Comandantes militares operaron desde la FAB el golpe de Estado contra Evo

EL PUEBLO.- Luego de 13 años, nueve meses y 18 días, el 10 de noviembre de 2019, Evo Morales renunció a la presidencia de Bolivia forzado por la crisis política y social a raíz de un golpe de Estado en el que participaron militares, sobre todo miembros de la Fuerza Aérea, que pusieron en riesgo la vida del mandatario cuando aún dirigía el país.

En un mensaje televisivo enviado desde el trópico de Cochabamba, la región que le dio su apoyo incondicional hasta el último momento de su mandato, Morales señaló que su renuncia era una decisión que había tomado para evitar que continúe la violencia en el país, luego de tres semanas de enfrentamientos entre sus seguidores y sus detractores.

Horas antes de su renuncia y traslado al trópico, para posteriormente viajar a México, donde estuvo asilado, Morales vivió una odisea, puesto que, a pesar de que seguía siendo el presidente de Bolivia y capitán general de las Fuerzas Armadas, la institución castrense le desobedeció, le dio la espalda, al igual que la Policía; situación que puso en riesgo su vida, como la de sus acompañantes, el entonces vicepresidente Álvaro García Linera y Gabriela Montaño, ministra de Salud.

PEDIDOS DE RENUNCIA

Aunque los miembros de la Policía y de las Fuerzas Armadas no pueden deliberar ni emiten opiniones políticas, el 10 de noviembre de 2019 los comandantes de ambas instituciones le pidieron a Evo Morales su renuncia, según ellos, para pacificar el país; sin embargo, poco después se conoció que ambas solicitudes fueron el resultado del pacto que se había logrado con el padre del entonces cívico cruceño Luis Fernando Camacho.

“Luego de analizar la situación conflictiva interna, recomiendo al presidente del Estado que renuncie a su mandato presidencial, permitiendo la pacificación y el mantenimiento de la estabilidad, por el bien de nuestra Bolivia”, dijo el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, general Williams Kaliman, acompañado de su Estado Mayor.

“Nos sumamos al pedido del pueblo boliviano de sugerir al señor presidente Evo Morales que presente su renuncia para pacificar al pueblo de Bolivia”, declaró por su parte el comandante general de la Policía, general Vladimir Yuri Calderón.

TERCEROS ENCABEZÓ EL GOLPE DE ESTADO

El domingo (10 de noviembre en la mañana), cuando Morales, Álvaro García Linera, Gabriela Montaño y otros dos colaboradores querían salir a Chimoré, los militares ya no le quisieron dar el avión presidencial.

El Presidente habló con el comandante del Grupo Aéreo Presidencial (coronel Guzmán), y él le dijo que no había instrucciones para que vuele, incluso la puerta del hangar presidencial estaba cerrada.

Morales le recordó que él dependía de su autoridad, no del comandante de la Fuerza Aérea (general Terceros).

Extraoficialmente se conoció que el exministro de la Presidencia Juan Ramón Quintana y el extitular de Defensa Javier Zavaleta estuvieron a punto de perder la calma porque los militares se negaban a autorizar el vuelo del avión presidencial hacia Chimoré.

Incluso se le había sacado el combustible a la aeronave para que no vuele, en caso de que haya autorización.

Luego de varias negociaciones, incluso con la intervención violenta de Quintana, se pudo sacar la aeronave del hangar y continuar negociando con los miembros de la Fuerza Aérea, que no contestaban los celulares para dar el permiso correspondiente para que la aeronave se dirija al trópico.

El presidente del Estado Evo Morales, el vicepresidente Álvaro García Linera, además de la ministra de Salud Gabriela Montaño esperaban que el comandante del Grupo Presidencial tenga la autorización, puesto que el coronel Saavedra, comandante de la Brigada aérea, no daba su brazo a torcer y no permitía que ninguna aeronave tome los cielos nacionales.

Durante las horas previas al viaje, no había comunicación con el jefe del Departamento Tercero, general de Brigada Enrique Pacheco, que en la mañana no autorizó el viaje, dejó de contestar el celular, lo mismo pasaba con el general Ciro Álvarez, jefe de Estado Mayor.

Luego de una conversación áspera y caldeada entre el presidente Evo Morales y el comandante de la Fuerza Aérea, general Gonzalo Terceros, este último dio la orden de salida del avión presidencial, en el que se trasladaron a Chimoré Evo Morales, Álvaro García Linera, Gabriela Montaño, una funcionaria de gabinete y dos escoltas presidenciales.

En tanto que en el aeropuerto se quedó el ministro de la Presidencia Juan Ramón Quintana, quien debía abordar otra aeronave con el mismo plan de vuelo de la nave presidencial, pero se encontró con la negativa de los oficiales, quienes adujeron que no había combustible.

LOS MILITARES YA NO LE DABAN PARTE

Morales agregó que al llegar a Chimoré se sorprendió porque la aeronave aterrizó en la terminal militar, no en la comercial o civil, debido a que el personal castrense había tomado el aeropuerto.

Los pilotos abrieron la puerta y el Presidente recién se dio cuenta dónde estaba, por ello pidió cerrarla.

Ante la consulta, los uniformados le indicaron que había instrucciones de aterrizar en la terminal militar.

En ese momento irrumpieron en la pista aérea al menos 15 vehículos que transportaban a una alcaldesa, alcaldes y dirigentes del trópico.

Esas personas sospechaban que se pretendía detener a Morales, por ello intervinieron.

Incluso a uno de sus guardias de seguridad se le ofreció $us 50.000 para que entregue a Morales.

“Entrégame a Evo, nosotros vamos a operar”, indica uno de los mensajes de texto que recibió el personal de seguridad en su teléfono celular.

Al bajar del avión, los militares ya no le daban parte, además otro hangar estaba lleno de uniformados bien armados.

Los dirigentes sindicales y los alcaldes del trópico salvaron a Morales y a sus acompañantes a pesar de que los militares se negaban a abrir las palancas de seguridad de la terminal aérea.

LA AERONAVE MEXICANA

Un avión mexicano ya había partido desde el país norteamericano y llegó hasta Perú. Todo estaba listo para ir a Bolivia, recoger a Evo Morales y trasladarlo hasta ese país; sin embargo, los militares bolivianos no permitían que aterrice.

Morales habló con el general Terceros para conocer los motivos por los que no dejaban que ese avión entre a Bolivia.

“A nuestros aeropuertos no pueden entrar aviones militares”, le dijo el uniformado.

Morales le recordó que aviones militares de Estados Unidos habían entrado anteriormente a Chimoré.

“¿Por qué no le recoge una avioneta civil privada para llevarlo a Lima? Todavía faltan algunos papeles de la Embajada de México en la Cancillería”, le respondió Terceros.

Luego de la renuncia de Morales, el domingo 10 de noviembre en la tarde se esperaba el ingreso del avión mexicano, pero, ante una negativa de los militares bolivianos, la aeronave tuvo que volver a Lima.

Morales, García y Montaño estaban cerca del aeropuerto y se preguntaban ¿qué pasaba?, ¿por qué no se le permitía aterrizar?

Ante esta situación, nuevamente se adentraron a la selva mientras se vivía una tensa calma afuera de la terminal aérea.

Se conoció que la decisión fue de Terceros, quien en una actitud prepotente ordenó que la aeronave regrese a Lima, donde hubo maltrato de militares peruanos al avión mexicano.

Incluso no quisieron venderle combustible y no les importó que ello podría causar un accidente.

Evo Morales Ayma, expresidente del Estado Plurinacional de Bolivia.

Después se conoció que la base militar norteamericana en Perú había tomado el mando.

SIN SER NADA, TUTO AUTORIZÓ EL VIAJE DE MORALES

Antes de la autoproclamación de Jeanine Añez como presidenta (12 de noviembre de 2019), el expresidente Jorge Tuto Quiroga, sin ningún cargo público en ese entonces, instruyó que el avión mexicano donde se encontraban Evo Morales, Álvaro García Linera y Gabriela Montaño despegue de Bolivia.

La exministra de Desarrollo Productivo Teresa Morales informó en la Fiscalía que, durante una reunión en la Universidad Católica, los asistentes asintieron con la cabeza y le dijeron a Quiroga: “Sí, dale, metele, dejaremos despegar y comenzaremos el diálogo con Adriana (Salvatierra)”, por entonces presidenta del Senado.

Tuto habló con el comandante de la Fuerza Aérea (Jorge Terceros) y le instruyó que emita la autorización de despegue de la nave donde se encontraba Evo Morales, el comandante consultó sobre si debe despegar sólo Evo Morales o también sus acompañantes, a lo que Tuto Quiroga le dijo: No hay problema, los tres están autorizados.

EL VIAJE A MÉXICO

Ya con el permiso, el avión mexicano aterrizó en Chimoré aproximadamente a las 19.00 del lunes 11 de noviembre y nuevamente hubo algunas dificultades.

Se había previsto regresar a Lima para recargar combustible y partir hacia México, pero el gobierno de Martín Vizcarra, “por valoraciones políticas”, suspendió ese permiso.

Una tensa calma se vivía en el aeropuerto de Chimoré porque en el interior había personal militar, y en las afueras miles de civiles esperaban que el exmandatario salga de Bolivia.

El presidente electo de Argentina Alberto Fernández había gestionado con el Gobierno de Paraguay que le permita aterrizar al avión mexicano y recién, cuando se concretó esa ayuda, es que Morales y sus acompañantes despegaron de suelo boliviano.

Entre las 22.30 a 23.00, Álvaro García Linera llamó otra vez al general Terceros y le manifestó que “todo lo que pase estaba bajo su responsabilidad”.

El militar pidió que le contacten con los pilotos y recién les dijo que tenían permiso de salida de Bolivia.

Morales y sus acompañantes despegaron después de las 23.00, pero ya no podían volver a Lima, ni sobrevolar Perú, menos Ecuador, por ello la aeronave se fue a Paraguay, donde recargó combustible.

El martes 12 de noviembre a las 11.00, Morales aterrizó en México y agradeció al entonces presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, quien le había otorgado asilo político por razones humanitarias.

“Estamos muy agradecidos porque el Presidente de México y el pueblo boliviano me salvaron la vida”, aseguró Morales en cuanto pisó suelo mexicano.

Comandantes operaron desde la FAB el golpe de Estado