El MAS en su hora crucial, por Yuri Torrez

En aquella mañana sabatina se sentía una brisa otoñal en la Llajta. En el viaducto se había convocado a militantes/simpatizantes del Movimiento Al Socialismo (MAS) a una concentración para “defender al Gobierno”. En un ambiente atiborrado de gentío, aunque, a diferencia de otras concentraciones, en menores proporciones, los oradores, entre ellos el presidente Luis Arce y el exmandatario Evo Morales, al unísono denunciaron a los cuatro vientos que hay “afanes desestabilizadores” para la democracia y, esta vez, dijeron: “los golpistas no pasarán”.

Esta congregación se realizó en una semana crítica para el MAS. Por una parte, venía de derrotas en los balotajes de las gobernaciones y, por otra, estaba sacudido por el arresto de un ministro de Estado in fraganti en un acto de soborno. Como si fuera parte de una carnada del azar, estos hechos desconectados entre sí expresan cuestiones medulares para una reflexión en las entrañas del partido gobernante.

Esa concentración oficialista fue a propósito de la amenaza proferida por el presidente de los cívicos cruceños que frente a la apertura de investigaciones y detenciones preventivas sobre el caso “golpe de Estado”, al mejor estilo gansteril amenazó al Gobierno: “Señores, no jueguen con fuego, se van a quemar”. No debemos olvidar, la ruptura constitucional fue también resultado de una campaña conspirativa gestada a partir de los errores tácticos y estratégicos de la cúpula del MAS.

Hasta fines de 2015, la derecha navegaba en aguas inciertas ya que por su perfil parásito fue incapaz de trazar un proyecto político capaz de interpelar a la sociedad boliviana. Esta miopía obedece, entre otras cosas, a su rasgo racista que le impide entender al bloque popular indígena/campesino y, por lo tanto, incorporarlo en su proyecto de poder. Ante esa ausencia de un horizonte estratégico, a la derecha solo le quedaba estar atento a cualquier desliz del MAS, solo así podría acceder abruptamente al poder y eso ocurrió. Entonces, se gestó una subjetividad movilizadora en el seno de la clase media que, inicialmente, vino de la convocatoria del referéndum constitucional del 21 de febrero de 2016 y, posteriormente, el MAS esquivó el veredicto electoral que negaba una nueva postulación a los entonces gobernantes.

En el contexto posresultado del referéndum constitucional, el MAS no encaró una reforma moral y política necesaria para reconducir el “proceso de cambio”, sino al revés, el entorno presidencialista conformado por allegados al exmandatario y la Conalcam, esgrimiendo una posible división al interior del “Instrumento Político”, persistieron en sus desaciertos que, luego, abonaron las condiciones subjetivas y objetivas para la gestación de una cruzada conspirativa de la oposición derechista desembocando en un golpe de Estado.

Queda, además, en la nebulosa, si los estrategas del MAS optaron por dejar un “vacío de poder”. Si esta sospecha tuviera asidero, entonces, fue una táctica fallida aprovechada perversamente por los golpistas para hacerse del poder por asalto e instalar un régimen de terror y miedo. La cúpula del MAS, por lo tanto, en vez de buscar chivos expiatorios, necesita encarar una reflexión interna sobre los yerros tácticos y estratégicos suyos que llevaron a Bolivia a una ruptura constitucional.

En suma, el último golpe de Estado deja como enseñanza: la derecha está atenta a cualquier traspié de un gobierno progresista para luego asestarle un golpe mordaz; entonces, esa voluntad política de la defensa de la democracia del MAS debería empezar por casa.

 Yuri Tórrez es sociólogo.

https://www.la-razon.com/voces/2021/04/26/el-mas-en-su-hora-crucial/