Juan Ramón Quintana: «El Comando Sur está mutando su rol geoestratégico»

LA EPOCA.- Juan Ramón Quintana, exmilitar, sociólogo y uno de los ministros más importantes del expresidente boliviano Evo Morales, habló en exclusiva con Voces del Mundo tras salir de la embajada de México en La Paz, donde debió refugiarse una vez consumado el golpe de 2019.

Respecto a la región, aseguró que los países «van por el buen camino» pero subrayó que «se necesitan liderazgos convergentes que permitan reconstituir ese primer momento del siglo XXI en el que los gobiernos lograron fortalecer los mecanismos regionales».

Al mismo tiempo, advirtió sobre «la tendencia de un neomilitarismo en América Latina, a partir del pretexto de que las fuerzas policiales no son suficientes para controlar el orden público.»

«Hay toda una retórica que maquilla la inserción de las FFAA en el escenario político», dijo.

En este sentido, alertó sobre las actividades del Comando Sur, «que no solo está cambiando su función de ser el centinela geoestratégico de EEUU en América Latina, sino que se está convirtiendo en el gendarme político» para la región.

«Con Joe Biden pasaremos de estrategias duras a unas más blandas de intervención»

«Hay que entender la naturaleza del imperio, que es la dominación y el cumplimiento de su ‘destino manifiesto’. Pasaremos de estrategias más duras a unas más blandas de intervención y pasaremos otro periodo de expectativas frustradas como con Barack Obama», auguró.

Consideró que «la región está madurando hacia un proyecto cada vez más potente», una buena señal que pidió que «EEUU logre entender».

«Necesitamos un diálogo abierto y democrático con el Norte para que el Sur pueda desarrollar un impulso autónomo y regional», adujo.

El regreso del MAS al poder tras el golpe de Estado

Quintana admitió el golpe de Estado de noviembre de 2019 fue posible porque hubo fallas en «el servicio de inteligencia, que por errores de decisión política se lo mantuvo en manos de la policía». También se subestimó el «trabajo que han hecho los operadores de Washington en Bolivia».

El exministro de la Presidencia afirmó que el gobierno de facto «instaló un veredero terrorismo de Estado que debe ser objeto de investigación», aunque reconoció que «no existen las condiciones» para hacerlo.

«Hay que crearlas a partir de una articulación institucional muy sólida», añadió.

Por otra parte, evaluó el posible vínculo entre Washington y la región con la llegada del demócrata a la Casa Blanca en enero próximo. «Pensar que Biden va a declinar el pulso de los instrumentos de injerencia e intervención es muy difícil», apuntó Quintana.

Sobre el rol de Morales durante la gestión del presidente Luis Arce Evo dijo que «su tarea inmediata» es «encontrar a los mejores hombres y mujeres para que puedan lidiar en las elecciones subnacionales para alcaldes y gobernadores de los departamentos el 7 de marzo».

«La segunda tarea que le corresponde a Evo –continuó– es dirigir y fortalecer el MAS, articular con las organizaciones sociales y dedicarse a la formación de cuadros». «La tercera tarea será de asesoramiento, amable, coloquial, al gobierno, dada su experiencia», dijo.

«Llegué a conocer las entrañas del monstruo»

Quintana realizó un «curso de especialización» en la Escuela de las Américas comandada por EEUU –donde se graduaron militares que llegaron a cometer crímenes de lesa humanidad en la región– en 1987, por lo que llegó a «conocer las entrañas del monstruo».

«Yo era teniente y el Ejército de Bolivia me becó en el año 1987. Me correspondió asistir por los méritos académicos», explicó Quintana, quien agregó que «nuestros instructores eran centroamericanos con un nivel de ignorancia tal que no sabían dónde se encontraba Bolivia».

Allí, sostuvo, «me acerqué a esa mentalidad tan torpe de ese elemento de intervención». «Si no hubiese tenido la convicción que tenía en ese momento, habría sido cooptado por algún dictadorzuelo de Bolivia», admitió.

Quintana planea retomar su actividad académica luego de haber superado la persecución por parte del gobierno de facto de Jeanine Áñez.

«Fui golpeado muy duramente, hicieron hasta lo imposible para matarme civilmente con denuncias surrealistas inventadas», aseveró.

«Esa violencia mediática, oficial, policíaca fue durísima. Utilizaron recursos inimaginables para perseguirnos. Estuvimos un año sometidos a una vigilancia permanente. Mi familia tuvo que salir de Bolivia», relató.

Juan Ramón Quintana: «El Comando Sur está mutando su rol geoestratégico al de gendarme político»