Estatuas en ciudades colonizadas

Por Esteban Ticona Alejo / LA RAZON.- Las ciudades, sobre todo en territorios colonizados, es donde se pueden ver palpablemente representaciones de los invasores; como en las estatuas, el nombre de las calles, el diseño de las plazas, avenidas y las casas son muestras de formas de imitación e imposición foránea. Para el caso de los países de América Latina y el Caribe, las ciudades actuales fueron fundadas sobre otras ciudades antiguas, sobre las wak’as o lugares sagrados ancestrales, ejemplos hay muchas como Tenochtitlán en México, Cusco en Perú y nuestro Chuqiyapu marka en Bolivia.

El pasado 2 de agosto, jóvenes aymaras, quechuas (hombres y mujeres), vestidos con ropas típicas, portando wiphalas, al son del wayñu ancestral, interpretando con sikus y bombos el Jach’a uru (El gran día, composición del músico de los Ruphay, Mario Gutiérrez), que se ha convertido en el himno de la rebeldía ancestral, intentaron tumbar la estatua de Cristóbal Colón colocada en El Prado paceño. A raíz de este incidente, autoridades del gobierno municipal de la ciudad de La Paz reaccionaron abruptamente a ese acto, calificándolo de “actos delincuenciales” o “vandálicos”. ¿Los jóvenes indios de hoy también son delincuentes y vándalos como otrora? No es extraño ese calificativo de autoridades del gobierno municipal que abrazan la política “pitita” de los q’aras racistas que hicieron gala de sus atrocidades en la gestión del gobierno golpista de Áñez y compañía. Pero es extraño que la Policía se haya prestado al juego del gobierno municipal, apresando a los jóvenes anticolonialistas e incluso intentando humillarnos.

Los invasores construyeron e impusieron símbolos y representaciones que comienzan a ser más cuestionados sobre todo en las ciudades. Hay que recordar que en los últimos meses en Colombia, Canadá y Estados Unidos se han llevado derribamientos de estatuas de indeseables “conquistadores”. ¿A quién representa la estatua de Colón y sus similares? La denominación de las calles como la avenida Montes y parecidas. ¿A quién simboliza y perenniza? ¿Por qué no existe un monumento a Tupaj Katari y Bartolina Sisa en el corazón de la ciudad de La Paz? La plaza Murillo debería albergar las estatuas de Bartolina Sisa y Gregoria Apaza, porque en esa plaza fueron humilladas cruelmente por los españoles.

¿Por qué no existe en las calles del centro paceño alguna denominación con nombres de Mamani, Qhispi, Kunturi, Apaza, etc.? Ese es el asunto de fondo. Las calles de la urbe están señaladas con apellidos de latifundistas y militares gamonales o curas hacendatarios. Además, se quiere preservar y defender como patrimonio a un personaje como Colón que simboliza el genocidio de millones de personas, no solo de indias/os, sino también de afrodescendientes y mestizos conscientes.

El peligro de un levantamiento de los indios por estas imposiciones y otras similares siempre estuvo presente en muchas ciudades. Por eso los invasores crearon la ciudad-fortín, aplicada en su cabalidad a la ciudad de La Paz, ¿acaso no se convirtió en reducto frente al levantamiento de Tupaj Katari y Bartolina Sisa en 1781 y movilizaciones indias y populares contemporáneas? Esa idea de ciudad-fuerte fue el justificativo para que los indios no ingresen a la plaza Murillo. Ahora se quiere justificar con formas de represión y encarcelamiento porque se habría atentado al patrimonio paceño.

El gran reto es construir una ciudad intercultural, pero eso no pasa por la defensa de estatuas como de Colón y otras similares, sino reconociendo a próceres humanistas (indios y no indios), que verdaderamente han luchado contra formas de opresión, discriminación y anticolonialismo.

Nuestra profunda solidaridad y respeto a esos jóvenes congéneres que intentan limpiar los símbolos coloniales expresados en las estatuas y que apuestan por formas de convivencia realmente intercultural y diversa. Esta ciudad de Chuqiyapu marka siempre fue acogedora de lo foráneo y por eso le da vida a La Paz, pero exige que se reconozca y se respete a lo ancestral. El Ministerio de Culturas y Descolonización tiene el deber de actuar de oficio, generando políticas urgentes y claras de descolonización. ¿Para qué tener un Viceministerio de Descolonización cuando en la realidad no descoloniza y permite arbitrariedades?

Wasitampiwa q’ara pititanakaxa wali ñanqhachan munistu. Waynan, tawaqunakan sartawipaxa wali askiwa, yanapañasawa, ch’amachañasawa ukham sartawinakxa. Jallalla!!!!!

Esteban Ticona Alejo es aymara boliviano, sociólogo y antropólogo.