Desafíos e incentivos, por Fernando Mayorga

LA RAZON.- Un hilo de mi reflexión sobre el proceso político boliviano es la representación política. Sus fortalezas y debilidades; el riesgo de una crisis que impulse la vigencia de tendencias antipolíticas en la sociedad y los desafíos que enfrenta en determinadas coyunturas. En este caso me concentro en las señales que surgieron en la definición de las estrategias electorales de las principales fuerzas políticas del campo opositor rumbo a las elecciones subnacionales de 2021.

Un punto de partida es la modificación del sistema de partidos con la presencia de Comunidad Ciudadana y Creemos en la Asamblea Legislativa Plurinacional en reemplazo de Demócratas y Unidad Nacional. Dos fuerzas de reciente creación desplazaron a dos partidos con más de 10 años de trayectoria. El MAS ratificó su condición de pivote del sistema de partidos siendo la única fuerza parlamentaria estable durante casi dos décadas. Ahora bien, ¿qué denota la selección de candidatos y la formación de frentes electorales para el fortalecimiento o deterioro de la capacidad de representación política?

Comunidad Ciudadana perdió la oportunidad de constituirse en una organización política nacional puesto que optó por una estrategia de subordinación a las relaciones de fuerza locales en vez de consolidar su base de apoyo electoral. Sin candidato propio a la Alcaldía de la ciudad de La Paz —además, con una ruptura aparatosa de su alianza con Sol.bo— y con un invitado en Cochabamba —que antaño perteneció al partido de Manfred Reyes Villa— no pudo (o no supo) traducir la fuerza electoral que obtuvo en los comicios del año pasado en capacidad para articular a los opositores al MAS. No pudo hacerlo en octubre y noviembre del 2019 y terminó subordinado a Luis Fernando Camacho que comandó, desde el Comité Pro Santa Cruz, la conspiración que culminó con el golpe de Estado contra Evo Morales. Y ahora es una sigla más en una lista de siete organizaciones que apoyan la candidatura de Camacho a la Gobernación de Santa Cruz. Es evidente que se diluyeron las posibilidades de consolidación institucional de CC y en la medida que su líder —Carlos Mesa— no tiene otro incentivo para seguir en la arena política que su reyerta con Evo Morales, puesto que ya no será candidato presidencial, esta organización política enfrentará un futuro incierto. Un dato preocupante para el sistema de representación política.

Mayor certeza denota la estrategia de Creemos que optó por consolidar su fuerza electoral en Santa Cruz con la postulación de Camacho como gobernador y que cuenta con el apoyo, entre otros, de Demócratas. Es un cambio sustantivo en el mapa político cruceño como reacción a la victoria del MAS en octubre pasado expresado en un recambio en el liderazgo regional que tiene perspectivas de disputar la presidencia en los próximos comicios. A diferencia de Comunidad Ciudadana, Creemos tiene mayores posibilidades de consolidarse institucionalmente puesto que esta organización política puede estar al mando del gobierno departamental de Santa Cruz y Luis Fernando Camacho tiene el incentivo de la candidatura presidencial sin rivales fuertes en el campo opositor. No es casual que en su discurso de proclamación como candidato se haya referido a la “federalización”. La consolidación de Creemos será una buena señal para el sistema de representación política puesto que su base electoral es conservadora y tiene tendencias antipolíticas.

La democracia se fortalece si incluye a esos segmentos de la sociedad. Y también si se resuelven las contradicciones internas en el MAS —entre renovación e inercia— que salieron a relucir en la elección de candidatos, sobre todo en El Alto con la lamentable exclusión de Eva Copa, que puso en evidencia la necesidad de que esta organización política defina un nuevo esquema para sus procesos decisionales puesto que está viviendo la rutinización del carisma de Evo Morales aunque muchos dirigentes, incluido él, no se dan cuenta. Tema pendiente, en todo caso, porque ya no hay espacio; se terminó, como 2020. Abur.

Fernando Mayorga es sociólogo.

https://www.la-razon.com/voces/2021/01/03/desafios-e-incentivos/