La misiva está fechada este martes 22 de septiembre, en Washington DC. “Estamos profundamente preocupados por la falta de rendición de cuentas y transparencia con respecto al papel de la OEA en las elecciones y la crisis política del año pasado en Bolivia. Como señaló recientemente el New York Times, las denuncias de fraude electoral de la OEA tras las elecciones de octubre de 2019 en Bolivia fueron ‘aprovechadas’ por los opositores políticos del presidente Evo Morales ‘para intensificar las protestas, obtener apoyo internacional y expulsar al señor Morales del poder con apoyo militar semanas después’”.
Los comicios del 20 de octubre del año pasado derivaron en conflictos y violencia por las denuncias de fraude tras la victoria de Morales, del Movimiento Al Socialismo (MAS), sin necesidad de un balotaje por la diferencia de más de 10 puntos porcentuales con su inmediato contrincante, Carlos Mesa, de Comunidad Ciudadana (CC), candidato que enarboló la tesis sobre las supuestas irregularidades en el trabajo del Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Ello provocó la expansión de las protestas cívicas, que luego fueron alimentadas por un motín policial, la presión de las Fuerzas Armadas para la dimisión de Morales y el informe preliminar de la misión de la OEA que apoyó el discurso del fraude. Todo ello desembocó en la renuncia de Morales, el 10 de noviembre, y dos días después, en la polémica posesión de la entonces senadora opositora Jeanine Áñez, con aval del Tribunal Constitucional Plurinacional.
Pese a que su misión era solo convocar y garantizar nuevos comicios, el gobierno transitorio de Áñez se opuso a la realización de éstos bajo el alegato de que son un riesgo ante la pandemia del coronavirus. Asimismo, pese a que había prometido lo contrario, lanzó su candidatura en enero. Eso sí, dejó de lado esta intención el pasado jueves, ante la caída de su preferencia en las encuestas y, según dijo, para evitar la dispersión del voto en aras de que el MAS no vuelva al poder.
Al final, los comicios se llevarán a cabo el domingo 18 de octubre, y la OEA anunció que su misión estará nuevamente liderada por Manuel González, excanciller de Costa Rica, quien fue precisamente el que sembró dudas sobre la votación, el 21 de octubre, al expresar sus reparos sobre el cambio de tendencia en el conteo que daba el triunfo a Morales. Su futura presencia ha provocado la inquietud tanto del oficialismo como de la oposición.
“Dado que la OEA ha sido invitada a monitorear las próximas elecciones de Bolivia, programadas para el 6 de septiembre y pospuestas hasta el 18 de octubre, instamos a la administración (de Estados Unidos) a utilizar su voz en la OEA para abogar por una evaluación exhaustiva e independiente de las declaraciones e informes de la OEA sobre” los comicios de 2019 en Bolivia, continúa la carta de este martes de los congresistas estadounidenses.
“Como probablemente sepa, las autoridades de facto que tomaron el poder tras la renuncia forzada de Morales han promovido una agenda racista y anti-indígena y han desplegado al Ejército para reprimir violentamente las protestas, lo que resultó en la muerte y heridas de muchos civiles. El secretario general de la OEA, Luís Almagro, se apresuró a reconocer a la presidenta no electa, Jeanine Añez, y no se ha pronunciado sobre el deterioro de los derechos humanos y la persecución de los opositores políticos que tienen lugar bajo su gobierno”.
Los representantes del Partido Demócrata que firman el documento mencionan un estudio del diario The New York Times, de junio, que siembra dudas sobre la auditoría realizada por la OEA al proceso electoral boliviano, en coincidencia con otros análisis independientes de entidades internacionales que indican que la observación de la OEA sobre un “cambio inexplicable” en la tendencia del conteo tras los comicios de octubre, “se basan en un análisis estadístico aparentemente defectuoso”.
La carta remarca que en lugar de responder a esta y otras críticas, “el secretario general de la OEA, Luis Almagro, se ha involucrado en ataques ad hominem contra sus autores, así como en un ataque a los informes del New York Times, sugiriendo que es un proveedor de noticias falsas. La OEA también se ha negado a responder preguntas básicas de investigadores, medios de comunicación o miembros del Congreso sobre sus comunicados de prensa, los datos que utilizó o cómo llegó a sus conclusiones”.
Los congresistas estadounidenses recuerdan que en febrero, el gobierno de México recibió el respaldo de otros gobiernos para que Almagro autorice una revisión independiente de la auditoría de la OEA, a la par de una evaluación sobre las denuncias de violaciones de derechos humanos en el mandato de Áñez que derivaron precisamente de las “afirmaciones erróneas” del organismo multilateral sobre los comicios bolivianos; un pedido que aún no obtuvo respuesta de Almagro.
“A la luz del hecho de que la OEA ha sido invitada a monitorear las próximas elecciones presidenciales de Bolivia, es particularmente preocupante que el secretario Almagro y sus colegas continúen evitando respuestas por las declaraciones y acciones que puedan haber contribuido a la erosión de la democracia y los derechos humanos en Bolivia. El Congreso de los Estados Unidos aporta con la mayor parte del presupuesto de la OEA. Por lo tanto, tenemos la responsabilidad de garantizar que los dólares de los contribuyentes estadounidenses se utilicen para respaldar organizaciones que funcionan de manera transparente y que defienden las normas democráticas en lugar de socavarlas”.
“La OEA está preparada para tomar una determinación sobre la libertad, la justicia y la integridad de las próximas elecciones en Bolivia, incluso cuando bajo el gobierno no electo de Áñez, varios opositores políticos de alto perfil, incluido el principal candidato presidencial Luis Arce (MAS), enfrentan cargos dudosos que incluyen corrupción, terrorismo y sedición. Los críticos del gobierno en los medios de comunicación y los líderes indígenas y sindicales también han sido detenidos y amenazados, mientras que se ha desplegado fuerza militar contra manifestantes no violentos”, subraya el documento.
“Dada esta preocupante situación, lo instamos (a Pompeo) a utilizar los recursos diplomáticos del Departamento de Estado para buscar de inmediato una revisión completa e independiente de las declaraciones e informes de la OEA sobre las elecciones de 2019 en Bolivia. Además, nuestro gobierno debe trabajar con otros miembros de la OEA para asegurar que se tomen medidas correctivas para asegurar que las futuras misiones de observación electoral de la OEA desempeñen sus funciones de manera independiente, imparcial y profesional”.
La carta lleva la firma de los congresistas demócratas Bernard Sanders, Jan Schakowsky, Henry C. Johnson y Deb Haaland, y la adscripción de otras dos docenas de colegas.
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