Tras 18 meses de silencio, Almagro habla de las masacres de Añez; Bolivia le dice en la cara: ¡impostor!

Por Edwin Condori / LA RAZON / La Paz.- El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, pidió este miércoles un minuto de silencio para las víctimas de Sacaba y Senkata y calificó esos hechos, registrados durante la crisis de 2019 en el gobierno transitorio de Jeanine Áñez, como “masacres”.

“Yo quiero pedir (…) un minuto de silencio para las víctimas de las masacres a las que ha hecho referencia el representante de Bolivia: Senkata y Sacaba”, dijo Almagro durante su intervención en una sesión del organismo internacional.

Sin embargo, el embajador de Bolivia ante la OEA, Héctor Arce, consideró que se trata de una impostura la acción asumida por Almagro.

“Sin afán de lastimar ni perjudicar a nadie, sin hacer ninguna valoración personal, considero una gravísima impostura de una persona, que ha defendido los informes que han causado la muerte de bolivianos inocentes, finalmente haya planteado un minuto de silencio”, afirmó.

Agregó que la mejor muestra de respeto a esas personas por las cuales el secretario general ha ofrecido un minuto de silencio “es abrir una investigación totalmente limpia y transparente” y dejar que otros países e instancias académicas “realicen una validación definitiva”.

Mientras, Almagro subrayó que “sí queremos justicia y una investigación ajustada al estado de derecho democrático para las masacres que hubieron en Bolivia”.

Pero “todas las masacres, éstas últimas (registradas en la crisis de 2019) y las anteriores también; queremos justicia también para los casos de corrupción, toda la corrupción, la del gobierno (de Áñez) como de los demás; no es amnistía para unos y juicios para otros, juzgar (solo) la corrupción ajena no es juzgar la corrupción, juzgar la corrupción implica en el estado de derecho democrático obviamente juzgar la acción de todos”, sostuvo.

No obstante, Arce respondió que no entiende a qué vienen las referencias a los actos de corrupción.

“No entiendo a qué vienen referencias a otros temas que nada tienen que ver con lo que estamos tratando, aquí estamos hablando de la defensa fundamentalmente de la vida, de 37 vidas a las cuales yo personalmente rindo mi homenaje y obviamente en función de cuyo derecho a conocer la verdad trabajaremos”, apuntó.

Las masacres ocurrieron después de que el gobierno de Áñez ordenó la intervención de la Policía y las Fuerzas Armadas para intentar controlar las manifestaciones que protagonizaban los sectores sociales afines al gobierno de Evo Morales. Con ese fin emitió el Decreto Supremo 4078 el 14 de noviembre de 2019, que liberaba de posibles sanciones penales a militares y policías.

El 15 de noviembre, una columna de manifestantes, entre cocaleros e interculturales, fue interceptada en el puente Huayllani (Sacaba, Cochabamba) por fuerzas combinadas. El operativo terminó con nueve fallecidos, y un décimo fue reportado semanas después, luego de heridas graves.

Cuatro días después, el 19 de noviembre, otra columna de manifestantes fue reprimida en Senkata, en El Alto. Otra vez policías y militares actuaron contra la movilización que bloqueaba la salida de combustibles de la planta de Senkata. Hubo otra decena de fallecidos.

Según informe de la Defensoría del Pueblo, que citó reportes del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF), las muertes en ambos hechos fueron a causa de impactos de balas. Entonces, el ministro de Gobierno, Arturo Murillo, deslindó responsabilidades de las fuerzas conjuntas y dijo que los movilizados se mataron entre sí, mientras su colega de Defensa, Luis Fernando López, dijo que en el caso de Senkata el Ejército “no disparó ni un solo cartucho”.

Sobre ambos hechos luctuosos, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), organismo independiente de la Organización de Estados Americanos (OEA), estableció que fueron masacres.

Áñez, que llegó al poder el 12 de noviembre de 2019 luego de dos días de la renuncia de Evo Morales, ahora guarda detención preventiva en la cárcel de Miraflores, acusada de delitos de terrorismo, sedición y conspiración en el caso Golpe de Estado.

https://www.la-razon.com/nacional/2021/07/14/almagro-pide-minuto-de-silencio-para-victimas-de-las-masacres-de-sacaba-y-senkata-y-arce-le-llama-impostor/

 

Héctor Arce comparte el mensaje expresado hoy ante el Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos

Señor Presidente, Señores Embajadores y representantes de los Estados miembros de la Organización y países observadores acreditados ante la OEA
Reciban ustedes un cordial y afectuoso saludo del Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia Luis Alberto Arce Catacora, del Gobierno y del Pueblo Boliviano, quienes nos han honrado designándonos como embajador en la representación permanente de Bolivia ante la Organización de los Estados Americanos.
Quiero empezar estas palabras ratificando el compromiso de la Nación boliviana y su gobierno constitucional con la paz, la democracia y la institucionalidad en la región.
Bolivia como muchos países del sur de nuestro continente recuperó su democracia a inicios de la década de 1980, después de una serie de gobiernos dictatoriales que marcaron una época de terror y dolor en América del Sur. La Nación boliviana con grandes sacrificios logró defender y mantener esta democracia por casi 40 años, durante este tiempo hubieron grandes momentos de tensión y crisis, pero siempre la democracia y la institucionalidad prevalecieron.
Lamentablemente, esta misma democracia de la cual nos sentiamos orgullosos, los bolivianos, fue abruptamente interrumpida el 10 de noviembre del 2019, un día que quedará marcado para siempre en la historia de la infamia, el dolor y el luto de la Nación a la cual represento.
La interrupción del Orden Constitucional, de la Institucionalidad Republicana y del Estado de Derecho inauguró, un reinado del terror marcado por la persecución política, la supresión de los Derechos Constitucionales y la depredación de las arcas nacionales en todas las esferas de la Administración Pública. Dicho quiebre constitucional también trajó en Bolivia las peores expresiones de racismo, odio y discriminación que seguramente no se daban hace décadas en nuestra América.
37 personas fallecidas, 861 personas heridas, 1531 personas detenidas, miles de perseguidos, cientos de exiliados y 7 asilados diplomáticos sin salvoconducto acosados durante un año, en la embajada de los Estados Unidos Mexicanos, entre los que yo me encontraba personalmente, fue el terrible resultado de lo que vivió Bolivia en un año de terror, del cual solo pudimos salir gracias a la voluntad soberana del pueblo, que en las Elecciones Generales del 18 de octubre de 2020, respaldó al Presidente Luis Arce Catacora, con el 55 por ciento de los votos, superando al segundo candidato Carlos Mesa Gisbert, quien solo obtuvo el 28 por ciento de los votos.
Señor Presidente, Señores Embajadores
El gobierno constitucional de Bolivia el año 2019, con la conciencia limpia y la tranquilidad que solo dá el actuar correctamente y cumplir la ley, después de un complejo proceso electoral, confió plena e inmediatamente en la Organización de Estados Americanos y suscribió con la Secretaría General un convenio para la realización de una auditoria electoral. El resultado fue el más nefasto que un país en democracia pueda esperar, de una institución que se supone es tutelar y garante de la democracia en la región.
En un informe preliminar publicado la madrugada del 10 de noviembre de 2019, informe que no estaba previsto en el convenio y que jamás podía ser publicado antes de ser entregado al Estado, se estableció una serie de supuestas e inexistentes irregularidades lo que inclinó definitivamente la balanza hacia la violencia extrema y la desinstitucionalización de la Nación boliviana. Esta situación inesperada generó la renuncia del primer Presidente indígena del mundo: Evo Morales Ayma quien ante la inminencia de un enfrentamiento fratricida entre bolivianos no vaciló un solo instante en dejar su cargo en aras de la paz y la defensa de la vida.
Consecuentemente el informe preliminar de “auditoria” abrió las puertas para que el orden constitucional finalmente sea destruido en mi país con la asunción de una presidenta autonombrada que no estaba en la línea de sucesión constitucional, que violó los procedimientos y preceptos más básicos de la Constitución Boliviana, que jamás ni siquiera juró ante nadie, y se hizo del poder solamente en base al uso de la fuerza, como lo demuestra la tristemente celebre imagen de un oficial de las Fuerzas Armadas de la Nación de mi país, colocándole los símbolos patrios fuera del congreso y en una situación extrema donde, reitero, el Estado de Derecho y la Democracia prácticamente fueron suprimidos.
En Bolivia ese mismo 10 de Noviembre de 2019, después de conocerse el informe preliminar de auditoria de la organización, fueron los comandantes de las Fuerzas Armadas del Estado y de la Policía Boliviana, los que violando el principio general de no deliberación de las instituciones armadas en democracia, sugirieron la renuncia del Presidente Constitucional y fueron esas mismas Fuerzas Armadas las que días después cometieron las masacres de Sacaba y Senkata, segando vidas bolivianas inocentes. Estos hechos ostenciblemente generaron un retroceso de más de cuarenta años y constituyen un antecedente nefasto para todas las democracias de la región.
Señor Presidente, Señores Embajadores
Meses después, se conocerían más de media docena de informes independientes y académicos, principalmente de universidades norteamericanas, que ilustraron sobre las terribles falsedades e incoherencias de los informes preliminar y definitivo de la comisión de auditoria electoral de la organización, que fueron defendidos ante ustedes y en este mismo espacio, por el Secretario General, una vez derrocado el orden constitucional en Bolivia.
Esta situación guarda estricta coherencia con el hecho de que en Bolivia, el gobierno de facto que sojuzgó y sometió humillantemente a la justicia y a los órganos de investigación del Estado, no haya podido demostrar en todo un año, el más mínimo indicio de un supuesto fraude electoral, que solo existió en la mente de algunos políticos y personas interesadas en fines oscuros, mezquinos y sectarios y que fue usado como excusa para derrocar un gobierno legítimo y constitucional. Derrocamiento que, ahora sabemos por las últimas revelaciones públicas, contó además con amplia cooperación, de otros gobiernos conservadores, tal cual ocurriera también hace más de cuarenta años en las Américas.
Por todo ello, Señor Presidente, Distinguidos colegas Embajadores y representantes que hacen a nuestra organización, a tiempo de presentarme ante ustedes, saludarlos y ponernos a su disposición tengo a bien dejar presente el mensaje del gobierno y del pueblo boliviano de buscar en esta instancia el necesario esclarecimiento de los hechos, sin ningún afán de venganza ni la más mínima intención de causar daño a nadie, solamente por respeto y consideración a la vida humana que es en última instancia la razón suprema de la existencia de los Estados y por supuesto de esta organización.
La Organización de Estados Americanos, representa quizá la instancia más antigua de integración de los pueblos del mundo, el sistema interamericano fue concebido como una agrupación de Estados libres y soberanos para que en base al respeto a la ideología y a la libertad de pensamiento de cada uno de ellos, se ayuden mutuamente para lograr el bienestar de sus pueblos a través de la democracia, la igualdad económica y la solidaridad.
La organización de los Estados Americanos siempre debe ser concebida como una institución de los Estados, que trabaja con los Estados para beneficio de los pueblos de nuestra América a travez de una relación respetuosa y armonica con los gobiernos nacionales legalmente constituidos.
Ni la Secretaria General, ni nunguna otra instancia de la organización, debe ser concebida como una entidad autónoma que trabaja de acuerdo a desiciones unilaterales, preferencias e ideologías determinadas y mucho menos abrir las puertas a grupos que siguen buscando violencia y destrucción en nuestros pueblos.
Señor Presidente, Señores Embajadores
Permítanme cerrar estas palabras invocandoles su ayuda para que esos grandes valores de la humanidad, cuales son la verdad y la justicia, finalmente sean hallados en el caso boliviano, para así cerrar las heridas que aún tiene la Nación a la cual represento y para que nunca más ningún otro país de nuestra América tenga que sufrir la tragedia que vivió Bolivia. Invoco de ustedes y de las dignas Naciones a las que representan, la voluntad de reconstruir bajo principios sanos y nobles, el espíritu con el cual fue formada esta noble organización, por Memoria, Verdad y Justicia.
Muchas gracias.