Por Rubén Atahuichi / LA RAZON.- Poco después de las 13.00 del 10 de noviembre de 2019, Víctor Borda, presidente de la Cámara de Diputados, fue la primera autoridad de la “línea de sucesión” en renunciar. Lo había hecho incluso horas antes de la dimisión del presidente Evo Morales.
Como contó a La Razón en sendas entrevistas en las últimas horas, tomó la decisión por la única motivación de intentar salvar la vida de su hermano Marco, desde la mañana de ese día “secuestrado” por manifestantes, que había sido amenazado de ser quemado en caso de que el diputado del Movimiento Al Socialismo (MAS) no renuncie a sus funciones.
“Me dan un ultimátum —si no, lo iban a quemar— para que presente mi renuncia. En ese ínterin lo llamo al presidente Morales. Le digo llorando y acongojado: ‘Voy a tener que presentar mi renuncia’. El Presidente me dice: ‘¿Tú crees que renunciando vas a salvar la vida de tu hermano? ‘No sé, Presidente; pero mi conciencia va a estar tranquila de que he intentado algo para salvar la vida de una persona que nada tiene que ver con temas políticos”, relató el exlegislador el miércoles.
Eran cerca de las 15.30 de ese domingo. Había porfiado por evitar la renuncia, pero dijo que se sintió sin otra salida. Quiso hablar con radio Kollasuyo de Potosí para comunicar que cedió a la conminatoria, pero el dueño le dijo que no y que si le daba cobertura, los movilizados iban a quemar la emisora. Finalmente lo hizo por una red nacional.
Antes, a las 13.42, Borda ya había anunciado su dimisión. “Presento mi renuncia irrevocable al cargo de presidente de la Cámara de Diputados”, dijo en un contacto telefónico con la red Unitel.
Nunca pudo reunirse con Morales y la presidenta de la Cámara de Senadores, Adriana Salvatierra, quien —a pedido del mandatario— lo llamó en la mañana para avisarle de una reunión a las 12.00 en el hangar presidencial.
“Entiendo que estaba junto con el presidente Evo, porque le quita el celular el presidente Evo y me dice: ‘Víctor, te habla Evo; ¿qué ha pasado?’. Le digo que están quemando mi casa, y me dice que ‘en este momento voy a hablar con el comandante de la Policía (que era el coronel Williams Villa) para que baje refuerzo policial’. No había nadie”, contó.
“Luego me llama de unos cinco minutos y me dice: ‘No me hacen caso’”, citó a Morales, que para entonces experimentaba la insubordinación de las Fuerzas Armadas y de la Policía Boliviana.
Borda se había adelantado a los hechos en medio de la euforia de las protestas. Esa mañana, el líder cívico cruceño Luis Fernando Camacho conminó a Morales a renunciar, como a la “sucesión constitucional”, y llamó a conformar una “junta de gobierno transitorio conformada por notables”.
A las 15.48, el comandante general de las Fuerzas Armadas, Williams Kaliman, leyó un comunicado del Alto Mando militar: “Sugerimos al Presidente del Estado que renuncie a su mandato”. Fue la estocada determinante.
Una hora despúes, a las 16.50, Morales y el vicepresidente Álvaro García renunciaron en Chimoré. Luego, despúes de una conversación con aquéllos poco después de las 18.00, siguió el camino la presidenta de la Cámara de Senadores, Adriana Salvatierra.
“Mi participación en la sucesión no era la solución (a la crisis de entonces) y definimos que presente mi renuncia verbal”, contó la semana pasada la ahora exlegisladora en la transmisión digital Piedra, papel y tinta de La Razón.
Sin embargo, dijo que esa tarde sopesaron la falta de respaldo a una eventual sucesión de parte de los militares y la objeción política. Carlos Mesa, casi a la misma hora, proclamaba en la plaza Murillo que nadie del MAS debía continuar el proceso de sucesión.
APREHENSIÓN. Además, Salvatierra recordó que la noche de ese domingo manifestantes contra el gobierno del MAS se habían apostado en su casa de Santa Cruz y policías la esperaban en Viru Viru con una orden de aprehensión.
Fue una “meticulosa planificación”, dijo Borda respecto del ataque sufrió la “línea de sucesión” y de la actuación de Camacho. “Gente que no representaba a nada definió los destinos del país”, denunció en relación a la reunión en la Universidad Católica, en La Paz, que, sin representación del MAS, sugirió a la entonces segunda vicepresidenta de la Cámara de Senadores, Jeanine Áñez, asumir la sucesión presidencial.
En una entrevista con el streaming La Razón Radio, la otrora presidenta de la Cámara de Senadores y ahora alcaldesa de El Alto, Eva Copa, dijo también que las renuncias de Borda y Salvatierra, además del primer vicepresidente de la Cámara de Senadores, Rubén Medinacelli (a quien amenazaron con dinamitar su vivienda en Oruro), y otros legisladores eran consecuencia de ataques a la línea de sucesión.
En su informe sobre la sucesión de Áñez, la Iglesia Católica concluyó que “no hubo golpe de Estado” y que “el vacío de poder vulneró la paz, la vida y los derechos de todos los bolivianos”.
Borda dijo que no hubo vacío de poder y que, al contrario, las renuncias fueron forzadas por “acciones externas” y, por tanto, su dimisión “está viciada de nulidad”.
Bajo orden policial de aprehensión y detención, y bajo el asedio de los ‘pititas’
Adriana Salvatierra, expresidenta de la Cámara de Senadores: Buscaban mi aprehensión
“A las 19.30 (del domingo 10 de noviembre) me llama una sobrina y me dice: ‘Adriana, en Unitel están (informando) que están ejecutando una orden de aprehensión en tu contra’. Yo: ‘¡Cómo va a haber una orden de aprehensión si yo no tengo ninguna denuncia’. No tengo hasta el día de hoy un solo proceso penal. Me dice ‘no, están mostrando policías esperándote en el aeropuerto’.
Ellos buscaban aprehenderme para inviabilizar cualquier sucesión constitucional posible incluso después de mi renuncia. En ese momento decidí —estaban allí varios ministros— ir a la Embajada de México y me resguardé allí la noche del 10.
Carlos Mesa dice que Evo Morales coordinó la renuncia de todos de la línea constitucional. Eso es falso. Víctor Borda renuncia a las 13.00; queman su casa y secuestran y torturan a su hermano. Eso muestra que había intención de ruptura de la línea de sucesión”.
Víctor Borda, expresidente de la Cámara de Diputados: Me acusaban de terrorismo
“Mi casa (en La Paz) estaba intervenida por policías, estaba siendo buscado por Inteligencia policial y los ‘pititas’. Yo recibía permanentemente información.
Intenté bajar (de El Alto) el 14 de noviembre. Algunos funcionarios me decían ‘que La Paz estaba ocupada con tanques, pititas de casco blanco deciden quiénes van a ingresar al Palacio y quiénes no. Era imposible que yo me meta a la boca del lobo.
Querían detenerme por sedición y terrorismo (recuerda que la orden era del coronel Iván Rojas). No se pudo comprobar eso, mi vida estaba bien cuestionada y en riesgo.
Escucho una conferencia de prensa de Camacho, que dice que hay que comenzar a detener a todos los masistas. Teníamos policías que cumplian seguridad física en mi casa de la calle Illimani; me llaman diciendo que hay un grupo de civiles policías: ‘Tiene que tener cuidado, lo quieren detener’”.
Susana Rivero, primera vicepresidenta de la Cámara de Diputados: Me dicen ‘te buscan para matarte’
“El domingo (10) estaba en la casa de mi amiga y me entero que Evo estaba viajando a Cochabamba y que los militares ya nos buscaban. Me dicen ‘sale de ahí y ándate a la Embajada de México’.
Llegó allí, empezaba a llegar gente y todo era un desconcierto. Nadie sabía nada, simplemente recibimos la alerta: ‘Salí que te están buscando para matarte’.
En la residencia vimos la noticia de la renuncia de Evo. Llamo a la media hora a Beni, me pongo en contacto con alguien de mi equipo, me dice que ‘hay preparativos de policías y militares con Jeanine para ponerla de presidenta’. No tiene nada que ver con la línea de sucesión. Dice en Unitel que ‘sí, me toca a mí’. O sea, ya estaba todo hablado: primero, bloquearnos a las voceras, a Víctor Borda a través del ataque a su familia y a su hermano; no sé qué pasó con Adriana, nunca vi su renuncia escrita. Pero Jeanine ya se alistaba para ir a La Paz”.
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