Bolivia Digital.- Iván Hidalgo es otra víctima de la masacre de Senkata que fue herido de bala en la pierna durante la violenta represión de parte de los efectivos militares y policiales en el golpe de Estado de 2019.
Con la voz entrecortada, Iván relató que el 19 de noviembre se encontraba junto a su esposa vendiendo frescos y comida a la gente que estaba bloqueando, cuando llegaron los militares y empezaron a lanzar gases lacrimógenos para intentar dispersar a las personas, y los helicópteros que sobrevolaban el lugar disparaban a todo lado.
Escuchó que gritaban “han matado a la gente”, y vio a lo lejos cómo le cortaron las trenzas a una mujer de pollera. Todo lo que estaba ocurriendo enardeció mucho más a los bloqueadores que comenzaron a avanzar hacia la planta de Senkata en El Alto.
Un tanque se aproximó disparando y es cuando le llegó el primer impacto de bala cerca a la rodilla, intentó escapar del lugar y recibió el segundo impacto a la altura de la tibia, en la misma pierna izquierda.
“El primer disparo fue como una corriente y luego, en el segundo, ya tuve mucho dolor, perdí el equilibrio, era difícil mantenerlo, se doblaba de la rodilla para abajo y no podía pararme”, señaló.
Un hombre que estaba en una bicicleta lo socorrió y lo llevó hasta un nosocomio, donde lamentablemente no lo atendieron. Lo trasladaron al Hospital Holandés, donde fue discriminado por los médicos que le decían que por 30 pesos estaba herido y que Evo tendría que hacerse cargo.
“Mi esposa me amarraba con media. Los militares vinieron a sacar los heridos, nadie sabe adónde los llevaban, más bien las enfermeras me ayudaron al indicar que no podían sacarme del hospital porque requería camilla”, sostuvo.
Recordó que tuvo que pasar un suplicio puesto que su hospitalización se hizo en medio de empujones y jalones del cabello a su esposa por personas que rechazaban su ingreso a un hospital.
Mencionó, además, que incluso fiscales llegaron a amenazarle para que diga a defensores de derechos humanos que fue herido por un “accidente” y jamás mencione que había una masacre o un golpe de Estado.
“Si tú dices que esto es un accidente, el gobierno de (Jeanine) Añez está dispuesto a reconocerte”, recordó lo que le dijeron algunos representantes del Ministerio Público.
Hidalgo manifestó que confía aún en la justicia y tiene la esperanza de volver a ver de frente y conocer al uniformado que le disparó, porque es capaz de reconocerle porque vio su rostro y hasta una sonrisa burlona que hizo cuando lo atacaba.
“Quiero verle así (de frente) y preguntarle ¿por qué me has disparado? ¿qué daño yo le hecho? Nunca nos hemos ofendido”, manifestó, entre sollozos y lágrimas.
El vecino de Senkata manifestó que el suplicio que vivió es aún difícil de superar, puesto que él y su familia derramaron muchas lágrimas y quedaron con miedo por todo lo sucedido.
Lamentó que ahora no puede hacer nada, pues tiene una prótesis en su pierna, la cual le costó mucho dinero a su familia para que vuelva a caminar.
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