Extranjera Amparo Carvajal será denuncia ante la CIDH y GIEI por justificar las masacres de Añez

Diario AHORA EL PUEBLO.- La nueva directiva de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (APDHB) denunciará ante organismos internacionales a Amparo Carvajal (española) por intentar dividir y perpetuarse en esa institución con falsos argumentos.

La información la dio a conocer la asesora jurídica de la APDHB, Elena Rojas, quien dijo que se hará llegar desde hoy una serie de notas no sólo a la Comisión Internacional de Derechos Humanos (CIDH), sino también al Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) y a otras instancias internacionales para que conozcan que Carvajal ya no representa a los derechos humanos.

“Vamos hacer una representación como Derechos Humanos de La Paz en coordinación con el presidente de la Asamblea, porque ésa fue la premisa de la nueva directiva y la presidencia, de informar todas las actuaciones que desarrolló Amparo Carvajal al no pronunciarse en 2019 en defensa de la población más vulnerable y menos respetó a los estatutos internos de la propia Asamblea”, afirmó.

Rojas aseguró que no permitirán que Carvajal conforme una asamblea paralela sólo por el hecho de que hasta ahora no entregó la sede de la APDHB, cuando en realidad ya fue elegido un nuevo directorio y presidencia encabezada por Édgar Salazar.

“Carvajal debe salir de los ambientes porque no le pertenecen, y si ella vela por la democracia, no podría perpetuarse en un cargo que ya tiene un nuevo representante. Ella lamentablemente contradice lo que establece la democracia”, puntualizó.

Indignación necesaria

Por Rubén Atahuichi / LA RAZON.- Puede ser Amparo Carvajal merecedora de todos los homenajes y reconocimientos por su trayectoria en defensa de los derechos humanos en Bolivia. Uno hasta resulta nada y nadie ante tantos años de lucha de esta mujer venida de León, España, en el mismo año del fragor de la naciente dictadura del coronel Hugo Banzer.

Esos merecimientos debieran ser siempre de nuestro reconocimiento. Ella estuvo al pie de lucha en todos los episodios oscuros de la democracia y hasta fue cofundadora de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (APDHB).

Decía una vez Xavier Albó de ella que “en el frasquito pequeño se guarda el mejor licor”. “Petisa, inquieta y ahora cojita, sigue siendo una luchadora gigante”.

A juzgar por sus últimas acciones, los buenos conceptos sobre ella parecen estar esfumándose. A pesar de sus años de lucha, no sería sensato guardarse criterios que, ahora, dicen lo contrario de los principios que sostuvo en décadas.

A partir de la división de la APDHB en los últimos años, Carvajal se ha convertido en un duro contrapeso político del gobierno de Evo Morales y, ahora, de Luis Arce. Sin embargo, su beligerancia con ambos gobiernos le hizo caer en el desvarío.

Ha sido cuestionable que en 2019, cuando el país sufrió una violencia no experimentada en las últimas décadas, no se haya inmutado con las muertes especialmente de Sacaba y Senkata, propiciadas por fuerzas combinadas de la Policía Boliviana y las Fuerzas Armadas.

Y, lo peor, en su afán de cuestionar los procesos y detenciones de militares y policías por esas muertes consideradas masacres por distintos organismos de derechos internacionales y, lo último, el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), Carvajal salió al paso y justificó esas acciones represivas que terminaron con la muerte de al menos una veintena de bolivianos.

“La Policía y las Fuerzas Armadas salieron a defender al pueblo”, dijo en su defensa la activista de derechos humanos.

¿Será posible defender a militares y policías que empuñaron armas contra manifestantes? El GIEI estableció que no solo hubo entonces uso desproporcionado de la fuerza, sino ejecuciones sumarias.

Entonces, militares y policías salieron a reprimir al amparo del Decreto Supremo 4078, posteriormente abrogado a presión internacional, que eximía de eventuales procesos penales contra los represores. El documento con el que las fuerzas represivas actuaron había sido promulgado por la entonces mandataria Jeanine Áñez y su gabinete de ministros.

Y Carvajal insiste en que los represores salieron a defender al pueblo. El GIEI estableció que, por ejemplo, en el caso de Senkata los manifestantes no tenía intención de “volar” la planta de combustibles, como entonces justificaron Áñez, Arturo Murillo, Luis Fernando López y algunos medios de información.

Al contrario, sin ocuparse de las ahora víctimas de las masacres, la longeva mujer hace vigilias por Áñez, que, seguro, tiene derecho de hacerlo. ¿Se movilizó ella por los miles de detenidos injustamente en el régimen precedente? ¿Dijo algo sobre Patricia Arce, ultrajada hasta la humillación en Vinto, o Patricia Hermosa, que perdió su embarazo en la cárcel, sin proceso y donde la tuvieron encerrada por 40 días en un baño? ¿O de Lorgia Fuentes, que fue electrocutada y enmanillada a la cama de un hospital mientras estuvo detenida por nada en 2002?

No. Son del “otro lado”, no del suyo.

Los suyos son la Resistencia Juvenil Cochala (RJC), esa facción parapolicial, como llamó el GIEI o Estados Unidos. De ellos Carvajal dijo que era “la resistencia necesaria”.

Ese grupo humilló a mujeres de pollera en pleno centro de Cochabamba, “entregó” a manifestantes, ayudó a la Policía a reprimir y causó terror en motocicletas. Incluso, la Comisión Contra la Tortura, de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), lo calificó de parapolicial y consideró que fue financiado por “pititas”. Y fue así.

Resistencia necesaria… Al contrario, debemos expresar indignación necesaria ante tanto cinismo de la señora, funcional a quienes tienen responsabilidad sobre la violencia estatal y el quiebre constitucional de 2019.

Causa pena que Carvajal haya despilfarrado tremenda trayectoria por transitar ahora en la vereda equivocada, la de la violación de derechos humanos.

Rubén Atahuichi es periodista.

Grupículo elige «presidenta eterna» de DDHH a una extranjera apologista de las masacres de Añez

PLURINACIONAL/23/12/2021.- Un grupo de afines a organizaciones de derecha y a los golpistas, Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho, eligió «presidenta eterna» de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (APDHB), a la exreligiosa española Amparo Carvajal, conocida por su apoyo al Golpe de Estado de Jeanine Añez en noviembre del 2019, fanática defensora de las masacres de Sacaba y Senkata con casi 40 muertos y 400 heridos durante el régimen de facto, justificadora de los grupos paramilitares y parapoliciales que golpearon a mujeres indígenas en las plazas de muchas ciudades bolivianas, defensora de la represión  de la Policía y FFAA; y promocionada por el 99% de los medios de comunicación con abierta militancia opositora al gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS), elegido en las urnas por el 55% de los votos en todo el país.

Tremenda ironía y verguenza. La APDHB nació para combatir a las dictaduras de los gobiernos de facto liderados por militares y civiles  durante el Plan Cóndor, especialmente. Hoy, esa organización fue asaltada por «plataformas ciudadanas» de ultraderecha, con fanáticos religiosos moralistas y por amantes del militarismo y la fuerza.

Carvajal es una usurpadora de la presidencia de Derechos Humanos -como lo fue Añez al usurpar la presidencia de Bolivia sin un voto-  pues su mandato terminó hace dos años pero no convoca a elecciones democráticas, confiada en el blindaje de la prensa opositora y el apoyo-financiamiento de la ultraderecha boliviana.

Hace una semana, las organizaciones de Derechos Humanos de todos los departamentos de Bolivia, eligieron una nueva directiva pero inmediatamente la prensa opositora se ocupó de criminalizar a los nuevos dirigentes y ensalzar a Carvajal, apologista del régimen de Añez, masacrador y corrupto. No contentos con eso, los golpistas, también conocidos como Pititas, decidieron elegirla arbitrariamente -no en las urnas y sin la participación de las asambleas de Derechos Humanos de todos los departamentos de Bolivia- como «presidenta vitalicia», es decir eterna, de por vida.

Esos grupos de fanáticos odiadores del MAS, usan como discurso principal la democracia y la libertad. Por eso criticaron a Evo cuando fue a la reelección en las urnas. Pero ellos ni siquiera van a las urnas sino que entre unos cuantos (grupículo, sin representación legal y legítima), eligen a Carvajal como «presidenta de por vida».

Lo tenebroso del caso es que Carvajal, supuesta defensora de Derechos Humanos, jamás se solidarizó con las viudas, huérfanos o madres de los asesinados por el régimen de facto de Añez, no los visitó en sus casas ni fue a los entierros. Al contrario, la exmonja española aplaudió las represiones de las fuerzas militares y policías cuando el pueblo resistía el golpe de Estado de noviembre del 2019.

En Bolivia la Asamblea Permanente de DD.HH defiende a los masacradores del pueblo trabajador

LA IZQUIERDA DIARIO.- El 11 de marzo mediante un “comunicado urgente” la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (APDHB) convocó a “elevar un grito por la defensa de la Policía y Fuerzas Armadas”, porque consideran que estas instituciones represivas “salieron a defender al pueblo en octubre del año 2019”. Es decir, convocan a defender a los responsables materiales de las masacres de Senkata, Sacaba y Ovejuyo y a quiénes torturaron a cientos de personas los primeros días del golpe de Estado, cometiendo crímenes de lesa humanidad.

Recordemos que la APDHB surgió en la dictadura de Banzer en la década de los 70 ante una situación de vulneración de los Derechos Humanos (DD.HH) sufridos por la población en el contexto de las dictaduras militares. Desde Hugo Banzer hasta García Meza, esta institución, ha sido importante para la defensa de los DD.HH. Luego, durante los gobiernos neoliberales e incluso durante el Gobierno de Evo Morales, frente a diversos hechos, mantuvo un rol progresivo defendiendo y repudiando la represión estatal y vulneración a los derechos de las comunidades del TIPNIS, o como fue la brutal represión de Chaparina, el asesinato policial del estudiante alteño de la UPEA, Jonathan Quispe, entre otros.

Sin embargo, la posición de la APDHB que luego de callar en mil idiomas los crímenes de lesa humanidad cometidos durante el golpe de Estado y la vulneración a los DD.HH durante el gobierno de facto de Áñez pase a defender abiertamente a la policía y FF.AA no sorprende. No hay que olvidar que el giro cada vez más reaccionario de esta institución lo vimos cuando Amparo Carvajal retiró a la APDHB como querellante en la causa de la masacre de El Porvenir contra Leopoldo Fernández. Este hecho marcó el punto de inflexión a partir del actual esta instancia empezó a hacer unidad con los sectores más reaccionarios y de la derecha del país posicionándose al servicio de defender sus intereses.

El llamado a defender a la Policía y FF.AA por parte de Amparo Carvajal se debe a que actualmente la Fiscalía, de forma claramente tímida y poco resuelta, ha empezado a convocar y llamar a declarar a los mandos policiales y militares, como Sergio Orellana ex comandante de las Fuerzas Armadas, por su responsabilidad en el golpe de Estado. Sin embargo, Orellana huyó del país a vista y paciencia de las autoridades estatales y del ex jefe policial Yuri Calderón; éste último también tiene una orden de aprehensión en su contra. En las últimas horas también fue detenido el Almirante y ex Jefe del Estado Mayor durante el golpe, Flavio Arce. Así también se ordenó la detención del ex General, Williams Kaliman.