Esta serie de apuntes sobre las campañas electorales digitales iniciaba bajo el supuesto de que un proceso electoral realizado en medio de una pandemia iba a imprimir un cambio sustantivo en las formas de hacer campaña y propaganda por parte de los partidos políticos y la ciudadanía. Este escenario cambió inesperadamente cuando a días del inicio del periodo de campaña electoral se determinó, desde el Gobierno, una flexibilización de la extensa cuarentena que atravesó el país desde marzo.
Tras tres cambios de la fecha de votación producto, precisamente, de que el escenario de la pandemia empeoraba esta flexibilización de la cuarentena —sobre todo durante el periodo de campaña y propaganda— resultó una novedad inesperada. Con todo, aún se podía mantener en pie la hipótesis de una sobredigitalización de las campañas puesto que aún son obligatorias las medidas de bioseguridad en toda actividad.
Históricamente, la penetración de Facebook ha sido tan alta en el país que se la conoce como la red sociodigital más usada en Bolivia desde que se tiene registro de su uso. Así, esta red se ha constituido en una plataforma para campañas electorales de manera más clara durante los procesos democráticos de 2014, 2015 y 2016 en el país. No obstante, en 2018 Facebook atravesó por un complejo escándalo que develaba la influencia de las tecnologías de información y comunicación en el desempeño de las democracias y en los resultados electorales. Este punto de inflexión obligó a esta empresa a buscar la forma de implementar mecanismos que permitieran transparentar los recursos que se invierten en esta plataforma para promover contenidos políticos. Así nació la herramienta denominada Transparencia, mediante la cual se hacen públicos para consulta los datos de administración de anuncios pagados en páginas de contenido político. Aunque esta funcionalidad existe desde 2018, Facebook comunicó su disponibilidad para el país a poco de arrancar este periodo de campaña electoral 2020.
A casi una semana de iniciado el periodo de propaganda se pueden evidenciar algunos apuntes que son importantes al momento de generar hipótesis en torno a lo que es el desarrollo de las campañas electorales digitales, al menos en Facebook, por ahora.
Un barrido a las páginas verificadas de las siete candidaturas presidenciales en carrera, muestra que tres de ellas comparten su administración desde otros países: la página de Luis Arce cuenta con siete administradores de Argentina, la de Jorge Quiroga tiene tres administradores en Estados Unidos y la de Carlos Mesa tiene un administrador en México.
Además de ello, esta herramienta permite ver la cantidad de mensajes pagados que han circulado en esta red desde el inicio del periodo de propaganda, destaca la cantidad de mensajes “posteados” por Quiroga (67), seguido por Mesa (12), Chi Hyun Chung (3), Camacho (2) y, hasta la fecha, no se ha pagado por la difusión de ningún mensaje desde la página de Arce. Ojo, existen algunos casos de mensajes pagados previos al inicio del periodo de propaganda. Desde las páginas verificadas de los partidos políticos no se emiten estos contenidos, se los difunde preferentemente desde las cuentas de los presidenciables.
Preguntas. ¿Los candidatos están empezando tarde, no cuentan con presupuesto o no las están contemplando en su estrategia? Lo cierto es que lo que sí se ha visto bastante son los clásicos mecanismos de campaña “de tierra”, es decir: caravanas, concentraciones, proclamaciones y caminatas. Actividades cuyo éxito depende de una gran cantidad de adherentes, todo un riesgo en pandemia. Así, hasta ahora, la paradoja de las campañas en medio de una pandemia.
Verónica Rocha es comunicadora. Twitter: @verokamchatka
https://www.la-razon.com/voces/2020/09/25/campanas-electorales-digitales-ii/