidente Alberto Fernández y su gobierno, la agresión a diplomáticos cubanos y venezolanos, la fallida candidatura de Longaric a la Secretaria General de la ALADI, la embestida contra el senador demócrata Bernie Sanders, el ataque a organizaciones que alertaron sobre la violación de los DDHH, la bochornosa intervención de Longaric ante el pleno del Parlamento Europeo y el impedimento en primera instancia al regreso de ciudadanos bolivianos residentes en Chile -ocasionó una crisis humanitaria en la frontera-, fueron algunos de los tantos hechos que marcaron la controversial gestión de Karen Longaric.
A esto hay que sumar la abrupta salida del país de organismos como la UNASUR, el ALBA, el Movimiento de Países No Alineados y una pérdida de protagonismo en la CELAC -luego de haber fungido como Presidencia Pro Témpore previo al golpe de Estado-. Entre tanto, la política exterior del gobierno de facto se alineó a los intereses de los EEUU, lo que llevó a retomar plenas relaciones diplomáticas -con el regreso de una embajadora estadounidense luego de mucho años-, y que se vio reflejado en el rápido apoyo a la candidatura de Claver Carone como primer presidente estadounidense del BID, el ingreso al Grupo de Lima, el cierre de las Embajadas de Bolivia en Irán y Nicaragua, el restablecimiento de relaciones diplomáticos con Israel, el apoyo a la reelección de Luis Almagro al frente de la OEA y el enfriamiento de las relaciones con China, Rusia y otros países históricamente cercanos al país.
Esto produjo una notable pérdida de protagonismo en espacios multilaterales, en especial en la Organización de Naciones Unidas donde Bolivia había obtenido grandes logros gracias a una diplomacia eficaz, soberana y con capacidad de negociación, que le permitieron al país ser sede del G77+ China (2014), IV Cumbre del Foro de los Países Exportadores de Gas (2017), II Foro de las Civilizaciones Antiguas (2018), Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y Defensa de la Vida (2015), entre otros eventos. A su vez, Bolivia asumió por segunda vez la presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU, una presidencia (2017) marcada por cinco temas prioritarios: aguas transfronterizas, el riesgo de minas antipersonales, la misión a Haití, la no proliferación de armas de destrucción masiva y el tema Palestina.
Cabe recordar, que las principales banderas de la política exterior durante la presidencia de Evo Morales fueron la defensa del multilateralismo, la difusión de la filosofía del Vivir Bien, la defensa de la hoja de la coca, la demanda marítima, el fortalecimiento de la diplomacia de los pueblos y un acelerado proceso de integración regional, que llevó a Bolivia a una mayor participación en ALBA, CELAC y UNASUR, y a la petición de ingreso al MERCOSUR (pendiente de aprobación por parte del congreso brasileño). A su vez, el país avanzó en la realización de cinco gabinetes binacionales con Perú y del primer gabinete binacional de la historia con Paraguay.
En el marco internacional, Bolivia se abrió espacio a través de un mayor acercamiento a potencias emergentes como China, Rusia e India, que incluyó la visita de Morales en reiteradas ocasiones a China y Rusia, como también la primera visita de un presidente indio a Bolivia, que permitieron al país la apertura de nuevos mercados y la posibilidad de llevar a cabo asociaciones en beneficio de proyectos estratégicos para la economía boliviana. También, hay que destacar el acercamiento a Irán y Turquía, que ampliaron la red de relaciones comerciales y de cooperación del país y se sumaron a las que se tienen con históricos socios como la Unión Europea, Japón, entre otros.
Sin duda, la gestión de Morales le permitió a Bolivia expandir su diplomacia y estrechar lazos con nuevos socios, pero dicho proceso se vio interrumpido por el cambio abrupto de la política exterior y el aislamiento elegido por el gobierno de facto. En ese contexto, la nueva gestión de la Cancillería asume el reto de encauzar una política exterior extraviada y vaciada de objetivos. Es por eso, que el país deberá retomar una política exterior soberana y pragmática que le devuelva la iniciativa en foros y espacios multilaterales. A su vez, la pandemia exigirá una mayor celeridad para avanzar en el intercambio de experiencia en el tratamiento del Covid-19, el fortalecimiento de los mecanismos regionales en temas sanitarios y la adquisición de las vacunas.
Asimismo, la relación estratégica con Argentina y México permitirá un trabajo conjunto en espacios regionales, donde el pleno ingreso al MERCOSUR y un mayor dinamismo en la CELAC serán objetivos a perseguir. De igual manera, Bolivia deberá retomar el principio de no intervención en asuntos internos de otros países, opuesto a lo sucedido con el ingreso al Grupo de Lima, donde el país contribuyó al hostigamiento a Venezuela, o a la complicidad con Luis Almagro para hostigar a Cuba y Nicaragua y en la OEA. En ese sentido, el país deberá construir una política exterior de integración y no de antagonismos, y en ese marco retomar las agendas comunes con Colombia, Cuba, Ecuador, Uruguay entre otros, como también retomar los gabinetes binacionales con Perú y Paraguay, Por otro lado, se debe avanzar en un nuevo relacionamiento con Brasil -pese al apoyo de Bolsonaro al gobierno de facto- y con Chile que atraviesa un proceso constituyente y que puede abrir una nueva etapa entre el vínculo de los países.
En el plano comercial, el país deberá retomar un mayor contacto con actores relevantes como son la UE, China, Rusia, India, entre otros, para la creación de nuevas asociaciones que permitan llevar adelante proyectos relevantes para el desarrollo como son la industrialización del litio y el hierro, el avance científico-tecnológico y la realización de grandes proyectos energéticos y de infraestructura. También, deberá tener en cuenta el cambio de gobierno en los EEUU, como también la ampliación de sus representaciones diplomáticas en otros países asiáticos de gran crecimiento económico en el último tiempo, y de la misma manera trazar puentes de acercamiento con África donde el país solo tiene una representación y en Oceanía donde no se tiene ninguna.
Para eso, el país tendrá la difícil misión de reconstruir en estos años una diplomacia basada en la complementariedad, la dignidad y la soberanía, recuperar el prestigio internacional perdido, revertir el daño a la institucionalidad de la Cancillería y dar por finalizada una diplomacia que estuvo conducida bajo el precepto “Bolivia, país pobre y pequeño”, y que bajo la conducción de Longaric nos llevó a uno de los periodos más oscuros y sumisos de la política exterior del último tiempo.
*Por Fernando López Ariñez. Politólogo boliviano / Twitter: @ferlopezarinez
Longaric nombró cónsul en Miami a la hermana de Murillo, lugar donde fue capturado por el FBI
LA PAZ / 28/05/21.- Además de haber repartido más de 200 cargos en el servicio central y servicio exterior a parientes, amigos y compadres de los golpistas, la canciller de facto de Jeanine Añez, Karen Longaric, nombró como cónsul de Bolivia en Miami, EEUU, a la hermana del entonces ministro de Gobierno Arturo Murillo Prijic: Jacqueline Mercedes Murillo Prijic.
El hecho de nepotismo, ocurrió al mes de haberse producido el Golpe de Estado contra el Gobierno de Evo Morales.
Jacqueline Mercedes Murillo Prijic hizo su declaración jurada ante la Contraloría para asumir el cargo, el 18 de diciembre del 2019.
Ese nombramiento fue duramente cuestionado por el Movimiento Al Socialismo (MAS) en plena brutal represión de los asaltantes de Palacio Quemado.
La reacción de Arturo Murillo fue admitir ese nombramiento, negó que sea un caso de nepotismo y justificó que su hermana se iba a Miami por razones «humanitarias» pues estaba siendo perseguida por «narcoterroristas».
La canciller de facto Longaric también admitió haber nombrado como cónsul a la hermana de su colega ministro de facto y explicó que le hizo por su «capacidad» y porque recibió instrucciones de Palacio, es decir de la usurpadora de la Presidencia de Bolivia, Jeanine Añez.
En las últimas horas, como muchos golpistas y pititas negadores de Arturo Murillo -detenido por el FBI tras comprobarse un robo de 2.3 millones de dólares al Estado boliviano- la excanciller del régimen inconstitucional, condenó la corrupción de su compañero de gobierno.
“Como todos los bolivianos, me siento indignada y apenada por los hechos de corrupción que se dieron en el gobierno transitorio, que traicionan la gesta heroica de los 21 días. Teníamos la obligación de trabajar con transparencia, honestidad y eficiencia en pos de una nueva Bolivia” señaló en su cuenta de twitter.
Inmediatamente fue criticada por miles de ciudadanos que la calificaron de cínica pues ella, como canciller de facto, dio un cargo a la hermana de Arturo Murillo en la ciudad donde, curiosamente, fue capturado por corrupto y lavador de miles de dólares robados el Estado boliviano.
Además la firma de Longaric, aparece en los Decretos Supremos que autorizaron a Murillo comprar gases lacrimógenos para reprimir y que con esa operación, Murillo y su banda, le robaron al Estado.
La desastrosa política exterior del régimen de facto de Añez y Longaric
Por Nicolás Retamar, de la redacción de NODAL/23/11/2020/.- El 12 de noviembre de 2019, tras el golpe de Estado contra el presidente Evo Morales, la vicepresidenta segunda del Senado Jeanine Áñez fue proclamada presidenta de Bolivia. Para manejar los hilos de la política exterior la presidenta de facto convocó a la abogada y académica Karen Longaric, quien asumió funciones el 14 de noviembre. A pesar de haberse planteado como un “gobierno de transición”, Áñez y Longaric se dedicaron en pocos meses a desarticular el rol que había obtenido Bolivia a nivel internacional y, sobre todo, la importancia que había adquirido a partir de la presidencia de Evo Morales que condujo una política exterior soberana junto a David Choquehuanca primero, Fernando Huanacuni Mamani después y Diego Pary en el final.
Karen Longaric plasmó, en un documento que se conocería al final del mandato, su visión sobre lo que había sido la política internacional de Evo Morales. “La política exterior estuvo subordinada a intereses políticos internos, no así al interés nacional… lo que llevó a cierto aislamiento internacional, situándonos al lado de los países propulsores del Socialismo del Siglo XXI y sus foros internacionales”.
Luego, Longaric describió en primera persona su tarea en el gobierno de facto:
“Entendí que una transición democrática no significaba mantener el statu quo y ser simplemente una gestora de la continuación de una política exterior errada y errática. Por el contrario, en el proceso de transición hacia la democracia plena, era imperativo impulsar cambios y reformas tangibles que transformen a la Cancillería para que trabaje por los intereses de Bolivia; por ello, reposicioné al país en el seno de las naciones democráticas e impulsé la institucionalización y renovación de los cuadros diplomáticos”.
La canciller destacó que el primer pilar fundamental de su gestión fue la “desideologización” de la política exterior con su acercamiento a Estados Unidos, la Unión Europea, el Grupo de Lima y Prosur.
Ahora bien, a pesar de que la intención declarativa de la ministra de Relaciones Exteriores de facto era “desideologizar” la cancillería, cabe preguntarse porqué se alejó de algunos países al punto de cortar las relaciones institucionales. Al día siguiente de asumir funciones, Longaric anunció la ruptura de relaciones con Venezuela bajo el argumento que había personas de origen venezolano “involucrados en asuntos internos del Estado”, al punto tal de detener a casi una docena de personas y acusarlas de sedición. Además, anunció la salida de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) y sostuvo que ya analizaban la salida de la Unión Sudamericana de Naciones (UNASUR), cuyo proceso de denuncia comenzó formalmente el 13 de diciembre de 2019.
Con la llegada de Evo Morales y Álvaro García Linera a México más el asilo que brindó la embajada mexicana en Bolivia a funcionarios perseguidos por el gobierno de facto, Longaric atacó el accionar diplomático de México: “Le expresé nuestro malestar a la embajadora y también el malestar del pueblo boliviano. La actitud de México de permitir que Evo Morales haga pronunciamientos desafiantes, amenazadores, en fin, todo eso genera mucha indignación en la ciudadanía”.
Cuba también fue una de las primeras víctimas en la reconducción de las relaciones internacionales. A raíz de la estigmatización, el hostigamiento y la persecución del gobierno de facto, 725 cubanos y cubanas que cooperaban principalmente en materia de salud debieron salir del país de un día para el otro. Al igual que en el caso de las personas venezolanas detenidas, el ministro de gobierno de facto Arturo Murillo anunciaba la detención de cuatro médicos cubanos que poseían armas y dinero.
Al mismo tiempo que anunciaba esta serie de medidas drásticas, Longaric cesaba de su cargo al 80% de los embajadores que habían sido designados por el gobierno de Evo Morales. “Vamos a estrechar relaciones con todos aquellos países que estuvieron alejados de Bolivia”, dijo en declaraciones a la prensa. Estrechar relaciones con esos países significó “fortalecer” las relaciones con Chile tras el conflicto suscitado por la salida al mar entre ambos países, cuestión que se dirimió con una derrota para Bolivia en los tribunales de La Haya.
En tres días de gestión la canciller desarmó un andamiaje que había costado años construir y empezó a armar uno nuevo hecho a medida del gobierno de facto.
El 27 de noviembre, Longaric nombró como Embajador Extraordinario en Misión Especial ante el Gobierno de Estados Unidos a Walter Óscar Serrate Cuéllar. En septiembre 2008, el gobierno de Evo Morales había expulsado al embajador Philip Goldberg tras acusarlo de separatista y rompió relaciones diplomáticas con EE.UU. en medio de un intento de golpe de Estado llevado a cabo desde del departamento de Santa Cruz. El 28 del mismo mes, la canciller anunció el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Israel que se habían cortado en 2009 tras una ofensiva del ejército israelí en diciembre de 2008 en la franja de Gaza. Evo Morales la había tildado de “terrorista”. Las relaciones formales con Israel se reestablecieron el 3 de febrero de 2020.
Dos hechos marcaron el pulso en los primeros días de diciembre de 2019. Jeanine Áñez convocó al expresidente Jorge “Tuto” Quiroga -opositor al gobierno de Evo Morales- para ser “delegado ante la comunidad internacional”. Su misión sería “explicar la violación de los derechos humanos que los bolivianos hemos vivido recientemente”, dijo la presidenta de facto en conferencia de prensa. Quiroga, por su parte, sostuvo que “una larga noche tiránica de casi 14 años ha llegado a su fin. Evo Morales intentó hacer un fraude. El informe final de la Organización de los Estados Americanos (OEA) mostrará al mundo el vergonzoso intento de robarse las elecciones que quiso hacerse en el país”.
El 5 de diciembre, dos días más tarde de la designación de “Tuto” Quiroga, Longaric participó de la 55° cumbre del Mercosur realizada en Brasil. De la reunión participaron Mario Abdo Benítez, Mauricio Macri, Lucía Topolansky y Jair Bolsonaro. Allí, el gobierno de facto recibió el apoyo de Argentina, Brasil y Paraguay. Uruguay, a través del entonces canciller Rodolfo Nin Novoa, afirmó que Evo Morales “fue obligado a renunciar a su cargo, provocando un quiebre institucional que representa una ruptura del orden democrático en los términos establecidos en el artículo 3 del ‘Protocolo de Ushuaia’ sobre compromiso democrático en el MERCOSUR, Bolivia y Chile”.
Para cerrar el año, el gobierno de facto continuó tensando las relaciones con México. El 23 de diciembre, Longaric anunció que Bolivia no participaría del inicio de la Presidencia Pro Témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que asumió México por “desconocer las atribuciones de la presidencia Pro Témpore que ocupa Bolivia en CELAC durante el 2019, quebrantando la institucionalidad y unidad latinoamericana y caribeña”. A su vez, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador expresó “profunda preocupación por la presencia excesiva de personal de servicios de inteligencia y de seguridad bolivianos que vigilan tanto la Residencia como la Embajada de México ante el Estado Plurinacional de Bolivia, desde el pasado 11 de noviembre”.
En simultáneo, Karen Longaric anunció la adhesión de Bolivia al Grupo de Lima. “El Grupo de Lima es un grupo ad hoc que fue creado para coadyuvar con el pueblo venezolano el cometido de recuperar las instituciones democráticas y el estado de derecho, además de velar porque se respeten los derechos humanos en Venezuela tan ultrajados y violentados. Bolivia, en esa ideología de respeto a los derechos humanos y de respeto al estado de derecho de los pueblos, se ha plegado a este grupo para trabajar en consecuencia por esos objetivos”.
Días más tarde, a través del subsecretario para América Latina y el Caribe de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Maximiliano Reyes Zúñiga, México pidió una reunión urgente para resolver el conflicto ya que el asedio a las oficinas diplomáticas mexicanas en Bolivia llegó a contar con 50 personas civiles, policiales y militares, en más de 10 vehículos. El objetivo del gobierno de facto era encarcelar a los exministros asilados en la embajada.
El conflicto escaló al punto tal que Jeanine Áñez declaró “personas no gratas” a la embajadora de México y a diplomáticos españoles tras un confuso episodio con acusaciones cruzadas entre las cancillerías de Bolivia y México. El gobierno del Reino de España emitió un comunicado donde rechazó las acusaciones del gobierno de facto: “España rechaza tajantemente cualquier insinuación sobre una supuesta voluntad de injerencia en los asuntos políticos internos de Bolivia. Para España, cualquier afirmación en este sentido constituye una calumnia dirigida a dañar nuestras relaciones bilaterales con falsas teorías conspiratorias”.
Hasta la Unión Europea, con quien el gobierno de facto se jactaba de reanudar las relaciones en contraposición a la política exterior de Evo Morales, rechazó la expulsión “extrema e inamistosa” de los diplomáticos españoles. Sin embargo, las declaraciones de los funcionarios del gobierno de facto fueron más lejos. Fernando López, ministro de Defensa, afirmó en una entrevista que el vicepresidente segundo de España Pablo Iglesias “representa el hilo conductor de la mafia terrorista sediciosa”. La Fiscalía general llamó a declarar al vicepresidente de España Pablo Iglesias, al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y a los dirigentes políticos y reconocidos intelectuales Iñigo Errejón yJuan Carlos Monedero “para que puedan prestar su declaración informativa respecto a los hechos acontecidos el 27 de diciembre en la sede de la Embajada de México.”
Ya a mediados de enero de 2020, Jeanine Áñez recibió la visita de Mauricio Claver-Carone, ex Asesor Especial Presidencial para Asuntos del Hemisferio del Gobierno de Estados Unidos y actual presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). “Vine a este viaje a nombre del presidente (Donald) Trump para saludar y reconocer la labor de la presidenta (Jeanine) Áñez en este momento de transición y de optimismo para Bolivia”. Un mes antes, Áñez había dialogado telefónicamente con el Secretario de Estado Mike Pompeo. Esa reunión, la materializó el 20 de enero Karen Longaric en Colombia junto a Pompeo. En territorio colombiano, la canciller de facto participó de la tercera Conferencia Ministerial de Lucha Contra el Terrorismo realizada en Bogotá. Para ese entonces, las elecciones estaban previstas para el 3 de mayo.
Al compás de la revinculación con Estados Unidos, que anunciaba el envío de un embajador a Bolivia, el gobierno de facto suspendía formalmente las relaciones diplomáticas con Cuba, algo que en la práctica se había consumado apenas establecido el golpe de Estado. “El Gobierno cubano de manera sistemática ha afectado la relación bilateral basada en el respeto mutuo, los principios de no injerencia en asuntos internos, la autodeterminación de los pueblos y la igualdad soberana de los Estados”, sostuvieron desde cancillería.
En paralelo, Karen Longaric estrechaba vínculos con Luis Almagro y la Organización de Estados Americanos (OEA), cuya Misión de Observación Electoral y su Secretario General se habían encargado denunciar un posible fraude horas después de la finalización de las elecciones de 2019. Almagro afirmó en la reunión del Consejo Permanente del 23 de enero que “el compromiso de la Secretaría General de la OEA con la democracia del Estado Plurinacional de Bolivia y de todos los países del hemisferio es absoluto”. A cambio, el gobierno de facto devolvió este favor respaldando a Luis Almagro para ser reelecto como Secretario General: “La Organización de Estados Americanos, como foro político de las Américas, requiere mantener el liderazgo de alguien comprometido con los valores de la democracia representativa expresados en la Carta Democrática Interamericana”.
Unos días antes de la reunión del Consejo Permanente de la OEA, más precisamente el 20 de enero, el ministerio de Relaciones Exteriores anunció la suspensión de vínculos con la República Árabe Saharaui Democrática y el “fortalecimiento” de las relaciones diplomáticas con Marruecos. De esta manera, el gobierno de facto adoptó una “neutralidad constructiva” en base a las explicaciones proporcionadas por el Reino de Marruecos sobre la cuestión del Sahara Occidental.
Karen Longaric siguió recorriendo el camino de la amistad con Chile y el conflicto por la salida al mar y los derechos sobre el agua del Silala, afirmando que “ante el fracaso de la judicialización y mediatización del tema marítimo, Bolivia optará por el camino de la alta diplomacia y la negociación para resolver las diferencias”.
A pesar de haber reconducido las relaciones internacionales, el gobierno de facto tenía una cuenta pendiente: la vinculación con organismos financieros internacionales. El 17 de abril, Áñez acudió al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial por un crédito de 320 millones de dólares para atender el avance de la pandemia.
Ya el 5 de junio, con el argumento de ahorrar recursos y destinarlos para la lucha contra la Covid-19, Áñez ordenó cerrar las embajadas de Bolivia en Irán y Nicaragua. Sin embargo, la presidenta de facto sostuvo que “no tenemos nada contra esos países y pueblos nobles y hermanos que respetamos y son amigos”. Días más tarde, como si no fuera suficiente el crédito de más de 300 millones que había solicitado al FMI y al Banco Mundial, el gobierno de facto solicitó un préstamo de 450 millones de dólares al BID y 350 millones de dólares al CAF-Banco de las Américas.
A fines de agosto, cuando el gobierno de facto tenía fecha de vencimiento por la proximidad de la cita electoral, entre Estados Unidos y Bolivia se suscribió al Memorando de Entendimiento “América Crece” firmado por Karen Longaric y el Encargado de Negocios de EEUU Bruce Williamson con el objetivo de “fortalecer la Cooperación en materia de Energía, Infraestructura, Comercio y Digitalización”. “Growth in the Americas”, su nombre original, es un instrumento que permite a las empresas privadas de capital estadounidense invertir en condiciones preferenciales en los países que suscriban esta iniciativa, con el gobierno de EEUU como nexo entre las empresas y los países latinoamericanos.
El 26 de agosto, un día después de la firma con Estados Unidos, Áñez propuso a Karen Longaric para la Secretaría General de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi). “Mi candidatura propone la integración y el comercio como camino del desarrollo en la región”, sostuvo la canciller de facto.
También, ante la preocupación de las encuestas que daban ganador al candidato del Movimiento Al Socialismo (MAS) Luis Arce, Longaric protestó por la “injerencia” Argentina en los comicios de octubre: “el Ministerio de Relaciones Exteriores debe velar por los derechos de los bolivianos en el exterior del país y entre ellos, el derecho a que nuestros compatriotas puedan ejercer el voto libre y democráticamente, sin embargo, la injerencia de funcionarios del gobierno argentino pone en duda la realización transparente de las elecciones bolivianas en Argentina”.
El 2 de septiembre, la canciller de facto anunció que haría una presentación formal ante la OEA y la ONU porque “hubo una violación al derecho internacional y a las cartas de la Naciones Unidas y de la OEA” para denunciar la “grave intromisión de autoridades argentinas de los asuntos internos nacionales”.
Ya en el ocaso del gobierno de facto, con Áñez a punto de bajar su candidatura, Longaric desistió de su postulación a Aladi con críticas al organismo y a Uruguay. “Existe un pronunciado sesgo ideológico entre algunos Países Miembros, lo que contraviene al propio Estatuto de la ALADI y genera problemas de naturaleza irresoluble, cuando surgen situaciones que lindan con la intransigencia. El Gobierno de Bolivia lamenta que el país sede, aprovechando de esa condición, intente por tercera vez volver a ocupar la Secretaría General con su propio candidato”.
El 23 de septiembre en la Asamblea General de la ONU, que se realizó de manera virtual por la pandemia, Jeanine Áñez hizo referencia a dos cuestiones referidas a la política internacional. En primer lugar, denunció “el acoso sistemático y abusivo que ejerce, desde Argentina, el gobierno kirchnerista, contra las instituciones y contra los valores republicanos en Bolivia… Sepa el populismo kirchnerista que la nación boliviana no es propiedad privada de ninguna casta. Somos un pueblo soberano y respetable. Bolivia se respeta. La democracia boliviana se respeta. El pueblo boliviano se respeta”. En segundo lugar, se refirió al tema marítimo: “Hago un llamado a la comunidad internacional para que, en estos nuevos tiempos, solucionemos por la vía de la negociación y el entendimiento fraternal, los problemas críticos y pendientes entre los estados, como la carencia de Bolivia de un acceso soberano al Océano Pacífico”.
El primer día de octubre, Karen Longaric se presentó ante el Parlamento Europeo en Bruselas, Bélgica. Allí, la canciller agradeció el apoyo “trascendental” de la Unión Europea “en el proceso inicial de pacificación”. Además, su discurso estuvo basado en las acciones del gobierno anterior. En lo referente a relaciones internacionales, afirmó que “Evo Morales alineó la política exterior boliviana a la de regímenes autoritarios como la Venezuela de Maduro”. Para cerrar su interlocución, Longaric agradeció y resaltó los valores europeos: “Europa, esa idea de integración y de paz, de respeto a los principios democráticos y al Estado de derecho, ya no es solo patrimonio de los europeos. Somos muchos en todo el mundo quienes vemos con admiración y esperanza lo que en Europa se construye, un proyecto perfectible, pero que se inspira en lo más alto del espíritu humano: el respeto a la dignidad humana y el deseo inquebrantable de democracia, paz y libertad. Nuevamente, en nombre de mis compatriotas, les agradezco”.
El 20 de octubre, en el marco del 50 período de sesiones de la Asamblea General de la OEA, la ministra de Relaciones Exteriores pidió “profundizar la cooperación regional, reforzar nuestros lazos comerciales y los mecanismos de integración regional, desde una lógica pragmática y desideologizada”.
Ya con el triunfo consumado del binomio Luis Arce-David Choquehuanca, el 5 de noviembre Karen Longaric participó del Consejo Permanente de la OEA. A pesar de que faltaban tres días para la asunción del nuevo presidente, la ministra de Relaciones Exteriores atacó a Evo Morales y al Grupo de Puebla: “Esperemos que Luis Arce escoja el camino de la conciliación y respeto al Estado de derecho frente al camino de odio y división que promueve Evo Morales y sus mentores del Grupo de Puebla”.
El último acto del ministerio dirigido por Longaric fue negar la invitación a la asunción del presidente electo al presidente de Venezuela Nicolás Maduro y al propio Evo Morales. A modo de despedida, la canciller se expresó en twitter un día antes de dejar el cargo: “La difícil situación política y social en Bolivia, y los ataques desde el exterior al proceso democrático marcaron el tiempo en el que estuve como Canciller.”
Ya como excanciller, Longaric participó junto a Álvaro Uribe y Luis Almagro en la sesión abierta “Los derechos humanos y la justicia a debate” de la Asociación Mundial de Juristas. Allí, afirmó que “existen algunos organismos que tienen una visión sesgada respecto al juzgamiento o apreciación de la violación de los Derechos Humanos”, mencionando a la Corte Interamericana de Derechos Humanos y a la Organización de Naciones Unidas. “Para ser sincera, yo no tengo mucha confianza en el sistema latinoamericano de Derechos Humanos. Si el pasado nos muestra algo de esta comisión es que ha estado profundamente ideologizada, es lo que hemos podido percibir desde mi país. En el caso actual que empieza un nuevo gobierno con antecedentes nada recomendables sobre el respeto a los derechos humanos, yo me pregunto cómo reaccionará la comunidad internacional y el sistema de derechos humanos cuando este nuevo gobierno de Bolivia inicie persecuciones políticas y utilice a la justicia como instrumento sancionador de la política”.
Al asumir como ministra de Relaciones Exteriores, la canciller de facto tenía como objetivo “desideologizar” la política exterior boliviana. La veloz ruptura de relaciones con Cuba y Venezuela, la tensión permanente con los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador y Alberto Fernández y el restablecimiento de relaciones con Estados Unidos, Israel y Marruecos revierten la teoría de la “desideologización”. Más aún, el ingreso al Grupo de Lima y Prosur, el acercamiento al Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA) Luis Almagro y el alejamiento de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), la Unión Sudamericana de Naciones (UNASUR) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), ratifican que el verdadero objetivo del gobierno de facto fue estrechar vínculos con los gobiernos de derecha de América Latina y volver a los lineamientos económicos, políticos y culturales dictados desde Estados Unidos.
Aunque la canciller Longaric quisiera negarlo, todas las acciones son ideológicas.
Corrupción, masacre y nepotismo, el trípode del régimen que asaltó a Bolivia
AGENCIA BOLIVIANA DE INFORMACION (ABI).- Tres minutos y 12 segundos fueron suficientes para que Jeanine Áñez marque las directrices de su régimen 26 horas después de tomar el poder y también tres los caminos que la llevaron al abismo político en 12 meses sellados por la corrupción, masacre y nepotismo.
Ese 13 de noviembre de 2019, el discurso estaba preparado e impreso para ese lapso. Diez minutos antes de la intervención en Palacio Quemado, sus colaboradores más cercanos, los flamantes ministros, hicieron la señal del pacto político, la del juramento. El gabinete ya tenía nombres y apellidos, 48 horas antes de la primera masacre.
Lazos de corrupción
Mientras se usaba el discurso de la pacificación ante la crisis política y económica, se gestaba un caso de corrupción transnacional desde las entrañas del régimen. Cuatro días después de que Áñez se declarara dueña de la Presidencia, ya se generaban los medios materiales para ejecutar el primero de los planes de asalto y saqueo al Estado boliviano.
El 16 de noviembre de 2019, 24 horas después de la masacre de Sacaba, Rodrigo Méndez Mendizábal, amigo de confianza del entonces ministro de Gobierno, Arturo Murillo, y su Jefe de Gabinete, intercambió correos electrónicos con Bryan Samuel Berkman, dueño de la empresa intermediaria Bravo Tactical Solutions LLC (BTS), a quien se le pedía la cotización de gases lacrimógenos y otras armas no letales con carta adjunta firmada por Murillo.
No actuaban solos. Según una investigación del FBI de EEUU, tenían como cómplices a Luis Berkman, Philip Lichtenfeld y al entonces ministro de Gobierno, Arturo Murillo, quien juró dos días antes al cargo e hizo las coordinaciones con el entonces ministro de Defensa, Fernando López. Todo con el aval de Áñez.
Durante ese tiempo, según documentos judiciales estadounidenses, Murillo, Méndez, Luis y Bryan Berkman y Philip Lichtenfeld participaron en un esquema de soborno que se ejecutó en un proceso entre noviembre de 2019 y abril de 2020.
Méndez no solo era amigo personal y afín con Murillo, sino con Áñez, el exministro de Salud, Aníbal Cruz; el exministro de la Presidencia, Yerko Núñez; el secretario privado de Áñez y exfuncionario de la embajada de EEUU, Erick Foronda, el exministro de Defensa, Fernando López.
Méndez, Murillo y Luis Berkman fueron mejores amigos en la infancia, este último acusado de tráfico de armas en 2001 y también dueño de la empresa Bravo Tactial Solutions junto con su hijo Bryan.
Luego de hacer todos los trámites, según datos proporcionados por el Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional, el 29 de noviembre de 2019, Áñez y su gabinete firmaron el Decreto Supremo 4090 que autorizó a Defensa la “adquisición excepcional” de gases antidisturbios o antimotín para la Policía Boliviana.
Se suma el Decreto Supremo 4116 del 12 de diciembre de 2019. Áñez y sus ministros firmaron y promulgaron esta norma que abroga el Decreto Supremo 4090 y autoriza al Ministerio de Defensa la “contratación directa en el extranjero” para adquirir gases lacrimógenos.
Una semana después, el 19 de diciembre de 2019, sin ser unidad solicitante, el Ministro de Defensa firma el contrato con BTS por la suma de un total de $us 5,6 millones por dicho armamento no letal. La suscripción del acuerdo fue con Bryan Berkman como representante de la empresa intermediaria.
López intentó transferir el 13 de enero de 2020 los $us 5,6 millones del Banco Central de Bolivia a bancos de EEUU en favor de BTS. No tuvo éxito, porque la operación fue rechazada el 29 de enero. Logró depositar, $us 3,9 millones.
Al día siguiente, la empresa intermediaria compró de la brasileña Cóndor los gases lacrimógenos y armas no letales requeridos con un costo total de $us 3,3 millones; pero, el monto del contrato era de $us 5,6 millones, es decir, un sobreprecio de diferencia fue de $us 2,3 millones, por lo que el Banco Central de Bolivia hace el pago adicional de $us 1,7 millones en favor de BTS el 8 de abril.
BTS se benefició de $us 2,3 millones. Fue repartido entre todos los que participaron en la operación. Según la información proporcionada por EEUU, Luis, Bryan Berkman y Lichtenfeld pagaron $us 602.000 en sobornos a funcionarios del Gobierno boliviano en beneficio de Murillo, Méndez y otros involucrados. Todo salió a la luz esta semana porque el FBI pinchó teléfonos, correos y mensajes desde noviembre del 2019.
El 27 de febrero de 2020, Áñez y su gabinete ya había reasignado al Ministerio de Gobierno un monto de Bs 40.068.000 mediante el Decreto Supremo 4168 que se transfirieron al Ministerio de Defensa para adquirir agentes antidisturbios.
La última semana de mayo de 2020, las denuncias de corrupción comenzaron a presionar al régimen. Fue López, quien en conferencia de prensa el 4 de junio, negó irregularidades y advirtió: “Si tengo que volver a firmar nuevamente muchos contratos para equipar a las FFAA y la Policía, en caso de que se requiera, como dice la ley, lo voy a hacer”.
El hilo conductor de los hechos de corrupción no acaba ahí. Continúan en otros espacios. En varios, el hombre fuerte del régimen, Murillo, es vinculado. Hasta la fecha, cuenta con nueve procesos en su contra.
Mireya, hermana de Arturo Murillo, fue aprehendida tras un allanamiento a su vivienda, donde se halló documentación y materiales que la involucran en el caso gases lacrimógenos. Junto a ella, son investigados Daniel Bellot y Daniel Aliss, el primero exedecán y el segundo excuñado de Murillo, ambos implicados en un caso de transferencias de dinero a las cuentas del exministro.
José María Cabrera, exprocurador del Estado, recordó que, en septiembre de 2020, Murillo solicitó su destitución luego de que la Procuraduría iniciara investigaciones en el caso gases lacrimógenos.
Contó que el régimen tenía previsto golpear también a la Empresa de Luz y Fuerza Eléctrica (Elfec) de Cochabamba por el empecinamiento de Murillo porque buscaba la “privatización express”.
El abogado Jerjes Justiniano, exministro de la Presidencia de Áñez, indicó en una entrevista con radio Compañera el 28 de mayo: “Murillo tenía cierta influencia mayor en el gabinete”.
Justiniano fue destituido del cargo de manera sorpresiva el 3 de diciembre de 2019. Para entonces, se conocían antecedentes de discrepancias internas en el gabinete. En marzo de 2020, Murillo lo acusó de ser parte de consorcios de jueces, de fiscales, abogados.
El ministro de Defensa, Edmundo Novillo, informó el 26 de mayo de 2021 que existen seis hechos de corrupción e indicios de otros 15 que están en investigación.
La autoridad gubernamental explicó que uno de los seis casos está vinculado a la compra de 50.000 uniformes militares por un monto que asciende a Bs 13 millones.
“Lo que hacemos es ver el costo de los uniformes y estaba en Bs 261 por unidad. Nos fijamos en el histórico y estaba por uniforme Bs 196, Bs 197, Bs 194. Vimos un sobreprecio”, denunció.
Un segundo caso está vinculado al mantenimiento y reparación de vehículos del Viceministerio de Lucha Contra el Contrabando. Talleres de Oruro demandan la cancelación de servicios que no cuentan con documentación de respaldo. Un tercer caso está vinculado al cobro extra de Bs 300 a premilitares de la gestión 2020 – 2021.
Ese dinero estaba previsto para el pago de bonos a los efectivos militares que iban a dar la instrucción a los premilitares; pero, incumpliendo la Ley Financial que establece que no se puede generar bonos al margen de la norma.
Otra denuncia hecha fue que el exministro López, evadió procesos administrativos para la compra de insumos y el alquiler de dos cisternas. Tampoco realizó su Declaración Jurada al dejar el cargo, por lo que se desconoce la cifra de su patrimonio. Tampoco devolvió los celulares institucionales, aparatos que la Fiscalía requiere para obtener la información.
Otro caso está relacionado a la disposición arbitraria de bienes. La lucha contra el contrabando tenía disposiciones legales de 48 motocicletas y 24 camionetas, pero fueron destinadas a otras actividades.
En 2020, Bolivia enfrentaba una pandemia del COVID-19. En ese contexto, el 14 de mayo, durante su régimen, Áñez hizo entrega de 170 respiradores de procedencia española de la marca Respira, a través del intermediario IME Consulting.
Al día siguiente, las denuncias de presuntas irregularidades. Ante las alertas, trabajos de fiscalización con participación de la Policía y el Ministerio Público al proceso de contratación de los 170 respiradores hallaron irregularidades.
El Decreto Supremo N° 4174 del 4 de marzo de 2020 establecía que el Ministerio de Salud podía, de manera excepcional, efectuar la contratación directa de equipamiento médico.
El 7 de mayo de 2021, el exministro de Salud, Marcelo Navajas, quien se encuentra con detención domiciliaria, dijo, en una declaración ampliatoria ante la Fiscalía, que Áñez y el exministro Murillo están involucrados en el caso de los respiradores españoles.
En marzo de 2021, la Fiscalía de La Paz imputó formalmente a la exministra de Salud, Eidy Roca, por la presunta comisión de los delitos de contratos lesivos al Estado, conducta antieconómica e incumplimiento de deberes en el caso de otros respiradores, esta vez de procedencia china.
Se la investiga porque firmó presuntamente de forma irregular el anexo dos de enmienda al contrato de la compra de 344 respiradores chinos, en 2020, a pesar de que tenía conocimiento de que la propuesta de la empresa Grupo AGEM Ingeniería y Proyectos SAU Sucursal Bolivia tenía 40 observaciones.
El jueves 13 de febrero de 2020, el exgerente de la Entel, Elío Montes, abandonó el país en un vuelo rumbo a Miami. Cinco días antes, fue destituido del cargo por decisión del directorio de la empresa. Estuvo 82 días en el cargo.
El día 12 de ese mes, se conoció que Montes autorizó el pago de finiquitos superiores a los Bs 800.000 a 13 exfuncionarios de Entel. Esa jornada, el régimen también decidió paralizar la construcción de la planta nuclear en El Alto con el argumento de fue ejecutado de forma irregular.
Luego, se conoció que el sucesor de Montes, Eddy Luis Franco, estuvo involucrado en un pago irregular de $us 390.000 a una empresa fantasma en Perú para la realización de trabajos “confidenciales”. Se encuentra con detención preventiva.
Eso se sumaba al antecedente de la paralización de la Planta de Urea. El entonces ministro de Hidrocarburos, Víctor Hugo Zamora, ordenó una auditoría. Dijo que fue una planta “deficitaria y que nació enferma”. Eso provocó la suspensión de actividades.
La mañana del 20 de febrero, dos funcionarios del entonces Ministerio de Comunicación fueron aprehendidos acusados de pedir coimas a cambio de publicidad gubernamental. Un tercero trabajaba en el Ministerio de Culturas. Fue acusado de realizar cobros irregulares. Por la tarde, fue arrestada la viceministra de Educación Alternativa y Especial, Yola Mamani, denunciada por “venta de cargos”.
El 6 de marzo, un acuerdo entre YPFB y Petrobras ampliaba la venta de gas a Brasil por hasta seis años. El régimen admitió que la estatal dejará de percibir en tres años unos $us 223 millones.
El 24 de septiembre de 2020, la empresa ejecutora del Tren Metropolitano de Cochabamba informa que régimen de Áñez informó que el proyecto deja de ser financiado por falta de recursos.
El 8 de enero de 2020, se realizó el pesaje de un cargamento de madera que salía de Bolivia a Bélgica y se hizo conocer de la existencia de una tonelada con 435 kilos de cocaína que se encontraban en las 60 columnas de madera, información que se hizo pública en una conferencia de prensa por parte del exministro de Gobierno, Arturo Murillo.
Según la UNODC, de los 60 horcones, 18 no contaban con la sustancia controlada; por lo tanto, se procedió a incinerar una tonelada y cuatro kilos aproximadamente, según el acta. Pero, en la valoración de incineración, evidenciaron la ausencia de 431 kilos de cocaína.
En la Asamblea Legislativa, se evalúa el inicio de un juicio de responsabilidades contra exautoridades del régimen por el crédito de $us 346,7 millones gestionado ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), que generó un daño económico al Estado de $us 24,3 millones.
Las masacres
En noviembre de 2019, la Organización de Estados Americanos (OEA), mediante su Secretario General, Luis Almagro, hizo público un informe preliminar en el que cuestiona la transparencia de las elecciones generales cuando aún continuaba el conteo de votos. Esa situación provocó movilizaciones en diferentes sectores del país, una crisis política y la salida el 10 de ese mes del Evo Morales del Gobierno, quien denunció golpe de Estado. La entonces senadora Áñez asumió la Presidencia el 12 de noviembre y aplicó un régimen con hechos de violencia.
En medio de ese contexto, un informe final publicado por el Órgano Electoral indica que los bolivianos dieron la victoria a Evo Morales, candidato del Movimiento Al Socialismo (MAS) con 47,08%, superior a lo conseguido por la agrupación Comunidad Ciudadana (CC) que postulaba a Carlos Mesa, quien tuvo 36,51% en el segundo lugar.
El 15 de noviembre de 2019, durante el régimen, policías y militares ejecutaron un operativo en la zona de Huayllani del municipio de Sacaba contra protestas de vecinos que reclamaban respeto a la democracia. Ese día, 12 personas fallecieron por la represión.
El Decreto Supremo 4078 del 14 de noviembre de 2019 permitió la participación de las FFAA en apoyo a la Policía ante protestas que cuestionaban el régimen. La norma establecía que los militares que participen en operativos estarán exentos de responsabilidad penal pese al uso de armas de guerra.
El 19 de noviembre de 2019, fue el turno de la zona de Senkata en El Alto. Ese día, 10 civiles perdieron la vida y 31 quedaron heridos a causa del operativo contra personas que protestaban y transeúntes.
Luis Arce juró a la Presidencia el 8 de noviembre de 2020 después de recibir un apoyo mayoritario en las urnas. El MAS logró el 55,11% de los votos válidos en las elecciones generales del domingo 18 de octubre.
Preferencias familiares
En diciembre de 2019, la designación de la hermana del ministro Arturo Murillo como diplomática de Bolivia en Miami, EEUU, provocó la condena pública. El MAS denunció nepotismo; pero, la entonces canciller Karen Longaric argumentó que se la designó por su experiencia.
«Cuando una persona está capacitada para desempeñar el cargo, el tema de parentesco no debería ser un óbice”, dijo aquella vez.
Entre los casos de parentesco reciente, se encuentran los registrados en el gobierno de facto de Jeanine Áñez. Andrea Áñez fue destituida durante ese régimen como directora de la Agencia Estatal de Vivienda en Beni por ser sobrina de la expresidenta. Está en los antecedentes el caso de Luís Alberto Áñez, primo de la exmandataria, quien tuvo que renunciar luego de ejercer como Viceministro de Desarrollo Rural y Agropecuario.
Carolina Ribera Añez, la hija mayor de la presidenta Jeanine Áñez, fue designada como representante en la Unidad de Apoyo de Gestión Social de la Presidencia.
En una entrevista con La Razón Radio, el embajador de Bolivia ante la Organización de la Naciones Unidas (ONU), Diego Pary, dio a conocer el 2 de marzo más nombramientos de preferencias familiares en el Régimen de Áñez.
“Se nombró al sobrino de (la excanciller) Karen Longaric (Albert Hoffman Lora) en la oficina regional en Santa Cruz; a la nuera o la novia del hijo de Longaric como agente consular en Corumbá (Jaqueline Montaño Castro); a la sobrina de Áñez (Andrea Echarte Áñez), que estuvo como secretaria en la embajada en Paraguay; al hijo de Tomasa Yarhui (Grover Yupari Yarhui), socia y candidata de Tuto Quiroga, nombrado en el consulado de Bilbao, en España”, dijo el también excanciller.
Se refirió al caso de un amigo cercano de Áñez, Mohammed Mostajo, quien ejerció un cargo que recibió varias observaciones.
“El cherry en la torta fue el nombramiento de Mohammed Mostajo como primer secretario en la Representación Permanente (de Naciones Unidas); se le dio el título de embajador cuando no existe esa categoría”, reveló.
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