Desenmascarado y acorralado, Mesa dice que apoyará juicios contra Añez

AHORA EL PUEBLO.- El expresidente Carlos Mesa dice que si se abre un juicio de responsabilidades contra la expresidenta Jeanine Añez y su Gobierno “por violaciones a Derechos Humanos (DDHH) o por corrupción, y que esté fundamentado y adecuadamente documentado, nosotros (junto con Comunidad Ciudadana) lo vamos a viabilizar porque no tiene nada que ver con la falsa teoría del golpe de Estado”.

Esta afirmación la hizo en entrevista con Los Tiempos y volvió a dejar en claro que no apoyará en la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) ningún juicio de responsabilidades en contra de Añez por la presunta comisión de delito de golpe de Estado.

En el marco de las investigaciones por el caso Golpe de Estado, la exmandataria, quien está recluida preventivamente en la cárcel de Miraflores, es investigada por la presunta comisión de los delitos de sedición, conspiración y terrorismo. A fines de mayo, el Ministerio Público determinó ampliar las pesquisas por resoluciones contrarias a la Constitución y las leyes e incumplimiento de deberes.

ALGUNOS CASOS DE CORRUPCIÓN

Respecto a los casos de corrupción, la Fiscalía paceña investiga un presunto sobreprecio de $us 6 millones en la adquisición, vía intermediarios, de 324 respiradores chinos en 2020.

Durante la administración de Añez fueron comprados cada uno de los equipos en al menos $us 30.000, cuando su precio real era $us 8.000.

En otro hecho similar, el Ministerio Público también investiga la adquisición irregular de 170 ventiladores españoles, causando un daño al Estado de más de $us 3 millones.

Cada ventilador fue adquirido a $us 27.683 la unidad; sin embargo, la empresa GPA Innova informó que cada equipo costaba $us 6.561, en su versión básica, y entre $us 9.000 y $us 10.000, en su versión avanzada.

Uno de los casos más graves del gobierno de facto es la compra de gases lacrimógenos con un sobreprecio de $us 2,3 millones.

A finales de 2019 se canalizó la compra de gases lacrimógenos de la empresa brasileña Cóndor, mediante la intermediación de Bravo Tactical Solutions.

Esta empresa, de propiedad del amigo de infancia del entonces ministro de Gobierno, Arturo Murillo, pagó $us 3,3 millones a Cóndor, y dos días después vendió el mismo material al Estado boliviano en $us 5,6 millones.

Las exautoridades durante la entrega de los respiradores españoles adquiridos con sobreprecio. (Foto: Archivo)

Entre otros hechos de corrupción que se cometieron durante los 11 meses del gobierno de facto, se contabiliza coacción, injerencia y tráfico de influencias en el Viceministerio de Políticas Comunicacionales, la designación de Jacqueline Murillo (hermana de Arturo Murillo) como cónsul en Miami, el pago irregular de finiquitos (Bs 867.000) a 13 exejecutivos de la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel) que no cumplieron 90 días de trabajo, cobros irregulares en el Ministerio de Culturas, cobros de coimas a medios de comunicación, irregularidades en Boliviana de Aviación (BoA), entre otros.

VIOLACIÓN A DERECHOS HUMANOS

Luego de que Jeanine Añez se autoproclamó presidenta, ocurrieron las masacres de Senkata (El Alto), Sacaba, Huayllani (Cochabamba), Pedregal (La Paz), Montero (Santa Cruz), Potosí, entre otras, donde fueron victimadas al menos 37 personas y más de cien resultaron heridas.

Añez había autorizado a las Fuerzas Armadas, mediante un decreto supremo, el uso de armas de fuego para contener a las personas que se movilizaban en rechazo al golpe de Estado.

Más de 1.300 bolivianos que vivían en Chile, y que pretendían volver a Bolivia luego de ser retirados de sus fuentes laborales en el país vecino a consecuencia del coronavirus fueron impedidos de hacerlo confinándolos en un campamento instalado en la frontera.

A inicios de agosto de 2020, ante la incapacidad de gestionar contenidos educativos alternativos para niños y adolescentes que sufrían por la pandemia, el gobierno de Añez dispuso la clausura del año escolar.

Casi 3 millones de niños, niñas y adolescentes se quedaron sin educación en dicha gestión.

Nueve momentos: Carlos Mesa fue el factor clave de la sucesión de Jeanine Áñez

En su declaración ante la comisión de fiscales, el 8 de junio reciente, la exmandataria transitoria recordó que Mesa objetó la sucesión de la senadora Adriana Salvatierra.

Carlos Mesa, en una concentración en la avenida Costanera de La Paz, en la que gritó: “¡O voy preso, o voy a la presidencia!”

 / 14 de junio de 2021 / 03:17

Jeanine Áñez acaba de vincular a Carlos Mesa con su sucesión y develar que éste impidió que Adriana Salvatierra u otros senadores del MAS asuman el poder en noviembre de 2019. Entonces, el expresidente se convirtió en el factor clave de la transición.

En su declaración ante la comisión de fiscales, el 8 de junio reciente, la exmandataria transitoria recordó que Mesa, entonces candidato perdedor de las luego anuladas elecciones del 20 octubre, objetó la sucesión de la senadora del Movimiento Al Socialismo (MAS) y de otros correligionarios suyos, aunque había dicho que esa “sucesión debería ser constitucional y que no aceptaría ninguna sucesión constitucional”.

“Luego, el señor Carlos Mesa realiza una declaración en una radio mencionando que no aceptaría la sucesión de Adriana Salvatierra”, contó Áñez, detenida en la cárcel de Miraflores y ahora acusada también de resoluciones contrarias a la Constitución y las leyes, además de presuntos delitos de sedición, terrorismo y conspiración, a instancias de la exdiputada del MAS Lidia Patty.

Nada más al saberse de la renuncia de Evo Morales, el 10 de noviembre de 2019, el candidato de Comunidad Ciudadana (CC) dijo que la sucesión presidencial debía estar a cargo de “alguien que no sea del MAS”, como también recordó Áñez en su declaración ante los fiscales.

Mesa rozó entonces la segunda vuelta y en esa condición se convirtió en uno de los principales líderes de oposición y, así, en uno de los actores clave del quiebre institucional de entonces en al menos nueve momentos.

Primer momento, el TREP. Al paralizarse la Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP), la noche del 20 de octubre, el expresidente protestó por la falla del sistema, una transmisión de actas de votación paralela al cómputo oficial, aunque no vinculante.

Al día siguiente, en conferencia de prensa llamó a movilizaciones y vigilias en el país, “para estar en todos los tribunales electorales con la fuerza de la gente”. Consideró que la paralización del TREP pretende “bloquear la segunda vuelta”.

Fue el primer momento del protagonismo de Mesa en la crisis poselectoral. Denunció en la noche en la ciudad de Santa Cruz un “fraude escandaloso”.

En coincidencia con esas declaraciones, también esa noche, el entonces presidente del Comité Cívico pro Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, anunció movilizaciones. “Mañana, a las 12.00 del día, empezamos a parar este país”, arengó en un primer cabildo en la Feria Exposición de Santa Cruz (Expocruz).

Fue el inicio de la revuelta, que tres semanas después terminaría con la renuncia de Morales.

El expresidente Evo Morales llamó a Carlos Mesa «el principal golpista» de 2019.

Segundo momento, la advertencia de Mesa. Una semana después, cuando las protestas se habían extendido en el país, una multitudinaria protesta tomó la avenida Costanera de La Paz. Allí, Mesa denunció que Morales y el vicepresidente Álvaro García lo acusaban de generar violencia.

Se declaraba otra vez víctima de las presuntas irregularidades en las elecciones. “Debo decirles que aquí estoy: ¡O voy preso, o voy a la presidencia!”, gritó con euforia ante la multitud.

Tercer momento, apoyo a Camacho. El 6 de noviembre, Mesa buscó a Camacho en el aeropuerto de El Alto. Para entonces, el líder cívico había logrado paralizar el país y porfiaba por tercera vez en llegar a La Paz, esta vez a dejar la carta de renuncia de Morales que él mismo redactó.

Sin conseguir su propósito, el candidato presidencial esperó al líder cívico hasta las 19.30 de ese día. “La Policía me bloqueó e impidió que me acercara a LF Camacho en el momento de su llegada al aeropuerto. Denuncio esta vulneración a mis derechos ciudadanos” (sic), justificó en su cuenta de Twitter.

Camacho prefirió propiciar las movilizaciones “sin políticos”. Pero a las 21.11, en la plaza Uyuni de La Paz, Mesa apareció junto a su acompañante de fórmula, Gustavo Pedraza, y el expresidente Jorge Quiroga para decir que no estaba en el aeropuerto, esto ante el supuesto acoso de los masistas en El Alto.

Cuarto momento, anulación de elecciones. De reclamar su derecho a una posible segunda vuelta, Mesa pasó a plantear la anulación de las elecciones. En una entrevista con el diario español El País, publicada el 23 de octubre, decía: “La segunda vuelta debe realizarse porque legítimamente votó el pueblo boliviano!”.

Sin embargo, días después, el 3 de noviembre, CC y Mesa cambiaron de posición: “La mejor solución a esta crisis, en las actuales circunstancias, es una nueva elección, administrada por un nuevo órgano electoral imparcial y con la observación rigurosa de la comunidad internacional”.

Se esperaba que la declaración abunde sobre las declaraciones de Camacho, un día antes en un cabildo multitudinario en el Cristo Redentor de Santa Cruz, cuando había invocado la participación de las Fuerzas Armadas en las movilizaciones, “para estar al lado de su pueblo”.

Quinto momento, pedido de renuncia. El domingo 10 de noviembre, Mesa pidió la renuncia de Morales y García, de quienes dijo que “no están en condiciones” de presidir nuevas elecciones. “Creemos que ésta es una decisión que debe tomar el presidente Morales; si le queda un ápice de patriotismo, debería dar un paso al costado”, dijo.

Morales, muy temprano ese día, había anunciado nuevas elecciones, “incorporando a nuevos actores políticos”, y la elección de un nuevo Tribunal Supremo Electoral (TSE), con el fin de bajar las tensiones y pacificar el país.

Esa madrugada había intentado comunicarse con el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quien se había anticipado a difundir el informe preliminar sobre los comicios del 20 de octubre, en el que la misión de observadores había hallado “graves irregularidades”.

Acto seguido, Almagro sugirió la continuidad del mandato de Morales.

Sexto momento, reuniones extralegislativas en la UCB. Mesa jugó un papel central en las negociaciones propiciadas por la Iglesia Católica y la Unión Europa (UE) inmediatamente después de la renuncia de Morales.

Allí hizo saber que no apoyará una eventual sucesión de Salvatierra, que había renunciado a la presidencia de la Cámara de Senadores de forma verbal. Áñez contó detalles de esa cita en la Universidad Católica Boliviana (UCB).

Ni Salvatierra ni otro senador del MAS estaban consignados entre las posibilidades. “Se dice que en la reunión se propuso que debía elegirse como presidente interino a un senador con experiencia, a lo que Carlos Mesa indica que la sucesión debería ser constitucional y que no aceptaría ninguna sucesión inconstitucional”, contó la exmandataria.

Además, recordó que supo de una reunión previa en la casa de José Antonio Quiroga, en la editorial Plural, a la que presuntamente asistieron Salvatierra, el entonces ministro de Comunicación, Manuel Canelas, y Ricardo Paz, asesor de Mesa.

Ahí preguntaron a Mesa sobre esa posibilidad. “Quiroga llama al señor Carlos Mesa por teléfono para consultarle y éste le responde que la ciudadanía no aceptaría esa sucesión, (que) las protestas continuarían”, prosiguió Áñez.

Séptimo momento, la opción Áñez. Alejada la posibilidad de que alguien del MAS sea quien suceda a Morales, Mesa y CC impulsaron la proclamación de Áñez, entonces segunda vicepresidenta de la Cámara de Senadores, con el apoyo de los asistentes a la cita en la UCB, salvo las representantes del MAS.

El propio Ricardo Paz, asesor de Mesa, se encargó de llamar la tarde del 10 de noviembre a Áñez, que se encontraba en Trinidad (Beni), para proponerle la decisión. “Entre las 18.00 y 19.00 (era de noche) yo recibo una llamada de Ricardo Paz, que me pone en altavoz, me explica que ellos estaban en una reunión buscando una reunión”, dijo la exmandataria transitoria en su declaración ante el Ministerio Público.

Estaba decidida la situación. En una entrevista con Piedra, papel y tinta de La Razón, la exdirectora de la Unidad de Investigaciones (UIF) Teresa Morales contó que el 11 de noviembre, en la reunión de la UCB, Mesa preguntó a Salvatierra sobre qué le parecía Áñez presidenta. “’Yo no entiendo por qué me preguntan si ya la señora Áñez se está moviendo en la cápsula presidencial; seguramente ustedes habrán decidido cosas’”, citó Morales a la senadora.

Es más, al día siguiente, de nuevo en la UCB, Mesa preguntó a la legisladora del MAS si había presentado su renuncia. Morales contó que Salvatierra respondió que “solo en redes sociales”.

La reunión previa a la autoproclamación de Áñez, el 12 de noviembre de 2019.

Octavo momento, garantías a la Asamblea. Al principio, Mesa propugnó una “sucesión constitucional” y también exigió garantías para el desarrollo de las sesiones con ese fin en la Asamblea Legislativa.

Ese 11 de noviembre, el expresidente instó a la Policía y a las Fuerzas Armadas a garantizar la seguridad de los legisladores del MAS para las sesiones de sucesión constitucional. Es más, pidió a la población no hostigar a los oficialistas.

Consideró que será importante que el MAS haga quórum en la Asamblea Legislativa. Ésta es “la única posibilidad de construir una sucesión democrática y una acción que esté bajo la norma constitucional para que el mundo no nos acuse de haber llevado un gran golpe de Estado”, justificó.

Noveno momento, la tesis del golpe. El 24 de enero de 2020, Áñez se proclamó candidata a la presidencia para las elecciones, inicialmente, del 3 de mayo. La decisión generó protestas y cuestionamientos de algunos políticos, en razón de que la mandataria había llegado al poder solo para llamar a nuevas elecciones.

Uno de ellos fue Mesa, que tres días después hizo un texto llamativo en su blog para cuestionar la candidatura de Áñez, que había formado la alianza Juntos con Samuel Doria Medina y Luis Revilla, entre otros.

“La tesis del golpe de Estado se basa en la idea de que quien lo dio usa la sucesión constitucional como una excusa para hacer realidad su verdadera intención: apropiarse del gobierno en el largo plazo como quien se apropia de un botín”, escribió el candidato de CC en un texto llamado Una decisión equivocada.

A cuatro días de la develación de Áñez sobre el papel de Mesa en la sucesión constitucional, por cuya acción el MAS y el Gobierno han comenzado un proceso político y judicial, el expresidente no se manifestó. El sábado, La Razón intentó infructuosamente con sus allegados una posición sobre el caso.

Mesa ya tuvo la experiencia de librarse del camino de la sucesión con otros políticos en 2005, cuando pidió a los entonces presidentes de las cámaras de Senadores, Hormando Vaca Díez (fallecido), y de Diputados, Mario Cossío, a resignar esa posibilidad para dar paso a la asunción del entonces presidente de la otrora Corte Suprema de Justicia, Eduardo Rodríguez Veltzé.

“Éste es un tiempo de renunciamientos, éste es un tiempo en el que el país no puede seguir apostando a la locura”, dijo el 7 de junio de aquel año.

La diferencia de entonces con el cambio de gobierno de 2019 fue que el viejo Congreso Nacional aceptó la renuncia de Mesa y, a la vez, posesionó a Rodríguez Veltzé.

Reunión en la UCB en 2019: Scarpellini, Mesa y Quiroga eran el poder antes que Áñez

En dependencias de esa universidad se definió en noviembre de 2019, de forma extralegislativa, la sucesión de Jeanine Áñez. La banda presidencial fue retirada un día antes del BCB. Teresa Morales contó detalles de las reuniones.

Militares ponen la banda presidencial a Jeanine Áñez, el 12 de noviembre de 2019. Foto: Twitter de Óscar Ortiz

 / 2 de junio de 2021 / 09:51

El obispo Eugenio Scarpellini paró más de una vez a Adriana Salvatierra diciendo que él era quien presidía la reunión, cuando en la Universidad Católica (UCB) el clero, políticos de oposición y algunos asesores definieron la proclamación de Jeanine Áñez.

Así contó a La Razón Teresa Morales, entonces directora de la Unidad de Investigaciones Financieras (UIF), quien acompañó a la entonces dimisionaria presidenta de la Cámara de Senadores a la cita en la UCB, donde un día antes de la llegada al poder de Áñez ya se sabía quién iba a reemplazar al renunciante Evo Morales. Las Fuerzas Armadas ya habían retirado la banda presidencial y los símbolos de las bóvedas del Banco Central de Bolivia (BCB).

Habló fuerte Scarpellini (ahora fallecido); un par de veces le dijo a Adriana que quien presidía la reunión era él, no Adriana, relató ayer la exfuncionaria en una conversación posterior a la entrevista con Claudia Benavente, directora de La Razón, en la transmisión digital Piedra, papel y tinta.

La tarde del lunes 11 de noviembre de 2019, un día después de la renuncia de Morales obligada por una crisis política a raíz de las fallidas elecciones, un motín policial y la “sugerencia” de dimisión de las Fuerzas Armadas, Morales y Salvatierra llegaron a la UCB para asistir a la búsqueda de una solución al conflicto.

Foto: RTP

Habían ido solas, luego de sopesar en la residencia de la Embajada de México en La Paz, donde se acogía una treintena de exautoridades y militantes del Movimiento Al Socialismo (MAS), la necesidad de esa cita. “Adriana intentó ir con otras parlamentarias y nadie se animaba. Intentamos que los exministros la acompañaran, también nadie se animaba”, contó Morales.

“La verdad, no podía dejar sola a Adriana. Dije: ‘por último, yo voy pues; yo la acompaño’”.

Morales había asistido a esa reunión, y del día siguiente, sin voz ni voto, “solo como guardaespaldas” de Salvatierra.

“Una llamada recibió Adriana (…). Ella nos pidió sentarnos y ver qué hacíamos; los que estábamos ahí decidíamos que valía la pena asistir y no podíamos eludir la importancia de la situación; había violencia en todo lado. Además, era convocada oficialmente por la Iglesia Católica y la Unión Europea”, dijo la exfuncionaria.

Otras reuniones

Aunque dijo que previamente hubo otras reuniones sin ellas ni algún representante del MAS (los delataron las tazas vacías de café y restos de galletas en la misma mesa), Morales contó que a la reunión asistieron “Carlos Mesa, con su asesor Ricardo Paz y Carlos Alarcón; Jerjes Justiniano, que representaba a Camacho; Samuel Doria Medina con Roberto Moscoso; Jorge Quiroga con Luis Vásquez; el monseñor Eugenio Scarpellini, la Unión Europea (con León de la Torre) y yo no sé por qué estaba este señor de la fundación Jubileo, Juan Carlos Núñez”.

Presidente del país entre 2003 y 2005, cuando renunció, Mesa había disputado la presidencia del Estado frente a Morales, del MAS, en las elecciones del 20 de octubre. Esa noche, su alianza Comunidad Ciudadana (CC) rozó la segunda vuelta, pero el parón de la Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) despertó susceptibilidades en su candidato, quien denunció irregularidades, a la par de la misión de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA).

Había llegado a cita de la UCB con esos antecedentes, aunque sin ninguna representación institucional. Sin embargo, fue con Alarcón, su abogado, y Vásquez, el asesor de Quiroga, fue quien se encargó de tramitar las consultas ante el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) una salida a la crisis sin consignar a una representación alterna a Morales en el MAS.

Otro hombre clave en la reunión extralegislativa fue Quiroga, presidente entre 2001 y 2003. Fue quien decidió la suerte de Evo Morales, que para entonces buscaba asilo político en el exterior pero estaba impedido de salir.

También resultó influyente Justiniano, posteriormente ministro de la Presidencia de Áñez. Asistía al encuentro en representación del entonces presidente del Comité pro Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, quien lideró semanas antes la revuelta popular.

Y Doria Medina, de la alianza de minoría legislativa, Unidad Demócrata (UD), de la que era senadora Áñez.

Teresa Morales contó que la cita del 11 de noviembre era necesaria para el MAS debido al objetivo de hacer que el presidente dimisionario llegue sano y salvo a su destino, México.

Entonces, Salvatierra condicionó la presencia de ellas con la seguridad del exmandatario. “Tuto Quiroga dijo: ‘No hay problema, lo hacemos ahora mismo. Miró a todos, asintieron con la cabeza; principalmente, en el lenguaje no verbal, miraban a Jerjes Justiniano, y él inclinaba la cabeza; luego todos”, recordó Morales.

“Hicieron el ademán de aceptar; él agarró el celular y habló con el comandante de la FAB. Tuto Quiroga no era ni diputado ni senador, ni alcalde ni concejal, nada. Pero él agarra (el celular) y le da instrucciones al comandante de la FAB y le dice: Comandante, estamos aquí en una reunión y queremos pedirle que autorice el vuelo. Y el comandante le pregunta si va a viajar solo Evo Morales o está con Álvaro García y Gabriela Montaño. (Y Quiroga responde) que viaje con los que tenga que viajar; el vuelo está autorizado. Y colgó, y dijo: Bueno, Adriana, está autorizado el despegue y comencemos la reunión”, rememoró Morales.

Entonces, Salvatierra dijo que la reunión debe continuar una vez que se sepa del aterrizaje del expresidente Morales. Pero Quiroga pidió que se adelantaran los acuerdos para tenerlos listos cuando Morales llegue a México.

La respuesta fue negativa y la reunión se postergó para el día siguiente, ante la desazón de los interlocutores de Morales y Salvatierra.

Morales contó que el ambiente de la cita era tenso. Así también lo habían sentido cuando llegaron a la UCB en el vehículo de De la Torre. Salvatierra se había fumado un cigarro y abierto el vidrio, a pesar del riesgo que implicaba eso ante la euforia de movilizados que buscaban a masistas.

Al día siguiente, martes 12 de noviembre, volvieron a juntarse los asistentes a la reunión, siempre a convocatoria de la Iglesia Católica y la Unión Europea.

Morales contó que hubo otras reuniones previas sin ninguna presencia del MAS (dos reuniones en las que estuvieron otros más, entre ellos los embajadores de Brasil y Reino Unido). Fue a esas reuniones que alguna vez se refirió Waldo Albarracín, cuando dijo que había un acuerdo para resolver la sucesión presidencial “lo más cercana posible a la Constitución”.

La opción Áñez

“Hubo reuniones previas en las que estuvo más gente; a Waldo Albarracín nunca lo vimos; estuvo más bien (Rodolfo) Villena, representando a Waldo, por el Conade (Comité Nacional de Defensa de la Democracia)”, dijo Morales en Piedra, papel y tinta.

Ya en el encuentro con las dos militantes del MAS la disyuntiva fue una salida constitucional.

“Ninguno de ellos había sido parlamentario” y, por tanto, no sabían de procedimientos. “Hubo desinterés de ellos, no tenían ni un reglamento de la Cámara en la mesa; solo preguntaban a Adriana. No era una reunión-trabajo para buscar una salida auténticamente sobre la base que estaba escrito”, dijo Morales.

Habían llamado a Óscar Ortiz, senador de UD, y Susana Rivero, vicepresidenta de la Cámara de Senadores, para intentar sin éxito una lectura procedimental.

“Ninguna salida llevaba a lo que ellos querían, instalar un gobierno. Con toda claridad, Carlos Mesa le preguntó a Adriana ‘¿qué les parece que Jeanine Áñez fuera presidenta? Estaban sentados frente a frente, y Adriana les dijo: ‘Yo no entiendo por qué me preguntan si ya la señora Áñez se está moviendo en la cápsula presidencial; seguramente ustedes habrán decidido cosas’”, contó.

Es por eso que Salvatierra, Rivero y Morales decidieron dejar la reunión, para consultas con su bancada hasta el miércoles 13.

“Nos paramos las tres, estábamos al frente de Doria Medina, y al pararnos, Doria Medina dice: ‘Apúrense en hacer las consultas porque si no lo hacen hasta tal hora, vamos a operar nuestro plan B’. Los miró a todos, todos asintieron”, recordó Morales.

Esa tarde-noche, 12 de noviembre, en sendos actos en la Cámara de Senadores y luego en el hemiciclo de la Asamblea Legislativa, Áñez se hizo titular del órgano camaral y se proclamó sucesora de Morales. Fueron actos de 11 minutos y 20 segundos, sin resolución, sin quórum y sin la bancada del MAS.

“Implementaron su plan B porque se dieron cuenta de que nunca íbamos a avalar este procedimiento golpista”, afirmó Morales.

https://www.la-razon.com/nacional/2021/06/02/reunion-en-la-ucb-scarpellini-mesa-y-quiroga-eran-el-poder-antes-que-anez/

Mesa: Apoyaremos un juicio a Añez si es por corrupción o violación a DDHH