El pueblo derrotó en las urnas a la derecha vendepatria, represora, corrupta y racista de Chile

Por Juan Carlos Ramírez Figueroa /Santiago/ PAGINA 12.- La izquierda más progresista hace historia en Chile tras el triunfo de Gabriel Boric que obtuvo un 55,87% (4.618.480 votos) frente al 44,13% (3.648.394) del ultraderechista José Antonio Kast con el 99,94% de las mesas escrutadas. Casi 12 puntos de ventaja que ponen fin a uno de los procesos más polarizados e inciertos desde el retorno a la democracia en 1989. en una jornada extremadamente calurosa y con una notoria baja de la locomoción pública que no impidió que la ciudadanía fuera en masa a votar por su futuro. 

Los records de Boric

Una suma de hitos rodea al nuevo presidente de Chile: a sus 35 años es el más joven (el 11 de marzo cuando asuma tendrá 36) y el más votado de la historia chilena, con un inédito 55% de participación electoral, otro récord más. También es la primera vez que un diputado en ejercicio como él se vuelve presidente. 

Además, acompañará el proceso del plebiscito ratificatorio de la Nueva Constitución que debería hacerse durante el primer semestre del próximo año. Todo, a una década de las grandes protestas estudiantiles de 2011 donde Boric, entonces dirigente de la Universidad de Chile, fue uno de los liderazgos más destacados.

Calor y falta de transporte

Fue una jornada compleja, ya que el país atravesaba una ola de calor que llegó a los 34 grados a la sombra en Santiago en recintos como colegios y gimnasios que no cuentan con aire acondicionado. 

Un problema que fue menor al lado de la falta de locomoción pública. Imágenes de micros (colectivos) estacionados, a pesar de que el gobierno de Sebastián Piñera aseguró que iba a implementar un plan especial de transporte público sólo potenciaron las sospechas de intervencionismo electoral, ya que justamente las comunas populares, donde el voto es tradicionalmente de izquierda, fueron las principales afectadas. Por eso, a pesar de que lo rápido del trámite, lo difícil era llegar a los locales de votación lo que generó, nuevamente grandes filas.

El reconocimiento de Kast y de Piñera

Pero incluso antes de ese cómputo —y la reacción de Boric— el derrotado reconoció en su Twitter haberlo llamado. “Lo he felicitado por su gran triunfo. Desde hoy el presidente de Chile merece todo nuestro respeto y colaboración constructiva Chile siempre está primero”. Luego vino el propio presidente Sebastián Piñera quien entre “consejos” y “alabanzas” le dijo: “Es una de las más grandes participaciones ciudadanas en mucho tiempo. La democracia cumplió y los chilenos han dado un nuevo ejemplo de democracia, usted fue parte de eso así que lo felicito”.

Boric le dijo: “Quiero que sepa usted que voy a dar lo mejor de mí para estar a la altura de este tremendo desafío, nuestro país saca lo mejor de sí, cuando nos unimos”. Hacia el final Piñera le dijo: “Sáquese una foto cuando entre a La Moneda y otra cuando salga, porque gobernar es muy difícil”. “Espero hacerlo mejor que usted”, le dijo, en una sorprendente salida que no logró perturbar al presidente.

Mientras, en prácticamente en todas las ciudades de Chile, la gente empezaba a celebrar, como en el sector de la Plaza de la Dignidad —rebautizada tras el estallido social de octubre de 2019— con banderas chilenas y mapuche y gritos como “¡Ganó el pueblo!” y “Ni un paso al fascismo”. No es menor: con la ola de calor y la notoria falta de locomoción pública había demasiadas razones para descorchar botellas de champaña, enarbolar banderas o simplemente abrazarse con los seres queridos.

La izquierda más progresista

Políticamente, esto significa la vuelta de la izquierda más progresista al poder en Chile tras cuatro años de Piñera, representante de una derecha levemente inclinada al centro, pero que no dudó en beneficiar a la clase empresarial durante la pandemia y a reprimir enérgicamente durante el estallido social de 2019. 

El programa de Boric aboga por un nuevo modelo de desarrollo, centrado en las energías renovables, los impuestos a las grandes fortunas y el fomento a la ciencia y tecnología; además de fortalecer los derechos de la mujer y las minorías sexuales, la salud (incluyendo la mental), el medio ambiente y la cultura.

Una propuesta que era lo opuesto a Kast, un nostálgico de la dictadura y fanático del neoliberalismo, quien proponía achicar al Estado, beneficiar a los grandes empresarios, cerrar el Ministerio de la Mujer (medida de la que luego se arrepintió), establecer zanjas para impedir la migración y dejar en libertad a los militares condenados por violaciones de DD.HH. en dictadura, por razones humanitarias.

El festejo multitudinario

Ante una multitud enorme, que recordaba el millón de personas que se reunió durante octubre de 2019 en Santiago, se dirigió en su primer discurso público en un escenario cercano a la Biblioteca Nacional (a unas cuadras de la Plaza de la Dignidad). De hecho el mismo Boric no pudo subir al escenario debido a que su caravana de auto no podía desplazarse durante largos minutos, hasta que él mismo decidió subirse caminando junto a su pareja, la cientista política Irina Karamanos, quien ya ha señalado sobre la necesidad de redefinir el cargo de “primera mano”. Finalmente tuvo que subir la reja que separaba la multitud, literalmente como una estrella de rock, mientras de fondo sonaba “El derecho de vivir en paz” de Víctor Jara, el himno del estallido social.

Entre fuegos artificiales y aplausos, comenzó saludando en mapudungun, la lengua mapuche, agradeciendo a los chilenos que “honraron su compromiso con la democracia”. “No importa en este momento si (votaron) por mí o mi contrincante. Lo importante es que mostraron su compromiso con este país que es de todas y de todos. También a quienes quisieron asistir a votar y no pudieron por la falta de transporte público. No puede volver a ocurrir que en un día tan relevante como este se prive a la gente de ejercer su derecho a voto”.

Los compromisos del nuevo presidente

Boric habló de comprometerse en “este proceso de cambios” que se extenderá por los próximos años y agradeció a todos los equipos que se sumaron, destacando a la doctora Izkia Siches la vocera de esta última etapa de la campaña; pero sobre todo a las mujeres, a las diversidades y a los niños y niñas “que nos llenaron de cariño y dibujos este viaje, con dibujos hermosos que expresaban la inocencia del Chile que aspiran, un Chile verde y de amor (…) Sé que no podemos fallarles”.

“Tengo 35 años y sé y tengo claro que la historia no empieza con nosotros. Siento que nuestro proyecto es heredero de una larga trayectoria histórica, la de quienes desde diferentes posiciones han buscado incasablemente la justicias, la ampliación de la democracia y la defensa de los derechos humanos (…) Porque estamos en un nuevo ciclo histórico. Seré el presidente de todos los chilenos y chilenas”.

Reconoció que “los tiempos que vienen no serán fáciles” y que deberá hacerle frente a las consecuencias de la peor pandemia del último siglo, pero también del Estallido Social. Y con respecto a esto último señaló enérgico: “Nunca, por ningún motivo debemos tener a un presidente que le declare la guerra a su propio pueblo”. Esto último es significativo ya que alude a una frase desafortunada de Piñera, en medio de los disturbios de Santiago de 2019, asegurando que “estábamos en guerra”. Luego repitió el cántico que surgió entre el público: “Justicia, verdad, no a la impunidad”.

Después se refirió al movimiento de donde surgió: “¿Cuántos de ustedes marcharon el 2006, el 2011, el 2012? Somos de una generación que emerge a la vida pública demandando que la educación sea un derecho y no un bien de consumo”. También habló de terminar con la AFP (lo que lo hace volver a su programa original), el particular sistema de pensiones chileno que hace a privados invertir con los dineros que la gente impone obligatoriamente para la jubilación sin hacerlos participar de las ganancias. “No queremos que sigan haciendo negocios con nuestras pensiones”

También habló sobre defender los derechos humanos, defender la nueva constitución y luchar contra proyectos que destruyan el medio ambiente “No a Dominga… No podemos mirar para al lado cuando la avaricia de unos pocos destruye ecosistemas únicos”.

Hacia al final selló su primer discurso con “Hoy día la esperanza le ganó al miedo. Chilenos y chilenas hemos llegado con un proyecto de gobierno, que se puede sintetizar en avanzar con responsabilidad en los cambios estructurales que Chile necesita. Nuestro gobierno va a ser un gobierno con los pies en la calle”.

Un hito histórico

Además de ser el presidente más joven de la historia del país, a sus 35 años Boric logró otro hito: es la primera vez que un candidato que no ganó la primera vuelta logra imponerse en la segunda. Pero pasará a la historia como el presidente que estará acompañando el proceso de la nueva constitución que debería votarse en un plebiscito de salida durante el primer semestre de 2022, sellando un nuevo ciclo en la historia de Chile donde ya el fantasma de Pinochet terminará por extinguirse.

De todas formas, el flamante presidente chileno deberá enfrentar también un momento económico post-pandémico que se traducirá en una recesión a nivel global que Chile deberá aprender a enfrentar sin sacrificar el proyecto económico reformista impulsado por el candidato y ante un Senado y Cámara de Diputados sin mayorías ni para la derecha ni para la izquierda. Sus primeras medidas, la conformación del gabinete y el papel de los partidos son incógnitas que comenzarán a despejarse en los próximos meses, tanto como los liderazgos que emergerán en la oposición.

Un desafío para una izquierda representada por el conglomerado Apruebo Dignidad, conformado por el Frente Amplio junto al Partido Comunista que, en Chile, además de ser un partido democrático ya gobernó durante el segundo mandato de Michelle Bachelet (2014-2018). Y aunque en un principio fueron críticos del rol de la Concertación que gobernó a Chile desde el retorno a la democracia en 1989, lograron sumar apoyo de figuras como la misma Bachelet y el expresidente Ricardo Lagos, además de partidos que conformaron esa etapa como la Democracia Cristiana, el PPD, el Partido Socialista y el Partido Radical. Una alianza que, sin duda, modificará el mapa político chileno.

Pero Boric, diputado desde 2014, representado siempre a su Magallanes natal, es hábil y capaz de tomar decisiones arriesgadas como cuando impulsó el acuerdo de la paz tras un mes de estallido social en 2019 que allanó el camino al plebiscito por la nueva constitución que logró imponerse un año después, con un 80% de aprobación, para reemplazar la carta magna de Pinochet de 1980. El costo, que él asumió fue “salvar” de alguna forma el gobierno de Piñera.

Aunque ganó la primera vuelta con 27,91% dejando a Boric en segundo lugar con 25,83%, Kast viajó a EE.UU. a reunirse con políticos republicanos, dueños de las AFP (administradoras de pensiones) que en el particular modelo chileno invierten internacionalmente el dinero que los ciudadanos imponen mensualmente para la vejez sin que estos participen de las ganancias y de paso, corrió el rumor que se reunió con la tercera mayoría —y sorpresa de las elecciones— el economista Franco Parisi (12,80%) quien hizo campaña sin moverse de Alabama, donde se radicó debido a una orden de arraigo en Chile por el no pago de pensiones alimenticias.

Boric en cambio, redefinió su discurso, potenciando temas como la seguridad, migraciones y la mirada al futuro, sumando a Izkia Siches, presidenta del colegio Médico como vocera, una de las líderes más carismáticas y queridas durante la pandemia. También logró eludir las provocaciones de la gente de Kast que tanto en debates televisivos como en redes sociales fueron pródigos en fake news y rumores, incliuyendo desde montajes fotográficos hasta acusarlo indirectamente consumo de drogas (que Boric desmintió en pleno debate mostrando en vivo un test anti drogas), una estrategia que nunca antes en Chile había llegado a ese nivel de profesionalismo político. 

Con 35 años fue el candidato más joven y quiere terminar con el neoliberalismo

Gabriel Boric, el exlíder estudiantil que fue elegido presidente

Ecologista, feminista y crítico acérrimo del modelo neoliberal instalado durante la dictadura militar y consolidado luego en la transición, Boric fue también quien ofreció la agenda más profunda de cambios.

Gabriel Boric, presidente electo de Chile. (Fuente: AFP)
Gabriel Boric, presidente electo de Chile.. Imagen: AFP

Por Guido Vasallo / PAGINA 12, BUENOS AIRES.- “Si Chile fue la cuna del neoliberalismo en Latinoamérica, también será su tumba”. Las palabras de Gabriel Boric sonaban muy lejanas en el mes de julio, cuando fue proclamado como candidato y aún debía superar al favorito en la interna de la izquierda, Daniel Jadue. Pero a fuerza de una campaña inteligente y cercana a la ciudadanía, el dirigente de 35 años neutralizó uno a uno los ataques de su rival, el ultraderechista José Antonio Kast, hasta convertirse en el presidente más votado y el más joven en la historia del país trasandino.

Boric fue uno de los principales protagonistas de la llamada “revolución de los pingüinos”, la rebelión estudiantil chilena que en 2006 exigía educación gratuita y de calidad y marcó las primeras grietas en el modelo chileno. Su posterior paso como diputado por la región de Magallanes probablemente le haya enseñado a no dejarse llevar por los impulsos y a tener cintura política para tejer alianzas con otros sectores.

Parte de esa “madurez” también pudo verse durante la campaña presidencial, ya que a medida que pasaron las semanas Boric fue moderando su discurso para meterse en el bolsillo al electorado de centro y a los votantes indecisos que dudaban de un candidato al que constantemente le marcaban su inexperiencia en el poder. Ecologista, feminista y crítico acérrimo del modelo neoliberal instalado durante la dictadura militar (1973-1990) y consolidado luego en la transición, Boric fue también quien ofreció la agenda más profunda de cambios.

Sus inicios en la militancia estudiantil

Boric nació el 11 de febrero de 1986 en la ciudad austral de Punta Arenas, tres mil kilómetros al sur de Santiago, en el seno de una familia de clase media de bisabuelos croatas y catalanes. Es el mayor de tres hermanos y emigró a Santiago para estudiar derecho en la Universidad de Chile. Lector ávido, dice que se relaja leyendo libros de poesía y de historia. Soltero y sin hijos, está en pareja hace casi tres años con la politóloga Irina Karamanos.

Su vínculo con el mundo político se inició en la universidad, donde ingresó al colectivo Izquierda Autónoma. En 2008 fue electo consejero de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech) y en 2010 fue presidente del Centro de Estudiantes de Derecho de esa misma casa de estudios. En 2011, los tres máximos referentes de la rebelión estudiantil de 2006 (Camila Vallejo, Giorgio Jackson y Boric) decidieron ir como candidatos a diputados, los dos primeros por la coalición Nueva Mayoría, liderada por la expresidenta Michelle Bachellet, y Boric por fuera, como militante de Izquierda Autónoma. 

El desembarco en la política

Ya ocupando una banca como diputado, Boric fundó en 2016 el Movimiento Autonomista con el objetivo de renovar a la izquierda doctrinaria chilena y acelerar el surgimiento de una alternativa por fuera de las dos coaliciones que hegemonizaban el sistema político y gobernaron durante todo el período posdictadura. Para descalificarlo, los sectores más conservadores y derechistas lo tildan de “comunista”. Además suelen echarle en cara, tal como ocurrió en el último debate presidencial con el derrotado Kast, el encuentro que mantuvo en 2018 con Ricardo Palma Salamanca, condenado por el asesinato del exsenador conservador Jaime Guzmán, ideólogo de la actual Constitución. 

“Nuestra generación irrumpe en política el 2011 despercudiéndose un poco de los miedos que había generado la dictadura y los pactos de la transición”, dijo Boric en una entrevista antes de la primera vuelta. Aludía de esa forma a la Concertación, la coalición de centroizquierda que desde 1990 gobernó buena parte de los 31 años de democracia chilena, y que hoy luce desprestigiada como reflejo de la gran crisis de confianza institucional. Sin embargo Boric, sabiendo que debía nutrir su piso de votos, eligió mostrarse más cercano a la centroizquierda tradicional y consiguió a cambio el valioso apoyo de los expresidentes Ricardo Lagos y Michelle Bachelet.

Propuestas de gobierno

Para las primarias presidenciales de este año Boric compitió contra el favorito Jadue y, contra todos los pronósticos, se impuso con más de 20 puntos porcentuales de diferencia convirtiéndose en el candidato más votado de las primarias de todas las fuerzas. Luego llegó la primera vuelta, a esta altura anecdótica, en la que Kast se alzó con el 27,9 por ciento de los votos frente al 25,8 por ciento de Boric.

Su campaña de cara al ballotage estuvo enfocada en la ampliación de derechos, la descentralización del país, el ambientalismo, el fin de la herencia institucional de la dictadura y el respeto a los pueblos originarios, muchos de los reclamos centrales del estallido social de 2019 y de la actual agenda de la Convención Constituyente.

Boric propone un cambio de modelo basado en el Estado de Bienestar de los países europeos, al considerar que el actual modelo chileno está “absolutamente estancado”. “Un Estado de Bienestar para que todos tengan los mismos derechos, sin importar cuánta plata tienen en la billetera“, señaló recientemente en una entrevista. Y días atrás, en su cierre de campaña en el Parque Almagro de Santiago, dejó un anticipo de lo que será su gestión: “Es difícil hablar de la primera cosa que vamos a hacer si llegamos al gobierno, pero de lo que sí tenemos certeza es que ese día no entramos solos, con nosotros entra el pueblo“.

El triunfo de Gabriel Boric: la derrota de la reacción conservadora y autoritaria

Chile es una fiesta democrática

Las consignas de anti-fascismo y anti-pinochetismo tomaron bríos en las calles y barrios populares: fueron claves en el aumento de la participación. 

 (Fuente: AFP)
. Imagen: AFP

Por Marco Teruggi/ PAGINA 12.- Santiago de Chile es una fiesta. Bocinas, caravanas de autos, columnas de personas por la Alameda, delante del Palacio de la Moneda, mucha juventud, con banderas nacionales, mapuches y la del nuevo presidente: Gabriel Boric. La noticia de su victoria apareció como una bocanada de aire histórica en un día electoral cargado de tensiones debido a la trascendencia de la contienda, en la cual el ahora electo mandatario se enfrentó a José Antonio Kast, de extrema derecha.

El día de la votación estuvo atravesado por las numerosas denuncias, incluido del Sistema Electoral de Chile, de irregularidades en el suministro de transporte de autobuses, en particular en zonas populares con mayor apoyo a Boric. La ministra de Transporte, Gloria Hutt, debió reconocer las fallas al finalizar la tarde. Esa demora produjo críticas y especulaciones acerca de si la misma podría afectar el número de votantes, en una democracia marcada por la baja participación. Sin embargo, el resultado mostró un aumento de la participación: 8.338.086 votantes, contra 7.114.800 de la primera vuelta. El mismo se volcó mayoritariamente a Boric, quien logró pasar de 1.814.777 votos a 4.608.362, a diferencia de Kast, quien subió de 1.961.387 votos a 3.683.873. La posibilidad de un aumento de la participación y que la misma fuera mayoritariamente hacia Boric, era uno de las hipótesis en días previos, en el marco de una campaña marcada tanto por el apoyo al candidato de Apruebo Dignidad, como por la campaña contra Kast, con consignas de anti-fascismo, anti-pinochetismo, que tomó fuerza en las calles y algunos barrios populares.

La clave anti-Kast, el temor a un posible regreso de un candidato proveniente del pinochetismo, fue uno de los motores principales de movilización y de tensión en días previos y durante el domingo. La posibilidad de una derrota y legitimación vía las urnas de la extrema derecha chilena aparecía como un panorama sombrío, un cierre reaccionario del ciclo de protestas multitudinarias iniciadas el 18 de octubre del 2019. Por eso cuando el 30% de votos escrutados marcó Boric 54.12% y Kast 45.88% se escucharon los primeros gritos de alegría desde el comando de campaña de Boric, situado a pocas cuadras de la Alameda.

La diferencia de 10 puntos entre ambos candidatos, que se hizo reversible con el 50% de votos escrutados, se tradujo en el llamado de Kast a Boric, reconociendo públicamente su derrota. Ese mensaje trajo tranquilidad en el marco de las hipótesis de tensión divulgadas en días anteriores, acerca de que Kast podría no reconocer automáticamente una derrota en caso de un margen de diferencia estrecho. Poco tiempo después de ese mensaje, Boric habló con el presidente saliente Sebastián Piñera, dando por cerrado el resultado y la victoria.

La victoria del presidente más joven de Chile, exdirigente estudiantil, miembro del partido Convergencia Social parte del Frente Amplio y de la coalición Apruebo Dignidad, significa además de la derrota de la reacción conservadora y autoritaria, un desenlace presidencial en continuidad con la crisis detonada a partir del 2019, una crisis que, desde ese momento se ha traducido en un continuo de acontecimientos callejeros y electorales, en particular el plebiscito por una nueva Constitución, y la instalación de la Comisión Constitucional, en julio pasado, encargada de la redacción del nuevo texto constitucional, que dará por terminado al de la dictadura de Augusto Pinochet.

La relación entre la elección presidencial y el proceso de redacción de la nueva Constitución apareció como central desde la hora cero. Kast se había pronunciado en contra durante el plebiscito, y, su victoria habría significado un probable ataque por parte del poder Ejecutivo, afectando el plebiscito de aprobación que deberá tener lugar pasada la mitad del 2022. La victoria de Boric abre, en cambio, la posibilidad de un diálogo entre ambos poderes, con una legitimación desde la presidencia y, seguramente, un apoyo de cara a la aprobación del texto final.

Ese plebiscito, con un nuevo texto constitucional que podría desmontar algunos de los pilares del orden neoliberal-pinochetista, aparece como el nuevo paso por venir en el marco de un gobierno que seguramente deberá enfrentar numerosas adversidades. La derecha, si bien perdió, demostró una capacidad de unidad alrededor de un candidato de extrema derecha, logró movilizaciones callejeras, y seguramente planteará una resistencia por diferentes vías ante lo que representa una amenaza sobre su statu quo. Las derechas demostraron en el continente que, antes de buscar conciliaciones y diálogos, optan en su mayoría con confrontaciones y radicalidades de métodos y discursos.

La fuerza del nuevo gobierno estará dada por Boric, la legitimidad de los votos alcanzados y por la potencialidad de una sociedad con altos niveles de movilización. ¿Trabajará el nuevo presidente en un diálogo con esa sociedad movilizada para construir correlaciones de fuerza favorables? Será uno de los aspectos por verse en el gobierno que comenzará en el 2022, marcado por expectativas, desconfianzas de algunos sectores de izquierda, en un país que se encuentra en un momento de cambio de época, y que empuja, en una mayoría que se mostró en las urnas, por construir un nuevo modelo económico, social y político. Santiago, esta noche, es una fiesta.

Felicitan a Gabriel Boric por triunfo electoral en Chile

Con 35 años de edad, Gabriel Boric se convierte en el presidente electo más joven en la historia de Chile.

TELESUR.- Diversos gobernantes y líderes del mundo expresaron sus felicitaciones al candidato por la alianza Apruebo Dignidad, Gabriel Boric, quien fue electo este domingo como el nuevo mandatario de Chile para el período 2022-2026.

De acuerdo con datos del Servicio Electoral (Servel), con el 99,72 por ciento de las mesas escrutadas de las 46.887 totales, Boric obtuvo 4.608.362 de votos, representando el 55,86 por ciento de los sufragios.

Su contrincante por la coalición Frente Social Cristiano, José Antonio Kast, registró 3.641.819 votos del electorado, lo que representa 44,14 por ciento.

El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, transmitió sus buenos deseos a Boric por la victoria electoral, siendo el mandatario más joven del país suramericano con 35 años de edad.

“Ratificamos voluntad de ampliar las relaciones bilaterales y de cooperación entre ambos pueblos y Gobiernos”, manifestó.

Por su parte, el mandatario argentino Alberto Fernández también se pronunció por el triunfo de Boric en la segunda vuelta electoral.

“Debemos asumir el compromiso de fortalecer los lazos de hermandad que unen a nuestros países y de trabajar unidos a la región para poner fin a la desigualdad en America Latina”, comentó.

Además, la vicepresidenta argentina Cristina Fernández envió sus felicitaciones al nuevo jefe de Estado chileno.

“Como dijimos el viernes 10 en la Plaza: “El pueblo siempre vuelve y encuentra los caminos para hacerlo. Puede ser un partido, puede ser un dirigente hoy y otro mañana pero el pueblo siempre vuelve”. Felicitaciones presidente Gabriel Boric a usted y al pueblo de Chile”, escribió en su cuenta Twitter.

Igualmente, el Ejecutivo venezolano Nicolás Maduro felicitó a la alianza Apruebo Dignidad y al candidato vencedor de los comicios.

“Saludo al pueblo de Salvador Allende y de Víctor Jara por su contundente victoria sobre el fascismo”, acotó.

El secretario ejecutivo de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), Sacha Llorenti, expresó sus felicitaciones por la victoria electoral en Chile.

“Saludamos la histórica jornada democrática cuyo protagonista fue el pueblo chileno”, comentó.

El político británico Jeremy Corbyn compartió un mensaje para manifestar su respaldo a Boric tras los comicios de esta jornada.

“¡Felicitaciones a Gabriel Boric, elegido como presidente socialista de Chile! Una victoria para la esperanza y el cambio. El pueblo unido jamas sera vencido!

El mandatario de Nicaragua, Daniel Ortega, junto con la vicepresidenta Rosario Murillo, emitieron un comunicado dirigido al nuevo presidente de Chile.

“Con respeto y alegría saludamos su histórico triunfo, alcanzado con el valiente pueblo chileno, inspirados con el legado siempre presente del presidente de la dignidad, Salvador Allende, y de tantos héroes y mártires de ese gran pueblo”, refiere el texto.

Le desearos a su Gobierno y a todo el pueblo chileno “caminos de avance en esperanzas ciertas, creando los cambios que se proponen, en justicia y paz”.

La presidenta de la Convención Constituyente de Chile, Elisa Loncon, indicó que ya se había comunicado con el mandatario electo. “Lo he felicitado e invitado a la Convención Constitucional”, expresó.

El mandatario boliviano Luis Arce enfatizó que el triunfo electoral de Boric era del pueblo chileno y lo felicitó por el logro en las votaciones.

“La democracia latinoamericana se fortalece con base en la unidad, el respeto y, sobre todo, la voluntad de nuestros pueblos”, dijo.

Otro mensaje fue transmitido por le vicepresidente boliviano David Choquehuanca, quien afirmó que “la victoria del hermano Gabriel Boric es la victoria de la democracia, de la integración, de la hermandad y el respeto de nuestros pueblos”.

El canciller de México, Marcelo Ebrard, destacó que lo ocurrido en el suramericano debe verse como “una buena noticia”.

A su vez, el Ejecutivo peruano Pedro Castillo envió un mensaje al nuevo mandatario de Chile para felicitarlo.

“¡La victoria que has alcanzado es la del pueblo chileno y la compartimos los pueblos latinoamericanos que queremos vivir con libertad, paz, justicia y dignidad!”, precisó en su cuenta Twitter.

Los expresidentes de Ecuador, Rafael Correa, y de Bolivia, Evo Morales, también usaron las redes sociales para expresar sus felicitaciones a Boric por el triunfo en las urnas electorales.

Correa indicó que “¡Gabriel Boric, nuevo presidente de Chile! ¡Viva Chile! ¡Viva la Patria Grande! ¡Hasta la victoria siempre!”; mientras que Morales celebró la vocación democrática del pueblo de esa nación suramericana.

De igual forma, el exjefe de Estado brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva expresó sus felicitaciones a Boric.

“Felicito al compañero Gabriel Boric por su elección como presidente de Chile. Me alegro por otra victoria de un candidato democrático y progresista en nuestra América Latina, por la construcción de un futuro mejor para todos”, comentó.

El Grupo de Puebla publicó un comunicado para celebrar la victoria de Boric y afirmar que “sullegada al Gobierno confirma la tendencia progresista que vive la región y que se expresa en la necesidad de un nuevo modelo de desarrollo económico, más solidario y democrático”.

“El triunfo de Boric abre además nuevos espacios políticos para el pronunciamiento de fuerzas progresistas en las elecciones de Brasil y Colombia el año entrante”, añade el texto.

El Ejecutivo colombiano Iván Duque envió un mensaje a Boric, expresando “nuestro interés en seguir trabajando conjuntamente para fortalecer la histórica y fraterna relación bilateral que nos une. Somos países hermanos”.

Los presidentes de Uruguay, Luis Lacalle, y de Panamá, Nito Cortizo, se sumaron a las felicitaciones para el futuro jefe de Estado chileno y enviaron un saludo “fraterno” al pueblo de esa nación suramericana.

La Unión Europea (UE), por intermedio de su Alto Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrelll, felicitó a Boric por su elección como futuro presidente de Chile.

“Esperamos fortalecer aún más nuestras relaciones con el futuro gobierno de Chile. Somos socios y juntos somos más fuertes”, manifestó el jefe de la diplomacia de la mancomunidad europea en su cuenta de la red social de Twitter.

Más de 15 millones de chilenos fueron convocados a acudir este 19 de diciembre en la segunda vuelta electoral, de los cuales votó más del 50 por ciento y representa una de las participaciones más altas en el país en este tipo de comicios.

Un freno a la amenaza pinochetista

 (Fuente: AFP)

Por Mercedes López / PAGINA12.- La amplia victoria de Gabriel Boric pavimenta el camino que los chilenos comenzaron a transitar con el estallido social de 2019. Su proyecto de gobierno plantea avanzar en conjunto con el proceso constituyente, a diferencia de José Antonio Kast, quien proponía mantener la carta magna de 1980, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet.

Con el estallido de octubre de hace dos años, millones de chilenos salieron a las calles a reclamar más derechos sociales, políticos y económicos. Esa gran movilización que puso en jaque al gobierno de Sebastián Piñera –y que reprimió salvajemente- tuvo como corolario un acuerdo por la Paz y una Nueva Constitución, que dio origen al proceso constituyente inédito en el país vecino y que terminará a fines de 2022.

Parecía, entonces, un grave retroceso que un candidato de ultraderecha tuviera chances de llegar a La Moneda y pudiera profundizar un modelo de desigualdad tan ponderado por la prensa hegemónica. Por fortuna lo impidió la participación récord en esta segunda vuelta, pese al voto no obligatorio.

Doris González, vocera de Boric, señala a PáginaI12 que el presidente electo “va ayudar a empujar el proceso constituyente, que hoy se despliega en diferentes regiones del país, con la participación ciudadana. Es fundamental para que Chile pueda tener una constitución democrática y de cara al pueblo”.

Es que la sola existencia de la Convención Constituyente, presidida por una líder mapuche, con igual representación de hombres y mujeres, es un impulso para un liderazgo favorable a las transformaciones que necesita Chile. Una demanda que empezó antes del estallido, con las enormes manifestaciones estudiantiles de las que Boric fue parte. Entre esas demandas figura un cambio en el sistema privado de pensiones, las AFP. Doris González afirma que “va a ser un proceso de transición, no se va a acabar inmediatamente con las AFP. La derecha llegó a decir que se les va a expropiar los fondos a las personas, hubo mucha desinformación”.

La agenda de Apruebo Dignidad también se centra en el acceso a la educación superior, la mejora del salario de los trabajadores, una reforma tributaria con un impuesto a los súper ricos. El proceso de la Constituyente representa un espacio de construcción de un horizonte para el país, con perspectiva a la largo plazo; por eso es protagonista de este capítulo que comienza.

La derecha reaccionaria que puja en América latina esperaba sumar un peldaño en Chile. El tándem con Bolsonaro habría significado una pinza amenazante para la región.  Afortunadamente, no pudo.