Después de 23 años, Evo está fuera de una contienda electoral

Por Carlos Corz / La Razón.- Después de 23 años, Evo Morales está fuera de una contienda electoral como candidato. En 1997 logró entrar como diputado de Izquierda Unida (IU) a la Cámara de Diputados, y desde entonces no cesó su actividad y ascenso político hasta llegar a la Presidencia de Bolivia, donde permaneció por cerca de 14 años hasta su dimisión en medio de un conflicto político-social en 2019.

Desde su liderazgo como dirigente cocalero trabajó un proyecto político que dio sus primeros frutos en 1997, cuando logró hacerse, con más de 70% de respaldo, de un escaño en la Cámara de Diputados por la región del Chapare, su bastión político. En 2002 fue expulsado del Congreso Nacional, pero la Justicia le restituyó sus derechos políticos.

Ese mismo año, ya con la sigla del Movimiento Al Socialismo (MAS), terció en las elecciones como candidato a la Presidencia, logrando el segundo lugar. Participó de las justas de 2005, tras la dimisión de Gonzalo Sánchez de Lozada como consecuencia de la revuelta social y muertos por la intervención militar.

Ganó con una inédita votación del 53,7%. Convocó a una Asamblea Constituyente que estuvo dominado por su partido. Luego acortó su mandato y convocó a elecciones para adecuar a la gestión presidencial la nueva Constitución aprobada en 2009, en un referéndum. Logró un nuevo triunfo con más del 50%, aunque antes ya acumulaba otro triunfo en un referéndum revocatorio de mandato.

En 2014 volvió a ganar las elecciones y amplió su mandato presidencial. En 2019, en medio de una habilitación cuestionada como candidato, ganó las elecciones en octubre que fueron denunciadas por fraude, por los observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA).

Se desató un conflicto que derivó en su dimisión, acorralado por las denuncias de fraude, un motín policial, un paro cívico y la “sugerencia” militar de dimisión.  En noviembre abandonó Bolivia rumbo a México y de ahí se fue a Argentina, donde permanece como asilado.

Fue inscrito como candidato a senador por el MAS, lo que provocó una serie de reacciones críticas de sus adversarios políticos. Se pidió al Tribunal Supremo Electoral (TSE) su inhabilitación con el argumento de que no cumplía el requisito de residencia, inscrito en la ley electoral que aprobó su mayoría en el Legislativo. En febrero se lo inhabilitó.

Pasaron 23 años desde 1997, año en el que entró al Legislativo, y hoy la Justicia respaldó esa decisión rechazando un recurso de Amparo Constitucional. Desde Argentina expresó: “Bajo amenazas y presiones de procesos, el dirimidor tomó una decisión política ilegal e inconstitucional. La historia demuestra que podrán inhabilitar a Evo pero no podrán proscribir al pueblo”.

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