DIARIO AHORA EL PUEBLO.- Los aviones K-8, muy temprano, el 10 de noviembre de 2019, sobrevolaron la zona y abrieron fuego mediante las metralletas 23 mm de las aeronaves, intimidando a las personas que estaban en tierra. Este hecho no tuvo la autorización del presidente Evo Morales, quien todavía era el capitán general de las Fuerzas Armadas.
Sin la presencia del Capitán General de las Fuerzas Armadas, el general Williams Kaliman, comandante de las Fuerzas Armadas, junto al general Gonzalo Terceros, comandante de la Fuerza Aérea Boliviana, determinó que el 10 de noviembre de 2019 aviones caza K-8, bajo dependencia del Grupo Aéreo de Caza 34, sobrevolaran y dispararan a los campesinos que estaban cerca de la localidad de Challapata, bloqueando el paso de una facción de los mineros cooperativistas de Potosí que iban a La Paz, cargados de dinamitas, para apoyar a los movilizados en contra del gobierno democrático.
El día sábado 9 de noviembre en la noche, después de varias reuniones con el presidente Evo Morales, los integrantes del Alto Mando Militar se reunieron para tomar un camino, en el que ya no contemplaban la figura del Presidente como mandatario nacional, y al mismo tiempo diseñaban las formas de represión que debían utilizar para acallar a los manifestantes que estaban a favor de Evo.
Según un efectivo militar, que pidió reserva de su nombre, una de las primeras medidas que tomaron en la reunión fue desbloquear la carretera Potosí-Oruro, por donde tenía que pasar una facción de mineros cooperativistas que intentaban pasar el cerco preparado por los campesinos a escasos kilómetros de la población de Challapata.
“Kaliman habló con el comandante de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB), general Gonzalo Terceros, y decidieron intimidar a los campesinos mediante sobrevuelos y disparos esporádicos en la zona”, explica la fuente consultada.
Para lograr este cometido, se contactan con el general Ernesto Pacheco, jefe del Departamento Tercero de la FAB, a quien instruyen que autorice los vuelos sobre los campesinos, por lo que Pacheco da la orden al coronel Óscar Caba Hurtado, comandante de la Segunda Brigada Aérea, acantonada en Cochabamba, donde se encuentran los aviones caza K-8 en el Grupo Aéreo 34 bajo la dirección del teniente coronel Chalis Oterburg Medrano.
Desde muy temprano, el 10 de noviembre, los pilotos designados a la misión hicieron las últimas revisiones de rutina y partieron desde la pista de aterrizaje de la Fuerza Aérea rumbo al sector donde se realizaba el bloqueo.
Los aviones K-8, muy temprano, sobrevolaron la zona y abrieron fuego mediante las metralletas 23 mm de las aeronaves, intimidando a las personas que estaban en tierra y luego se dirigieron hasta la primera Brigada Aérea de La Paz, donde se procedió al recargado de combustible para volver a la zona y continuar con la tarea que les encargaron desde el Comando General.
En la jornada del 10 de noviembre, el comandante de la FAB, Gonzalo Terceros, se comunicó en varias oportunidades con el coronel Pacheco, jefe del Departamento Tercero, para tener el reporte de la misión y si hubo heridos en la zona, ya que es difícil determinan donde llegan las balas que caían desde los cazas K-8.
Pese a que no había autorización para la salida del avión presidencial, el coronel Alberto Saavedra Nogales, comandante de la Primera Brigada Aérea, autorizó el aterrizaje, carguío y salida de los aviones de caza K-8, que recién fueron reportados por los medios de comunicación en la tarde luego de confundirse y creer que los aviones estaban en contra de los mineros cooperativistas.
Durante la jornada, los pilotos de los aviones caza K-8 hicieron cuatro sobrevuelos en la zona, disparando en dos oportunidades.
“Una hora antes de la renuncia del presidente Evo, los aviones caza K-8 estaban listos para salir por quinta vez, pero tras la renuncia de Evo suspendieron la misión y los pilotos se dirigieron a Cochabamba, donde guardan estos aviones”, explica el militar consultado.
“En la Fuerza Aérea nadie obra por voluntad, el general Gonzalo Terceros fue el que emitió la orden y los otros jefes y comandantes acataron y cumplieron el pedido de la autoridad militar”, sostiene.
En 2020, durante el gobierno de facto de Jeanine Añez, los dos comandantes de la Primera y Segunda Brigada fueron ascendidos a generales.
“Saavedra no podía ser general, pues estaba en el puesto 10 de su curso, pero fue premiado por Terceros, además de que el coronel Alberto Saavedra, que falleció por Covid-19, era consuegro del comandante de la Fuerza Aérea, en tanto que el coronel Caba era otro de los que estaba en contra de Evo y también recibió el generalato”, indica.
“El general Terceros suspendió los sobrevuelos de los caza K-8 una vez que el avión presidencial salió rumbo a Chimoré y se conoció la renuncia del Presidente, si eso no ocurría, seguro que esos aviones se quedaban en La Paz y al día siguiente iban a continuar sobrevolando”, concluyó.
Militares desoyeron al Presidente y al Ministro de Defensa
El exministro de Defensa Javier Zavaleta reveló ayer que horas antes de la renuncia del presidente constitucional del Estado, Evo Morales, el 10 de noviembre de 2019, varios oficiales de las Fuerzas Armadas (FFAA) se insubordinaron y desoyeron las instrucciones del mandatario.
Desde aviones militares se disparó a los bolivianos cuando la orden directa del Capital General de las Fuerza Armadas y de Zavaleta era estrictamente que no se usara armamento en contra de la población.
“Ya había una clara insubordinación en varios oficiales de las Fuerzas Armadas horas antes de la renuncia del presidente Evo Morales, no acataban ni órdenes del Presidente en ejercicio en ese momento ni órdenes del Ministro de Defensa, que era la labor que yo cumplía”, manifestó en una entrevista con Red Patria Nueva.
Zavaleta reveló que los militares comenzaron a actuar autónomamente sin las instrucciones del Ministro de Defensa y también después de su renuncia.
“También tendrán que aclarar las instrucciones de quién recibían en el momento en el que hay el vacío de poder, entonces va a ser importante que esto se esclarezca en el proceso”, dijo.
Explicó que a finales de septiembre y principios de octubre tras sofocar el incendio de la chiquitania en todo el país se produjeron convulsiones, fundamentalmente en La Paz, Santa Cruz y Cochabamba, donde las cosas eran más complejas y empeoraban cada día.
“Es allí donde el Presidente deja en claro que bajo ninguna circunstancia, en la peor de las situaciones que pudiera evolucionar estos conflictos y movilizaciones, íbamos a dar la orden para que las FFAA salgan para reprimir, y esto me lo dejó en claro el Presidente de ese entonces Evo Morales y yo lo que hice fue transmitir esta decisión, esta política no solamente al comandante Kaliman, sino también a los tres comandantes de fuerza”, relató Zavaleta, quien reunió a las guarniciones completas de todo el país para transmitirles la decisión.
Recordó que el domingo en la mañana se reunió con el presidente Morales cuando tomó la decisión de ir a Chimoré y allí se toparon con la primera insubordinación, cuando se enteraron de que los aviones caza sobrevolaban el departamento de La Paz y Oruro sin autorización peligrando la vida de los bolivianos.
“Por el nivel de violencia de las movilizaciones y por la Policía amotinada, el Presidente decide ir a Chimoré y la tripulación del avión FAB 001 ya no recibía órdenes de su Capitán General, que era el presidente Evo Morales ni del Ministro de Defensa. Se tuvieron ásperas conversaciones con los comandantes de las Fuerzas Aéreas y un mal cálculo hubiera provocado un enfrentamiento con armas en cualquier momento por la insubordinación al más alto nivel”, explicó Zavaleta.
A pesar de que se había dado una instrucción clara al comandante de las Fuerzas Armadas, Williams Kaliman; al comandante del Ejército, Jorge Pastor Mendieta Ferrufino; al comandante de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB), general Jorge Gonzalo Terceros Lara, y al comandante de la Armada, almirante Gonzalo Jarjuri Rada, quienes tenían la instrucción absolutamente clara de no salir bajo ninguna circunstancia a ningún acto de represión, se envió a militares a enfrentar al pueblo con lamentables consecuencias.
La conferencia de prensa, otra insubordinación
La Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas señala que los militares no pueden convocar a una conferencia sin autorización del Presidente en Ejercicio o del Ministro de Defensa, lo contrario es considerado una insubordinación.
“De forma deliberada se rompió la cadena de mando convocando a una conferencia y para un militar eso es gravísimo”, explicó el ex ministro de Defensa Javier Zavaleta.
Todo el contenido de la conferencia de prensa es una deliberación política, el mando militar con el Comandante de las Fuerzas Armadas y el Alto Mando deliberaron políticamente, lo que está absolutamente prohibido.
Zavaleta aseveró que habló con los militares días antes sobre las consecuencias de hacer eso por malas decisiones y recordó a los militares que lo hicieron en dictaduras y que fueron a la cárcel.
“Las Fuerzas Armadas no es una institución como cualquier otra. Deliberar es transgredir la Constitución, las propias leyes y las normas militares”, señaló.
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