SALTA 12 / ARGENTINA.- La dinámica frontera entre Argentina y Bolivia por el paso de Aguas Blancas y Bermejo fue noticia ayer por la viralización en las redes sociales de imágenes de un puente de gomones instalado sobre el río Bermejo por «emprendedores» que cobraron peajes de $50 y $100 para permitir el paso por esa vía.
El paso informal por gomones (botes hechos con cámaras de neumáticos), que fue posible porque el río lleva poca agua en esta época, duró solo unas dos horas antes de ser desarticulado por miembros de Gendarmería Nacional, según informó Radio Güemes, de la ciudad de San Ramón de la Nueva Orán, a solo 47 kilómetros de la frontera, donde se encuentra el pequeño pueblo de Aguas Blancas.
A pesar de su existencia efímera, el puente hechizo es una muestra de la gran demanda de paso que hay en la zona. Y del vínculo comercial que une a los poblados de uno y otro país. De hecho, anteayer la Dirección Regional de Migraciones de Bolivia anunció que no habrá sanciones para les argentines que crucen la frontera por pasos fluviales para hacer compras en la ciudad de Bermejo.
La novedad fue informada por Radio Fides, de Bermejo, que citó declaraciones del director de Migraciones de Bermejo, Gelber Burgoa. “Sabemos que la gente argentina está cruzando al comercio y sabemos que muchas personas se benefician de esta actividad”, sostuvo el funcionario al indicar que la decisión de no aplicar sanciones migratorias a les argentines es para reactivar la economía en Bermejo.
El director de Migraciones fue consultado porque Migraciones estaba llevando a cabo operativos por el río Bermejo, pero el funcionario aclaró que si bien buscaban a personas extranjeras que estaban en el vecino país de manera irregular, hay «tolerancia» con les argentines en procura de mejorar las ventas en el amplio mercado de la ciudad de Bermejo, que históricamente se sustentó, sobre todo, de compradores de Argentina.
La frontera de Bolivia no está cerrada, pero para ingresar a ese país se deben cumplir una serie de requisitos, entre ellos, la presentación de una prueba de PCR negativa.
Aún en tiempos de normalidad prepandémica, en esa transitada zona fronteriza existe una tensión por la gran cantidad de gente que pasa de manera irregular a un lado y otro de la frontera. Además de les visitantes ocasionales que cruzan la frontera para hacer compras, hay un constante ir y venir de trabajadores de frontera o «bagayeros» que transportan todo tipo de artículos para entregarlos en la ruta camino a la ciudad de Orán, ya en territorio argentino.
En ese contexto, el puente de gomones fue una muestra más de las variadas acciones que llevan adelante las personas que desarrollan su vida entre ambas fronteras y que se las rebuscan para seguir transitando, a pesar de las restricciones.
Antes del coronavirus el paso se hacía por dos vías formales: el puente internacional donde se encuentran las oficinas de los organismos de control, como Aduana y Migraciones, y el puerto de chalanas. Con la pandemia ambos países cerraron la frontera internacional, y aunque luego Bolivia habilitó el paso, Argentina mantiene el cierre, y tampoco está habilitado el cruce en chalanas por un conflicto entre las cooperativas que las operan.
Sin embargo, el tránsito internacional no se detuvo, solo se derivó hacia los muchos pasos no habilitados que se extienden en la larga frontera.
Tal es la necesidad de continuar transitando entre ambos países que trabajadores de frontera bolivianes han solicitado a autoridades de Bermejo que hagan presentaciones formales ante el gobierno argentino para que se habilite un nuevo paso fronterizo que permita seguir trasladando mercadería desde Bermejo a Aguas Blancas.
En una reunión realizada el 8 de junio en Bolivia, se acordó solicitar la legalización del paso fluvial en La Talita, a tres kilómetros del paso formal existente hoy sobre el río Bermejo. En realidad el paso, que viene a salir ya fuera de la zona urbana de Aguas Blancas, está siendo utilizado, así que la autorización solo avalaría una práctica ya impuesta.
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